Hace ahora cerca de nueve meses, quien les escribe se disponía para plantarse ante Malcolm Treviño-Sitté en las instalaciones de RTVE en Torrespaña. A las puertas de febrero, la promoción de Detective Touré llevaba ya un mes activada tanto en La 1 como en los perfiles sociales de la serie, y su estreno parecía inminente; de ahí la importancia de acelerar los encuentros con la prensa. Su debut en pantalla llegaría, de acuerdo a los ritmos aparentes, tras La ley del mar y Zorro en TVE. Sin embargo, el lanzamiento de la adaptación de la saga literaria de Jon Arretxe a cargo de Tornasol y DeAPlaneta fue postergando ad aeternum su lanzamiento.
Tocaron entonces meses de espera y de incertidumbre en torno a Touré, meses en los que, sin embargo, el actor encargado de dar vida al personaje epónimo no tuvo descanso. Treviño-Sitté pasó por retransmisiones deportivas, se puso el esmoquin durante los Goya, se dejó caer por Cine de Barrio y probó la repostería de Bake Off. El empeño por defender al personaje, por darle dignidad y visibilidad al proyecto ha sido continuado aun cuando la serie quedaba en una situación desconcertante en el calendario, y siguió en otoño, cuando reapareció tras el verano para representarla en la gala de presentación de curso y, finalmente, en el reciente South International Series Festival de Cádiz.
Allí, a finales de octubre, Treviño-Sitté asistió a su propio encumbramiento como rutilante estrella televisiva, sometiéndose a infinidad de flashes de los asistentes y comprobando la eficacia del detective al que da vida, y que, por fin, se asoma en la cadena pública. Aunque ya estrenada, convenientemente doblada al euskera, en EiTB, Detective Touré culmina este miércoles 6 de noviembre un proceso de cerca de tres años, desde la concepción al estreno a nivel nacional. “He hecho el viaje profesional más importante de mi vida”, reconoce el actor, consciente de lo que implica una ficción así, inaudita, en España; pero también con ganas de reivindicar su valor más allá del titular.
“Se está vendiendo como un hito, como algo histórico, y lo es, pero tenemos que quitarnos esa losa del primer protagonista negro, porque la gente se queda solo con eso”, reclama un actor con más de veinte años de carrera que ha tenido que aguardar pacientemente el momento de tener el foco puesto en él. Pese a sus tablas, a menudo la industria ha invisibilizado a los actores racializados y le ha tocado bregar con esas circunstancias adversas, por más que en su currículo destacaran papeles de relieve en Chiringuito de Pepe o Vergüenza, sin hablar de una amplia trayectoria teatral. Por ello, espera que el punto de inflexión de Touré sea ir más allá de las obviedades: “Yo soy negro pero también soy un profesional, y me gusta que se me respete como tal”. Tras Touré espera no necesariamente seguir asumiendo roles protagónicos, pero sí “que se dignifiquen los personajes, que no esperen a necesitar un negro para llamarme”.
Por de pronto, con Detective Touré aprovecha para hacer gala de su política actoral, una que pasa por mantener siempre una sonrisa, incluso cuando el cansancio después de meses de fatiga sosteniendo el interés por la serie, lo tengan más agotado. Más aún cuando la actualidad lidia con las terribles consecuencias de la peor DANA del siglo y le impiden disfrutar con entusiasmo de su gran plataforma profesional. De hecho, insiste en poner el foco en las víctimas, afectados y “en quienes están haciendo el bien ayudando, porque siempre es necesario ayudar”. Una máxima, esa, que forma parte de su ADN (de ahí la puesta en marcha de iniciativas de carácter cultural y social a través de la asociación LIMBO) y que quiere seguir transmitiendo con el personaje.
Estamos a horas del estreno de 'Detective Touré', pero el germen del proyecto llega a tus manos hace mucho, y ha tardado tanto en conformarse como en ver la luz definitiva. ¿En qué momento se cruza el personaje contigo?
