Luján Argüelles arranca el nuevo curso televisivo haciendo doblete en Mediaset. Un doblete nostálgico, por así decirlo, pues la asturiana va a comenzar septiembre conduciendo dos programas que llevaban años fuera de circulación: El rival más débil y ¿Quién quiere casarse con mi hijo?.
El concurso de preguntas y respuestas regresa dos décadas después de su etapa en TVE, pero no con concursantes anónimos, sino con famosos unidos por una profesión en común. La primera entrega, que Telecinco emitirá este miércoles 4 de septiembre a las 22:50 horas, contará con ocho cantantes en liza. Más adelante habrá otra con políticos que promete no dejar indiferente a nadie. “Después de ese programa creo que nos tendremos que plantear si ponemos condiciones mínimas culturales para acceder al Senado o al Congreso”, avanza sobre él Luján en su entrevista con verTele.
Para cuando dicha entrega vea la luz, la presentadora ya habrá retomado su papel al frente de ¿Quién quiere casarse con mi hijo?. El icónico formato vuelve el lunes 9 a Cuatro (22:50 horas), tras siete años de ausencia, con cinco nuevas parejas madre-hijo y el espíritu “tróspido” de siempre. “El amor y las relaciones entre madres e hijos no caducan”, avisa Argüelles sobre la perdurabilidad del dating, que vuelve con cambios en la mentalidad de sus participantes: “Está muy actualizado porque los chavales se presentan a esta aventura con otras herramientas y otra manera de entender las cosas”.
¿Qué nos trae la nueva edición de '¿Quién quiere casarse con mi hijo?'?
Nos trae relaciones maternofiliales, que son un filón siempre. Son relaciones entre madre e hijos que vienen cargadas de emocionalidad. Además, la nueva temporada también nos trae el amor, que es el sentimiento más elevado porque todos los seres humanos necesitamos amor. Estos dos ingredientes son tractores de disfrute y de público. Y por supuesto, también contaremos con mucha diversión y mucho humor. El formato está muy actualizado porque los chavales se presentan a esta aventura con otras herramientas y otra manera de entender las cosas. Para los que ya tenemos una edad puede resultar novedoso y sorprendente, mientras que los más jóvenes pueden sentir una enorme identificación.
¿Por qué crees que el formato puede funcionar de nuevo tras siete años de ausencia?
Esta es una pregunta que quizás deberías responder tú, y te digo por qué. Cuando compañeros como tú publicáis, año tras año, los programas que han hecho historia en España o los que el público quiere que vuelvan, entre ellos siempre está ¿Quién quiere casarse con mi hijo?. Entiendo que como compañeros periodistas que sois, que contrastáis las informaciones, si seguimos vuestros artículos no tendría que darte ninguna respuesta, ¿no?
Sí, ¿pero qué ves tú en el programa para que puedas llegar a pensar que no caduca?
Las relaciones entre madres e hijos no caducan, el amor no caduca y el disfrutar viendo algo porque te ríes, porque te sorprende y porque en cada detalle se encierra un chiste es garantía, en un momento determinado, de conseguir que la gente se quiera acercar a verlo.
¿Son los hijos una extensión de las madres, o hay mucho choque entre ellos?
Entre las cinco parejas de esta temporada hay de todo. Hay proyecciones de las madres sobre sus hijos, hijos que se rebelan en determinadas cosas, ilusiones que no se van a cumplir... Hay de todo, y en el desarrollo de las tramas también vamos a ver de todo.
Las relaciones maternofiliales son un filón siempre
¿En qué os fijáis más a la hora de elegir los candidatos de cada hijo soltero?
Es una pregunta para los directores de casting, pero como observadora te puedo decir que se buscan perfiles que puedan cubrir un poco la identificación de la variedad de espectadores que pueda tener el formato y, evidentemente, a la hora de que hagan match, pues que tengan gustos comunes o las cosas en las que puedan traccionar dos personas, que para eso Warner tiene una gran experiencia en este tipo de formatos [Warner también produce First Dates, por ejemplo].
Mucha gente desconfía de que el amor se pueda encontrar en un programa de televisión, pero es habitual que en los realities de famosos surja siempre una trama amorosa. En este sentido, ¿ves más autenticidad en los anónimos o en los famosos a la hora de encontrar el amor en televisión?
