La temporada televisiva arranca a lo grande para TVE este jueves 7 de septiembre con el estreno de MasterChef Celebrity 8, la apuesta estelar de la cadena pública para este otoño. Una octava edición VIP de la marca de entretenimiento por excelencia en La 1 que enciende los fogones de sus 15 famosos con una frívola advertencia de su trío de jueces y también un lamento en relación a la que promete ser una competitiva batalla en audiencias contra GH VIP.
Apenas unas horas antes de este gran estreno, y en el marco del FesTVal de Vitoria 2023, Jordi Cruz, Pepe Rodríguez y Samantha Vallejo-Nágera han atendido a los medios, entre ellos verTele, para anticipar las claves de la edición y referirse entre bromas al Caso Rubiales, precisamente cuando Jenni Hermoso ha formalizado su denuncia ante la Audiencia Nacional. Cierto es que Jordi Cruz ha sacado la cara por Anabel Alonso tras verse salpicada en plena polémica por un beso que dio al chef catalán en una edición pasada del formato, dejando claro que “no es comparable”.
Pero también es cierto que ha sido después de hacerse bromas entre ellos preguntándose “¿ese fue deseado, o no?” y “¿y no lo has denunciado eso?”, diciendo que “quieren llamar a Rubiales para el año que viene”, repitiendo ante los periodistas que va a ser “la edición de los picos”, especialmente por Jesulín de Ubrique, y añadiendo precisamente por él que “Jesulín va a prisión”. El rodaje de la edición fue anterior al beso de Rubiales, y cuentan: “Todo lo del beso tenía que haber pasado antes de la grabación, porque nos hemos hinchado. Tenemos miedo por esta temporada porque nos hemos dado cien mil picos, ¡con la que ha caído! Ha sido la edición de los picos. Sin saberlo. Y ni hecho a posta. La que nos va a caer...”.
Los tres rostros estrella del programa hacen un símil de la situación mediática que se vive tras el Mundial con lo que ocurrió hace ahora un año con la controvertida final de Patricia Conde: “Jugamos una gran edición, pero al final sólo se habló de una estupidez”, afirman, al tiempo que se pronuncian con sinceridad sobre el duelo que vivirán desde el próximo jueves 14 de septiembre con otra de las grandes marcas de entretenimiento de la televisión: Gran Hermano. “Alguien ha programado mal. No hay necesidad, coño”, lamenta Pepe Rodríguez, mientras Jordi piensa que “los que hacen la tele y la organizan deberían pensar más en el espectador, y repartir los grandes formatos”.
Tras publicarse estas declaraciones, la productora del programa ha emitido un comunicado en el que “lamenta profundamente” los comentarios “desafortunados” de los jueces de MasterChef.
¿Qué tal con este nuevo grupo de aspirantes famosos? ¿Ha sido más de reírse que de conflicto?
Pepe: Siempre suele ser así, hasta que hay una nota discordante. Que incluso podría ser este año si ellos o tú quisieras. El año pasado nos reímos mucho, fue una edición muy buena. Si mañana dice alguien “a mí Pepe me dio una patada en el culo que no venía a cuento”, yo le diría: ¿Pero y esto? Pues me lo hubieras dicho antes, o perdóname.
Jordi: Mira, se puede jugar un gran Mundial y que al final sólo se acabe hablando de una chorrada. El año pasado nos ocurrió. Jugamos una gran edición, pero al final sólo se habló de una estupidez. Este año pensamos que no va a haber ninguna estupidez, porque hay un equipo de personas que se han llevado muy bien entre ellos, super nobles, con ganas de pasarlo bien, integrarse y disfrutar la experiencia.
Samantha: Lo hemos pasado muy bien, nos hemos reído, ellos venían con ganas de cocinar y aprender, con mucho miedo también de estar fuera de su zona de confort. Pero ha sido tan genial... Al final nos hemos dado un beso todos entre nosotros, quiero que lo sepáis.
Jordi: Creo que todos habéis entendido el concepto “chorrada”, ¿verdad?
Jordi: Creo que se ha hablado demasiado del beso de Anabel, y poco del que me dio Tamara Falcó [ríe].
Samantha: ¿Ese era deseado, o no?
Jordi: A mí no me pidió permiso.
Pepe: Yo vi que te agarró. ¿Y no lo has denunciado eso?
Jordi: Yo no quiero meter más leña al fuego, pero...
Pero la pregunta es: ¿Cuánto de guion hay en el programa?
Jordi: Eso es imposible guionizarlo. Eso lo hacemos porque lo estamos pasando bien, nos queremos divertir y lo hacemos en plan cachondeo.