A mí Detective Touré me llega el 18 de febrero de 2022. Venía de hacer calistenia en el Retiro, y vi una llamada de mi representante, Helena Freijedo. Me contó que me querían para un protagonista para una serie. '¿Cómo que un protagonista?', le dije. 'Esto es España: vuelve a llamar. No me importa hacer del amigo del 'prota', que soy feliz trabajando en lo que sea'. Pero me dijo que no, que era para un 'prota'. Todavía no había nada en marcha, excepto los guiones y un pase a semifinales del proyecto en Series Manía. Me localizaron y me pidieron una foto para un dosier, e inmediatamente les pidieron a Elena Bort y Mariela Besuievsky, que son Tornasol y DeAPlaneta, hacer un teaser para la serie. A la semana nos juntamos, todo fue muy rápido. Conocí a David Pérez Sañudo y Carlos Vila [creadores de la serie]... y la serie acabó en Series Manía. Touré se convirtió en el segundo proyecto más importante de 15 seleccionados, salidos de otros 300 anteriores. Era el primero de Europa y el segundo mundial, porque ganó otra serie de Sudáfrica, también relacionada con detectives, en ese caso en la época del apartheid. Ganaron dos grandes series con historias parecidas. Y ahí empezó toda la vorágine. Después de eso estuve más tranquilo, porque ya sabía que formaba parte de algo muy interesante. Y ya me había metido en el mundo de Jon Arretxe, el autor de los libros. Así surgió todo el universo de la ficción.
Pasa alrededor de un año desde que el material llega a tus manos hasta que se rueda. Y también ha tardado mucho en llegar. Ha sido un año de eterna espera para salir a la luz. ¿Cómo se gestiona ante estos tiempos televisivos inescrutables?
El secreto siempre es tener paciencia y saber que no puedes hacer nada, que tu trabajo está hecho. El universo sabe cuándo te manda las cosas, cuándo las recibes, y no pintamos nada en eso. Era cuestión de TVE, yo hice mucha promoción a principio de año y durante también... En realidad, no he parado ni en verano de hacer promos. Era una cuestión de esperar y cruzar los dedos para que saliera a la luz y que la gente lo viera. Luego entró Netflix en la ecuación, y todo fue sumando. No me comía la cabeza de forma exagerada porque siempre tenía cerca alguna noticia relacionada con el motivo por el que no se estrenaba o iba después. Me hubiera encantado que se estrenase en la fecha prevista, pero no se pudo. Y esta que viene espero que sea la perfecta, la que el universo haya dicho. No hay nada que hacer.
La gente, no gente negra o racializada sino cualquier español, se puede sentir identificado
¿Cómo se ve uno cuando TVE le lleva a hacer una promo en plena Copa del Rey, en el Metropolitano?
[Risas] Yo estaba rodando la película Sin instrucciones y ese mismo día me llamaron para decirme que tenía que estar, sí o sí, en el descanso del partido, para un canutazo. Me acuerdo que tenía muchísima tos, no sé ni cómo lo hice, lo hice lo mejor que pude... Como soy muy futbolero, lo asumí con cierto respeto, porque sabes que estás metiéndote en la casa de mucha gente a la que le encanta el fútbol pero tal vez no las series, y te estás promocionando como un protagonista negro. Pero pareció que a la gente le había gustado mucho verme y escucharme. Todo era cuestión de sumar: cuanta más gente se enterara y pudiera ver la serie, creo que estaba bien.
Y de ahí pasas a los Goya, con Toni Acosta, con reivindicación incluida.
Con la mítica frase “Más diversidad en el cine español”. Cinco minutos antes de salir le dije a Toni que si le importaría que lo dijera, y ella estuvo encantada. Todo fue muy rápido. Lo del fútbol fue un miércoles, y lo del Goya un sábado. Fue todo rápido, pero muy necesario. Touré tiene esta ventaja: se cuela en la casa de la gente. No tiene ningún tipo de reparo en cruzar una línea, no para en pensar si está en Getxo o en San Francisco. A mí me pasaba con la promo: estaba en la Copa del Rey, con mundo futbolero, y de pronto en los Goya, en mundo cultural. Todo lo que fuera sumar para que la gente viera la serie para mí era perfecto.
Después de 24 años de carrera, ¿cómo es enfrentarse a ese dispositivo en torno a tu persona? Ahora todos los focos se han centrado en ti, y en todo momento, durante la promoción.¿Cómo enfrentarse a esa responsabilidad, que por otro lado ha tardado tanto en llegar, y que apareja estar metiéndote en las casas de todos, como tú mismo dices?
Pues con mucho orgullo y con poco ego. Me defino muchas veces así. Son veintitantos años de profesión, y Touré me supone la cúspide de un objetivo. Espero que no sea así, sino que sea el principio de muchas cosas. Se está vendiendo como un hito, como algo histórico, y lo es, pero tenemos que quitarnos esa losa del primer protagonista negro, porque la gente se queda solo con eso, y detrás de Detective Touré hay un trabajazo actoral de flipar de todos, tanto de los más famosos como los menos.