Primero, yo no he grabado un ¿Quién quiere casarse con mi hijo? con famosos. Y segundo, la gente desconfía de esta clase de formatos pero confiamos en Tinder (risas). Yo puedo decirte lo que he vivido en ¿QQCCMH?, que es que todos los chavales lo han vivido con mucha autenticidad, entrega y verdad. Le han puesto mucho interés, y cuando ves el resultado dices: “¡Ostras!”. No es que yo lo cuente, es que se ve.
Por hacer un símil amoroso, la temporada pasada tuviste un “romance cortito” con TVE por 'Brigada Tech' mientras Antena 3 “te ponía ojitos” con 'Password'. ¿Te dejó un buen sabor de boca tu paso por TVE a pesar de lo breve que fue?
Sí. Siempre decía que a la pregunta '¿qué programa volverías a hacer?' respondería Password, pero ahora no lo puedo decir porque me preguntaron y no lo hice. Ahora a esa misma pregunta respondería Brigada Tech.
Era servicio público puro y duro.
Para mí, los elementos eran mágicos. Yo disfruté muchísimo con el hecho de tener tres personas mayores dentro del programa y que esas personas pudieran vivir y aprender sobre temas que son muy complicados para ellos, como son los de la era tecnológica. Además, recorrimos los pueblos de España; tratamos temas que se van a imponer en nuestro día a día más pronto de lo que creemos, los cuales no manejamos y no vamos a poder asumir si no hacemos este tipo de cosas... A mí, si me preguntas ahora qué programa volvería a hacer, diría Brigada Tech.
A mí, si me preguntas ahora qué programa volvería a hacer, diría 'Brigada Tech'
Después de haber pasado por varios programas nuevos en los últimos tiempos ('Brigada Tech', 'Vaya vacaciones', 'El rival más débil'), ¿sientes algo de tranquilidad al pisar terreno conocido con '¿Quién quiere casarse con mi hijo?'?
A ver, ¿sabes lo que ocurre? Que yo ya estoy muy mayor (risas). Yo me he instalado en la serenidad, y a partir de ahí me levanto cada día. Es decir, no me puede sacar de quicio un formato o un proyecto porque tengo una responsabilidad como madre. Ahora bien, para mí esta es la mejor edición de ¿Quién quiere casarse con mi hijo?.
¿Por qué?
Porque a pesar de haber vivido momentos históricos con ¿QQCCMH?, de muchas risas y con personajes a los que veo circular aún hoy por las redes, como Andrea, el 'chúpale, chúpale, chúpale' de Mari Carmen y demás, había capítulos en los que había momentos valle porque mantener el nivel todo el tiempo en más de 90 o 100 minutos era complicado.
Pero hoy, a las 6 de la mañana, me he puesto el capítulo 6 (de la nueva temporada) y no puedo parar de verlo. Cuando no es por lo que está ocurriendo es por una candidata que ha tomado el protagonismo, por cómo han jugado con los grafismos o por la música que han utilizado. El fin de semana tenía que haber terminado de escribir mi libro porque lo tengo que entregar, pero ni libro ni nada: he visto ¿Quién quiere casarse con mi hijo?. Es muy adictivo, al menos para mí. Y eso que lo estoy viendo con ojos críticos, como puedes entender.
Tanto con '¿Quién quiere casarse con mi hijo?' como con 'El rival más débil' te vas a ver precedida por la batalla del access. Dentro de ella, ¿cómo ves la lucha a tres que se avecina entre Pablo Motos, Carlos Latre y David Broncano?
Un compañero, no recuerdo quién, dijo que el Ibex 35 no se mueve en función de lo que hacemos en las noches televisivas. Quiero decir, nosotros entretenemos, y tenemos que acercarnos a nuestra profesión con la energía de entretener y estar entretenidos. Debe ser una energía en positivo, bonita y constructiva. Hablar de batallas y no sé qué, no.
'El rival más débil' se estrena esta semana. ¿Algún detalle que nos puedas avanzar?
Es diferente respecto al que vimos hace muchos años en TVE. En este caso habrá famosos concursando. Tendremos actores, actrices, humoristas, cantantes, políticos... Nos vamos a sorprender mucho con las preguntas que darán, sobre todo los políticos. Después del programa de políticos de El rival más débil creo que nos tendremos que plantear si ponemos condiciones mínimas culturales para acceder al Senado, al Congreso de los Diputados o estar en una lista electoral.