Samantha: En MasterChef nos hemos besado desde el primer día.
Pepe: Tenemos miedo por esta temporada porque nos hemos dado cien mil picos, ¡con la que ha caído!
¿Ha habido muchos besos entonces?
Samantha: Sí, ha habido muchos picos. Con Jesulín. Todos nos hemos besado.
Jordi: Jesulín estaba muy besucón. Todo lo del beso [de Rubiales] tenía que haber pasado antes de la grabación, porque nos hemos hinchado.
Pepe: Yo besé a Jesulín de Ubrique [ríe].
Jordi: ¡Yo también! Y a Los Morancos... [ríe].
Pepe: Ha sido la edición de los picos. Sin saberlo, sin saberlo. Y ni hecho a posta. La que nos va a caer... Según iban avanzando estas últimas semanas, decíamos... la que nos va a caer.
Samantha: Quieren llamar a Rubiales para el año que viene [ríe].
Jordi: Seguro que habrá comentarios, pero es que no puedes mezclar un momento de entretenimiento, de pasarlo bien, que surgen estas cosas con total cariño y total diversión. Cuando salió lo de Anabel lo leí y no se me pasó la cabeza contestar ni decir nada, pero sí la llamaría ahora para decirle 'amiga, lo siento mucho'. Se ha mezclado una opinión suya con un beso que me dio de cachondeo y no tiene nada que ver una cosa con la otra, aunque estéticamente parezca lo mismo. No es comparable.
¿Y quitar los besos?
Samantha: No no, los van a poner.
Pepe: Pero si es que es imposible no ponerlos. Jesulín va a prisión... Ese es el titular [ríe].
Competir contra 'GH VIP'
¿Cómo veis competir, en principio, contra GH VIP en la noche del jueves?
Jordi: ¿GH qué es? [Ríe]. Nosotros no competimos con nadie. Para competir tienes que querer competir con el otro.
Pepe: Sí, sí. Sí competimos. Alguien ha programado mal. No hay necesidad, coño. Pon un día una cosa y otro día otra. Es que yo lo veo así, para que la gente se divierta dos días seguidos, y no les tienes ahí que “a ver hoy qué veo” y que si RTVE Play.
Jordi: Hablando en serio, sí que es verdad que los que hacen la tele y la organizan deberían pensar más en el espectador, y repartir los grandes formatos. Si hoy lo pongo yo, mañana ponlo tú. Porque luchar por luchar...
Pepe: ¿Tú has visto alguna vez un partido del Madrid y otro del Barça a la vez? Yo no lo he visto nunca, ¿qué necesidad? Seamos inteligentes: primero uno y luego otro. ¿Qué necesidad de mezclar dos gigantes y que se peleen? Al final lo que hace es partir la tarta. Pues chico, pon uno un día, y otro día el otro. No tiene sentido, desde mi punto de vista del espectador.
Los que hacen la tele y la organizan deberían pensar más en el espectador
¿Se lo habéis pedido a TVE esto?
Jordi: No... nosotros somos nadie. Lo decimos como espectadores.
Samantha: Decídselo vosotros.
Pepe: A nosotros no nos consultan. Pero yo de esto no sé. Si supiese de tele, no estaba aquí.
Jordi: Podríamos ir nosotros a Gran Hermano, convivir, y cocinar.
Samantha: Claro que sí, el mismo día además. Así estamos en dos formatos al mismo tiempo. ¿Qué te parece?
Los concursantes
¿A la mujer de Jesulín, María José Campanario, que le acompaña en esta jornada, ya la habéis convencido para que esté en otra edición?
Samantha: Pues deberemos. Están fichados Rubiales, la Campanario, no sé... Tenemos un casting medio hecho ya.
¿Qué os parece el casting esta vez?
Samantha: Los directores de casting hacen una ensalada perfecta. Está clarísimo que tú no puedes poner tres cómicos iguales. Pero sí un presentador, un torero, una presentadora como Toñi Moreno que tiene mucha experiencia ante las cámaras, bueno, y que ha escrito un libro de cocina...
Pepe: Es un gran casting.
Jordi: Al principio decíamos: 'Jesulín no cocinará un pimiento', 'Los Morancos irán de graciosos', 'este será terrorífico...'. Y no. Son muy buena gente, cero problemáticos, muy divertidos, trabajadores y se han hecho muy muy amigos. Nosotros nos lo hemos pasado muy bien con ellos, nos hemos reído mucho y pensamos que es una edición para verla, reírte, y disfrutarla porque ha quedado muy sana y muy bonita.