Cuando te dan una responsabilidad es porque se confía en ti. Porque creen en ti. Porque saben que lo puedes hacer muy bien. Cuando se puede elegir, es obligado acertar, y yo quiero elegir. Cuando me ofrecieron este personaje, por otros lares me aparecían otros dos proyectos muy suculentos económicamente hablando y en cuanto a proyección, porque eran de escala internacional: uno era una serie británica y el otro, una película con un actor de Hollywood muy conocido. Me quedé con Detective Touré porque son muchos años llamando a puertas y diciendo que lo correcto es ir por este lado: abrir mundo, abrir mentes y normalizar muchas cosas. Y la tele tiene ese poder.
¿Qué poder?
Cuando ofreces a la gente lo que ve en la calle, no tiene ningún miedo. Tú sales a la calle y ves a gente de todas las etnias, nadie se pregunta nada, nadie está ofendido. Por eso no entendía bien por qué esta negativa a confiar en actores negros, porque al fin y al cabo somos actores. Nos hemos tragado lo de los perfiles, y siempre digo lo mismo: somos un oficio que hay que abrir a más perfiles, porque reflejan la sociedad, pero nos dan unos cánones de belleza en los que mucha gente no tiene cabida ni encaja, y es un error. El acierto es sentirse identificado cuando se vea en la tele con una persona de mi físico que no desentona ni se le margina.
Es una de las razones por las que cogí el proyecto, por querer formar parte de algo de lo que llevo denunciando muchos años: la normalidad de la sociedad. No podemos ir 50 años para atrás. Hay que mirar adelante siempre. Estamos obligados a ser una sociedad cívica emocionalmente hablando, no podemos permitir que los malos hablen por todos. Hay mucha más gente buena que mala. Hay que intentar que la sociedad avance en la época en la que está. Si nos quedamos en lo que tenía que ser hace 50 años, muy mal vamos.
Precisamente 'Touré' destaca por ser un personaje que mira mucho hacia adelante, que tiene la capacidad de expandirse por todas parte y de encontrar la familiaridad.
Totalmente. Hay una cosa que se trabaja siempre en los proyectos sociales que tiene que ver con la pena, y es algo que rechazo. Dentro de las desgracias siempre hay cosas positivas, así ha sido en mi vida particular. Muchas veces me río de situaciones que otra persona ve como una desgracia. La vida es eso: no compadecerte de ti mismo y dedicarte a avanzar y sumar. Él es un personaje sin metas o fronteras en la cabeza. Eso le permite estar en barrios pobres y ricos, estar con blancos y negros... No tiene ningún tipo de agobio por lo que pasará. Es un tío con mucho morro, y a mí eso me mola. Son seis capítulos que cuentan cosas con las que la gente, no gente negra o racializada sino cualquier español, se puede sentir identificado.
Lo principal de Touré es que es un superviviente, y estamos rodeados de supervivientes. Somos millones de personas a las que nos cuesta llegar a fin de mes, como a Touré, como a mí, y como a la gente que la verá. Ahí está la conexión con el público. Se van a sentir identificados y aprenderán a reírse de situaciones duras, porque la vida continúa. Una sonrisa siempre viene bien, no cuesta dinero, él conoce muy bien sus armas e intenta siempre sacarlas para avanzar. Eso es lo que me gusta del personaje, que siempre avanza. No es un detective que lo planifique todo. Yo era fan de Jessica Fletcher, con esa intuición que tenía y me fascinaba, o Colombo. Pero Touré no es eso: es un tío con mucha jeta, no es un detective al uso, ni un Superdetective en Hollywood: es un buscavidas que, igual que le tima 20 pavos a gente a la que cree que no le hace falta el dinero, le viene bien si le pagan un poco más por ayudar a los demás. Él lo dice mucho: “Me gustaría ser como mi abuelo, que ayudaba a la gente”. Es una cosa que compartimos él y yo. A mí lo que más me gusta es ayudar. Si focalizamos nuestra sociedad en ayudar al prójimo, al que lo necesita, avanzaremos mucho más que pisoteándonos.
Es importante no exhibir y no sacar la ideología antes que la humanidad
¿Cómo crees que Touré puede ayudar en un panorama como el actual? No solo tan trágico, en lo que respecta a lo que nos rodea con la crisis de la DANA, sino en lo televisivo, con un ambiente tan bronco.
