María León asegura que se pensó “un poco” la propuesta de participar en MasterChef Celebrity 9, que este lunes emite su cuarta entrega en TVE. La andaluza comprometió su agenda, compaginando esta aventura con otros proyectos, y se “tiró de cabeza”: “Tenía tantas ganas que me arriesgué”, declara a verTele la actriz, que desvela, eso sí, que lo hizo no sin antes pedir consejo a su madre, Carmina Barrios, exconcursante del talent culinario en dos de sus ediciones en la pública.
“Ella cumplió 70 en MasterChef y le encanta y ha repetido y repetirá. Me dio consejos de que me lo pasara bien, pero sabía la tensión que iba a pasar y como buena madre me dijo: vuela, pollito, vuela”, recuerda León, que no cree que su paso por los fogones de La 1 comprometa su carrera como intérprete, sino todo lo contrario. “Ha sido como abrazar un poco más mi profesión y agradecer que yo tenga ese hueco porque llevo 20 años en los salones de la gente”, reflexiona antes de valorar “lo duro” que es el formato.
“No solamente hay que tener talento para la cocina, sino también talento para poder estar en la tele”, apunta, añadiendo que “no todo el mundo tiene anímicamente la capacidad de sobrellevar ese tipo de trabajo a mucha tensión”. A la vista está el ejemplo de su compañero Rubén Ochandiano, que abandonó el programa hace una semana entre críticas a Shine Iberia por el montaje de la secuencia en la que explicó su decisión. “Es una presión que no todo el mundo sabe llevar”, insiste.
A pesar de todo, María León promete haberse sentido “a gusto” en un programa en el que “te tratan bien” y en el que “hemos estado de maravilla”. Por eso, descarta, a priori, participar en otro reality de la televisión: “Para exponernos de esa manera, tenemos que saber que hay un buen colchón y no creo yo que todos los programas tengan el mismo colchón y sean tan blancos”, señala. “Yo creo que en otro lugar no me atrevería a dar mi corazón”.
¿Cómo fue el momento en el que te llegó la propuesta para participar en el programa? ¿Te lo pensaste mucho?
Yo la verdad es que me lo pensé un poco, porque iba a rodar con Eduardo Casanova y era imposible cambiar fechas. Pero tenía tantas ganas que me arriesgué y me tiré de cabeza. Mi madre me lo recomendó, ella ha ido dos veces y tenía referencias claras. Pero hasta que no estás dentro no sabes lo que es realmente. ¡Menuda aventura!
¿Qué consejos te dio tu madre?
Mi madre me dio consejos, pero por muchos consejos que te den, lo tienes que averiguar cuando estés dentro. Es imposible. Yo tengo que decir ahora que creo que mi madre es una extraterrestre porque son muchas cosas. Y es un trabajo muy duro, muchas horas, no sólo psíquico sino físico. Que es verdad es que estamos a gusto, que te tratan bien, que estamos de maravilla, pero hay que tener mucha fuerza. Ella cumplió 70 en MasterChef y le encanta, y ha repetido y repetirá. Me dio consejos de que me lo pasara bien, pero sabía la tensión que iba a pasar y como buena madre me dijo: 'Vuela, pollito, vuela'.
¿Por ser actriz te daba reparo estar en este programa por si luego no consideran igual tu imagen?
No, porque no tiene nada que ver. Yo soy actriz y tengo una carrera maravillosa con la que por suerte llevo lidiando veinte años y sigo, y me considero un personaje público porque llevo 20 años en la televisión. He hecho muchos programas en los que haciendo promoción me conocen y he sentido que tengo un espacio precisamente por tener la profesión que tengo, en la televisión donde también es mi casa y donde puedo estar y me puedo mostrar como yo soy.
Porque lo que me gusta es que llevo veinte años siendo actriz, promocionando y estando con todos vosotros, mostrándome y estar en MasterChef es como de alguna manera sentarme con los espectadores y decir: “Chicos, hoy me siento con vosotros un poco a cocinar”. Me he sentido cómoda. Ha sido como abrazar un poco más mi profesión y agradecer que yo tenga ese hueco porque llevo 20 años en los salones de la gente y me gusta estar acompañándoles. Creo que es bonito mostrar una cómo es. De hecho, he lidiado con el programa y una película rodando a la vez, la serie con Eduardo Casanova. Ahora voy a hacer teatro, tengo una peli y una serie, así que por suerte esto es parte del acompañamiento de la carrera.
¿Te preparaste para el mundo de la cocina?
Aunque te prepares y tengas información es allí donde sabes las herramientas que necesitas, y aprendes sobre la marcha. Aprendes mucho, pero realmente yo creo que ni con profesores. Es más un trabajo de gym, de ir haciendo crecer el músculo ahí. No te puedes adelantar. Y aunque tengas talento para cocinar, cuando llegas allí es que juegan otros factores, ahí estamos todos en el mismo punto de partida.
Los que más sufren son los jueces, porque nos ven, ven todo lo que hacemos y no nos pueden decir nada
¿Con qué compañero que no te esperabas has tenido más conexión?
Yo creo que con varios. Con Pitingo, por ejemplo, hay una cosa familiar que, por sonoridad, nos escuchamos y nos pegamos. De Pocholo estoy completamente enamorada y he descubierto una persona sensible, creativa, generosa... Con Pocholo me voy al fin del mundo. Es así. Yo jamás lo habría pensado. Seguramente sabía que me iba a caer bien, pero tener este cariño y admiración hacia su persona no, y la tengo y es real. Es para llevártelo a tu casa. Espero irme a su casa muchas veces y que venga él a la mía también.