Ha habido años más problemáticos, ¿no?
Samantha: No problemáticos, menos divertidos. Cuando grabas hay ediciones que se hacen más pesadas, y este año no queríamos acabar, hemos estado encantados.
Jordi: Hay años que viene gente que no sabe cómo va el programa y luego se sorprende de que hay que cocinar y currar muchas horas. Y esta edición creo que todos lo han entendido, o si no lo han entendido han tirado igualmente para adelante.
Hay años que viene gente que no sabe cómo va el programa y luego se sorprende
Hablabais de los prejuicios que teníais y eso siempre es un error, porque luego sorprenden...
Jordi: No te equivoques, no cocinan nada [ríe].
Pepe: En el caso de Jesulín, es un tipo que está acostumbrado a llevarlo todo al límite y la cocina la lleva al límite también. Vemos ahí la manera de ser de cada persona.
Jordi: Poner etiquetas es muy sencillo, y MasterChef tiene la capacidad de desnudar mucho a la gente y mostrar cómo son las personas. Te das cuenta de que Eduardo [Casanova] o Jesulín son tíos divertidísimos.
Pepe: Lo más importante es que el público se va a entretener y se va a divertir muchísimo.
¿Qué 'celebrity' ha llegado con los deberes más hechos? ¿Quién se ha preparado más?
Pepe: Curiosamente, los que entran con nivel más alto no son los que parece. O los que parece que entran con más nivel, luego realmente no lo tienen. Ha sido el despelote padre.
Jordi: Ha habido un par que nos han dicho, 'yo he escrito un libro de cocina'...
Pepe: Imagínate, nos hemos cebado en plan cachondeo. Ha sido divertidísimo.
Samantha: Todos están arruinados por sus clases de cocina y luego está Jesulín, que fue a trabajar con nómina a un restaurante dos meses antes de MasterChef. En vez de ir a clases, trabajó de cocinero en un restaurante con su nómina y todo. Se lo ha tomado muy en serio y es un personaje realmente divertido y entretenido. Lo hemos pasado muy bien con él mezclado con toda esta 'fauna'.
¿Alguien ha entrado de paseo, pensando que era algo fácil?
Samantha: No, de MasterChef no se quiere ir nadie.
Pepe: ¡Ni el mismísimo Jorge Sanz!
Jordi: Es que el que viene de paseo nos dura tres minutos. Al minuto uno les pedimos hacer la prueba más imposible, este año lo hemos hecho.
Pepe: MasterChef es un programa en el que no te puedes escaquear, no hay manera de escurrir el bulto. Si lo han intentado, que es posible, al minuto se te ve la trampa y tienes que dar el callo.
¿Quiénes han sido para vosotros las grandes sorpresas de esta edición?
Samantha: Por ejemplo Dani Illescas, que ni le conocíamos. Jesulín ha hecho un gran programa. Y a mí me gustan Álvaro Escassi, Toñi Moreno, Palito Dominguín y Sandra Gago.
Jordi: A mí hay tres que me han divertido mucho: Blanca Romero, que tiene un humor asturiano que es bestial, Jesulín, y Eduardo. Eduardo Casanova es...
Pepe: Cada uno aporta, pero esos son muy obvios, no me interesan. Mis caballitos ganadores son Genoveva Casanova, Diosdado y Daniel Illescas. Ahí lo dejo.
¿A vosotros os ha intentado presionar algún famoso para entrar en MasterChef Celebrity?
Jordi: Es que nosotros somos igual de imparciales en los castings. Pero hay que pensar que no tiene nada que ver el casting de los anónimos, que es gente que quiere cambiar su vida, y realmente puedes valorar un nivel y buscar a esa persona que puede evolucionar y cocinar; que un celebrity que no valora ser cocinero, que tienen agendas muy complicadas, y que nosotros tenemos claro que es un formato más para entretener que para buscar como un talent.
Pepe: Ellos directamente a mí no me han llamado, pero sí que sus representantes para saber con quién tienen que hablar. Eso sí nos ha pasado, a todos.
¿Es un formato apetecible para los famosos?
Samantha: Claro, te promociona. Todo el mundo que sale en MasterChef luego está en más programas, o en series.
Jordi: Yo lo veo en mi libro de reservas. Cuando veo que hay una celebrity... digo: malo, este quiere entrar.
Hay mucha celebrity en este país
¿Quién creéis que sería un buen concursante, y todavía no ha entrado?
Jordi: Yo Scarlett Johansson. [...]. No os riáis, yo creo que podría hacerlo bien, y me gustaría.