Creo que la sociedad está distraída. Hemos perdido la humanidad que nos caracteriza y hay que recuperarla. Nos toca desaprender muchas cosas a nivel social para volver a llevarnos bien. Es importante no exhibir y no sacar la ideología antes que la humanidad. No podemos ir andando con bocadillos gigantes, como si fuéramos ideologías andantes. Se ha perdido que dos personas se sienten y haya puntos de conexión. Hay que escucharse más y perdonarse más. Da igual la ideología que tengas, hay que ser más humano. Touré tiene eso. Los espectadores verán una convivencia vecinal que tiene mucho que ver con la empatía, con la asertividad para decir las cosas... Es importante no hacer daño.
Estamos en una sociedad en la que parece que pasa lo contrario. Vamos a aprender a no hacernos daño de forma consciente. La sociedad está yendo a una deriva dolorosa en la que los insultos, las vejaciones y el maltrato al otro es muy común. Tenemos que volver a sentarnos y hablar, a ser capaces de respetarnos teniendo ideologías diferentes. Las ideologías a veces nos nublan. Yo la ideología la uso para votar, pero no necesito exhibirla ni necesito decir que la mía es mejor. Lo importante es hacer las cosas bien y ayudar. Olvidémonos un poquito del dolor y de hacernos daño, porque no iremos a ninguna parte como sociedad y como civilización.
Hablando de ayudar, Itziar Ituño nos decía hace escasos días, al hilo del estreno en Cádiz, que su vida era mejor desde que te había conocido.
Es una crack. Es una persona maravillosa, increíble. Presenté con ella la clausura del Festival de San Sebastián, y me acuerdo que nos abrazamos y nos dijimos: 'Si nos equivocamos, nos equivocamos juntos, si nos reímos, nos reímos juntos'. Fue todo en plan colegas. Es una persona que ofrece todo lo que tiene. Y lo digo de verdad. Piensa mucho en los demás, se pone en la piel de los otros, y eso es una maravilla.
Hay una gran conexión, en general, con todo el reparto. Se pudo ver en cómo te arropaban tras el pase en el South International Series Festival...
Yo me he topado en esta producción con actores y actrices a los que, si me los hubieran puesto en una lista y me hubieran hecho elegir, son los que habría elegido por nombres y por cómo son. Como diría Patrick Swayze en Ghost, no sabes cuánto amor me llevo de esta serie. Eso es lo que define mi estancia en Bilbao rodando Detective Touré. Me llevo hermanos y hermanas, me he topado con compañeros y compañeras que me han arropado, ha sido una pasada. No tengo queja. Me ha tocado un equipo ejemplar, desde dirección a peluquería, vestuario, sonido... Todo ha sido perfecto. He estado en un sueño, y cuando se me acabó no podía parar de llorar, tanto que mi gran hermano Urko Olazabal vino a abrazarme. He hecho el viaje profesional más importante de mi vida. Con eso me quiero quedar de Detective Touré, más allá de lo que me pueda ofrecer a partir de ahora que se va a emitir: quedarme con la parte humana.
He estado feliz y contento. Me decía la gente en rodaje que era una maravilla verme llegar siempre con una sonrisa... ¡Cómo no! Es lo mínimo que puedo hacer. He estado arropadísimo. Y no me gustaría olvidarme del trabajo de Jorge Elorza, que fue mi coach, un coach que sabe trabajar muy bien, tiene mucha sensibilidad como buen actor que es, y que hizo conmigo un trabajo maravilloso. Ni de Esteban Crespo y Violeta Salama, los directores, a los que les dije: 'Aquí está mi mano, llevadme y vamos a volar juntos'.
No es habitual escuchar a un actor protagonista esforzarse tanto por reconocer departamento a departamento, hasta a los actores episódicos, a todo su equipo en las entrevistas. ¿Se nota ahí la conciencia de dónde viene uno, en querer compartir el momento?
Has dicho la palabra “equipo”, y un equipo es desde el portero al delantero. Luego saldrá en portada el que meta los goles, pero sin el portero parando no se va a ninguna parte. Todo el equipo ha estado de diez, y me gusta acordarme de todos y cada uno de ellos porque no basta con trabajar día a día, sino que hay que conocerlos. Y lo primero es empezar por el nombre. Me gusta llamar a la gente por su nombre, porque es lo mínimo que puedes hacer. Intento hacerlo siempre, procuro escucharlos cuando se presentan, a veces apunto los nombres y otras no. Es un ejercicio que no es tan difícil de hacer. Es cuestión de ponerle interés y respeto, y cuando hay respeto, hay empatía y asertividad. Así todo va bien.