¿Y alguien como Cristina Cifuentes, que venía de un mundo tan alejado al vuestro como es la política?
¡La amo! Ha sido una gran compañera, con una serenidad, generosa, cariñosa... La admiramos, hay un amor.
¿Y no ha habido ningún mal rollo con ninguno?
Hemos sido como las mejores familias. Nos hemos reído, hemos visto que alguno flaqueaba y no llegaba... Todos mostramos nuestra mejor y peor parte. Y lo bonito es que siendo tan diferentes todos, hemos aceptado “pulpo” como animal de compañía y hemos dicho: '¡Todos a una!'. Eso ha sido muy guay.
¿Entonces no han volado cuchillos?
¡Al contrario! Ha volado mucho amor, demasiado amor. Hemos sufrido mucho los unos por los otros y es precioso porque todos hemos lidiado unos con otros y nos hemos dado abrazos y besos.
Cada uno de los concursantes tenéis una personalidad muy diferente, ¿cuál es tu ingrediente?
El amor.
¿Qué tal ha sido la relación con los jueces? ¿Cómo habéis recibido sus valoraciones?
¡Ay, los pobres de los jueces! Nosotros les tenemos un cariño horroroso, las criaturas nos acompañan todo el rato. Los que más sufren son ellos, porque ellos nos ven, ven todo lo que hacemos y no nos pueden decir nada.
Una vez vivida la experiencia, ¿entiendes a los exconcursantes que han sido críticos con el formato?
Esto fácil no es. Mi opinión sobre todo esto es que tienes que tener muchas cosas, no solamente talento para la cocina, sino también talento para poder estar en la tele. La televisión son muchas horas de trabajo, es tener que estar expuesto... Los que nos dedicamos al mundo del espectáculo sabemos el esfuerzo físico que es. Es verdad que tienes que aprender, que cocinas de verdad, que echamos horas de verdad, es verdad que es durísimo. No todo el mundo tiene anímicamente la capacidad de sobrellevar ese tipo de trabajo a mucha tensión.
Yo creo que cada uno desde su individualidad lo vivió de una manera que el 80% de los que vamos no lo vivimos. Entonces, no se trata de quitarle importancia a lo que ellos quieran decir, porque lo han vivido como lo han vivido, pero nosotros hemos disfrutado. Hemos trabajado como mulas. Ahora bien, nos hemos reído, hemos aprendido, disfrutado, nos hemos reunido por las mañanas, hemos desayunado, hemos hecho familia, hemos comido rico... Luego tú estás haciendo un plato con mucha presión luego te dicen algo y te puedes reír o enfadarte. Triunfar no es fácil. Es una presión que no todo el mundo sabe llevar.
¿Cuál es la parte que te ha resultado más complicada?
Eso, que es un programa y tiene que haber un timing y eso lo más duro: el saber que no tenemos tiempo porque estamos concursando. Lo demás la verdad es que es una gozada.
¿Cuál dirías que es la cualidad más importante para mantenerse en MasterChef o ganarlo?
Tienes que tener varias: mucha fortaleza física, mental, capacidad de estudio, importante no hacer a la vez otra cosa en la vida… Tienes que tener muchos valores y pensar que estás en televisión, porque transmitir un proceso creativo interno no es fácil y hay que ser generoso para poder ganar MasterChef, tienes que tener muchos valores en común. Todos los hemos tenido, pero finalmente quien llegue va a demostrar que está lleno de todas esas cosas.
¿Y crees que ha ganado la persona que se lo merecía o crees que se lo merecía otra persona?
En mi opinión podía haber ganado cualquiera, pero el que ha ganado creo que tenía todas las herramientas. Ahora bien, el mejor plato que se pueda hacer en MasterChef es el del ganador. Es decir, la persona que gana es el plato perfecto y tiene todos los ingredientes perfectos...
Y, sin desvelar el resultado, ¿has llegado hasta donde pensabas que ibas a llegar?
Lo que tengo que decir es que a mí nunca me dejará de sorprender. Me ha sorprendido todo el rato, y a mí las cosas que me sorprenden me gustan, porque me enseñan. Y es verdad que yo le he dado la enhorabuena al equipo y a los jefes porque creo que tienen el factor maravilloso de saber sorprendernos para bien. Yo me he sorprendido, y no sólo con mi proceso sino con el proceso de todos.
¿Participar en otro reality? Yo creo que en otro lugar no me atrevería a dar mi corazón.
¿Te gustaría que el programa empezara antes para que la gente pudiera verlo sin acostarse tan tarde?
Bueno, ahora como está Internet, la gente lo pude ver cuando quiere. Pero bueno, un poquito, un poquito antes.
¿Cómo ves la batalla del access prime time entre El Hormiguero y La Revuelta?
Yo todavía estoy pensando en mezclar ingredientes como para estar pensando en lo que están mezclando en la tele. [Risas]. Yo todavía no sé lo que lidia con qué.
Si solo pudieras ir a un programa, ¿a cual irías? ¿Al de Motos o al de Broncano?
¡Al que paguen! ¡Con las dos manos! [Risas]
Tras esta experiencia en MasterChef, ¿te verías participando en otro reality, como Supervivientes?
Es que superar a MasterChef, la familia de MasterChef, lo que se aprende en MasterChef, y cómo nos hemos sentido... Para exponernos de esa manera, tenemos que saber que hay un buen colchón y no creo yo que todos los programas tengan el mismo colchón y sean tan blancos. Yo personalmente aquí me he sentido en familia. Aquí podía fracasar y creo que el fracaso es parte del aprendizaje. Pero yo creo que en otro lugar no me atrevería a dar mi corazón.