Pepe: Encajarían muchísimas personas que tienen ganas de pasarlo bien y hacer el programa. No he echado de menos a nadie en estos quince, pero ahora que los he tenido digo: ¿y podremos coger otros 16 para el año que viene? Pues sí, seguro que aparecerán. Con estos u otros perfiles, pero hay mucha celebrity en este país.
Jordi: A muchos les gusta la idea, les seduce... pero les da cierto miedo. Porque lo de cocinar delante de todo el mundo...
Eduardo Casanova decía que temía que se le viesen las costuras, por ejemplo.
Samantha: Eduardo Casanova madre mía la guerra que nos ha dado. Uy uy uy...
Pepe [con tono irónico]: No joe, no estoy de acuerdo. Si alguien me ha generado paz, tranquilidad, sosiego, incluso un punto de aburrimiento, es Eduardo Casanova. Parece otra cosa, y al contrario.
Ser jueces y su faceta televisiva
Cuando veis el cocinado y sabéis que os van a llevar un plato malo, ¿cómo vivís ese momento de saber que estará regulero, pero tenéis que probarlo?
Samantha: Llevamos once años probando mierdas. [Risas de todos].
Pepe: Hala, ya tenéis titular. Lo de Jesulín ha quedado atrás ya. Os doy otro: lo difícil en MasterChef es probar un plato bueno. [Más risas de todos]. He querido suavizar el mensaje,
Jordi: Después de trece años estamos vivos de milagro. [Risas]. Pero yo entiendo lo que dicen: en media hora, cocinar en MasterChef con el reloj, con tres cabritos que sabes que te van a pillar... Lo normal es que todos los que estáis aquí nos traigáis algo que, si está comestible, da gracias.
Pepe: Lo normal es que lo hagan mal. Eso es lo normal.
Samantha: Y todavía cuando es allí, con el mercado, sabemos de dónde vienen las cosas, que se han lavado... Pero cuando hacemos el casting de anónimos, que vienen desde su casa con una neverita con la comida... claro, tú cómetelo.
A lo largo de tantos años, ¿ha habido algún momento en el que hayáis pensado que no podíais más?
Jordi: Cada temporada lo decimos. Y a veces, cada programa [ríe].
Pepe: Es un programa muy agradecido y lo pasamos muy bien, pero hay momentos que dices '¿lo dejarías?'. No tengo motivos. ¿Te cansas? Sí, y la edad se nota en mi caso. Hace diez años que empecé y va pesando. Pero es tan agradecido el formato, lo que hay alrededor, el equipo, el grupo... que eso es lo que te hace seguir. Y nos ocurre algo muy importante: no somos gente de la televisión, nosotros estamos en televisión. La gente de la televisión enseguida quiere cambiar para que no se le encasille, pero nosotros no somos de la tele con lo cual este formato es maravilloso y nos morimos con él. No quiero entrar en otro programa porque no me siento un hombre de la televisión.
Samantha: Además, MasterChef es 'el formato' de cocina, con lo cual tiene sentido porque todos tenemos nuestra profesión relacionada con la hostelería.
Jordi: Eso lo dicen porque viven al lado de Madrid y no en Barcelona. Cuando empezó esto pensé que mientras que no afectase a la rutina y calidad de mi restaurante... que igual se podía hacer un año. Cuando llevas trece piensas: 'descansa'. Pero a la vez es lo que dice Pepe, cuando descansas un poco te das cuenta de que puedes un poquito más, y así hasta el día de hoy.
Cuando terminéis con MasterChef, ¿os veis dando el salto a otro formato?
Jordi: Yo a Pepe le veo contando chistes y haciendo un programa de mediodía. Eso ya lo hace Arguiñano, pero le veo [ríe].
Pepe: Si hay algo que no me ha gustado nunca en la vida es Canal Cocina. Y yo empecé allí, en una tertulia. Acabé grabando una cosa de legumbres obligado porque no me gustaba nada, y sigue sin gustarme. Eso de todos los días contar una receta, qué pereza. Pero MasterChef no va de cocina, va de muchas más cosas. Hay emociones, hay diversión, y ahí si me encuentro a gusto. Pero hacer un programa a lo Arguiñano no, no. Se me notaría en la cara, no podría. ¿Qué pasará cuando nos echen de aquí? Pues no lo sabemos. A lo mejor nos llaman y nos ofrecen otro formato...
Jordi: Tú te jubilarás.
Samantha: Yo vivo de mi trabajo. Ha habido momentos que he dicho que no podía más, pero me encanta.