En total, son seis episodios de 'Detective Touré', y cuando termine, estarás en cine con 'Sin instrucciones', junto a Paco León y Silvia Alonso. Buena forma de terminar el año, con dos proyectos de envergadura en la pequeña y la gran pantalla.
Es la segunda vez que trabajo con Marina Sereseski, que es una crack y es ya como mi hermana. Me lo pasé estupendamente en esa peli. Estoy muy feliz porque estreno en un mes una serie y al siguiente una peli. Eso nunca lo soñé, ni en mis mejores sueños. Me pasó un poquito con Chiringuito de Pepe, que vino junto a Palmeras en la Nieve en cine y El hijoputa del sombrero en teatro, y me hizo sentir bastante actor. ¡Estaba haciendo tres cosas a la vez! Pero eso duró poquito, y no es lo mismo que lo que viene ahora.
Pido que se dignifiquen los personajes, que no esperemos a necesitar un negro para llamarme
En 2022 aparece Touré, en 2023 ruedas Touré, en 2024 estrenas Touré. En 2025, ¿qué ves? ¿Tienes un horizonte imaginado?
Por un lado, imagino una segunda temporada de Touré. Ojalá sea así porque significaría, primero, que se ha visto la serie; segundo, que se está apostando por una cosa necesaria; y tercero, porque significaría que el trabajo está bien hecho. Por otro, quisiera hacer muchos más trabajos más allá del color de mi piel. Que no sea ya más un “llamemos a Malcolm porque necesitemos a un actor negro”, sino “llamémoslo porque necesitamos a un actor”. Y sobre todo, respeto.
Con cada paso que da un actor en la profesión se tiene que entender que se tiene que respetar. He recibido llamadas para un casting con nosecuántos actores... Y yo lo respeto todo, pero creo que esa época para mí pasó, y si me respetas un poquito y empatizas con lo que pretendo hacer, estaría bien que me ofrezcas algo directamente, si es una cosa pequeña, o si es algo más importante y necesitas una vuelta, que no sea un casting megaabierto. Hay muchas formas de mostrar respeto. Me gustaría que se me respetara un poco más en la profesión, como persona y no como un muerto de hambre. Con respeto llegamos a todo. Eso es lo que pretendo cuando salgan Detective Touré y Sin instrucciones, que me llamen para disfrutar de mi profesión y no para tapar el casting de nadie. Yo soy negro, lo tengo claro porque tengo espejos en casa, pero también soy un profesional, y me gusta que se me respete como tal. Esto es algo que llevo diciendo muchos años y que mucha gente no entiende. Prefiero pasar hambre y tener dignidad que comer siendo pisoteado, y a veces en esta profesión se nos ningunea a los actores. Es un dolor que llevo siempre, y espero que en 2025 se me respete. El respeto es importante para evolucionar.
Para 2025 no voy a pedir todo protagonistas porque no tengo esa potestad, pero deseo que al menos cuando se me llame no parezca que me están haciendo un favor. Favores no quiero en mi vida. Que nadie me llame como un favorcito. Yo trabajo con dignidad, respeto, empatía y seriedad. Si eres serio, lo entenderás, y si no lo eres, no llames a mi puerta, porque no me interesa.
Estamos en 2024: no existen personajes negros o blancos, a no ser que sean históricos
Más claro no se puede decir. ¿Cómo se refleja eso?
Digo que no a muchos curros porque no me parece digno, y hay veces en las que hay que respetar. No bajemos, no hagamos que alguien vaya para atrás. No pido que me llamen solo para hacer protagonistas o antagonistas, sino que se dignifiquen los personajes, que no esperemos a necesitar un negro para llamarme. Estoy cansado de hacer personajes negros. Eddie Murphy no hace ya personajes negros, ni Denzel Washington o Will Smith los hacen ya tampoco. Estamos en 2024: no existen personajes negros o blancos, a no ser que sean históricos. Hay que gestionar bien los castings y a los actores. Igual que cuesta mucho salir, cuesta mucho mantenerse, y ayuda que te respeten para mantenerte. Y a mí me encantaría poder mantenerme.