El regreso del Grand Prix a TVE hace una semana fue un auténtico bombazo. El histórico concurso lideró la noche del lunes con rotundidad y se convirtió en el mejor estreno televisivo de 2023. Casi 2,6 millones de espectadores (el 26.1% de la audiencia) asistieron al renacer de un programa que ha intentado modernizarse y mantener casi intacta su fórmula clásica.
Una fórmula que bien conoce Ramón García, la persona que lo vio nacer en 1995 y que acaba de rebautizarlo casi tres décadas después. Esta vez, eso sí, comparte el protagonismo con la actriz Michelle Calvó y la streamer Cristinini, dos mujeres que aportan un soplo de aire fresco al veterano programa “del abuelo y el niño”.
Cuando Calvó recibió la llamada del programa para hacer el casting, se quedó en “shock” por el regreso de un concurso que había visto tantísimas veces con su familia cuando era una niña. Quién le iba a decir a la protagonista de Desaparecidos que acabaría presentado junto a Ramón García uno de los títulos más emblemáticos de la pequeña pantalla.
“Me lo ofrecieron y acepté por el simple hecho de honrar esos momentos que vivía con mis abuelos al ver el programa. Me acuerdo de ver a mi abuelo llorando de la risa”, cuenta la intérprete, que días antes del estreno atendió a los medios de comunicación, verTele entre ellos. “Son momentos super bonitos y me apetecía generar esos recuerdos que yo tengo a las nuevas generaciones”.
Ese era el reto: modernizar el Grand Prix para conectar con los espectadores más jóvenes (aquellos que no habían nacido cuando se estrenó en 1995) y no expulsar a su público más tradicional.
Sin vaquilla, con pruebas nuevas y algunos cambios estéticos, existía el riesgo de falsificar un formato que millones de españoles guardan en el recuerdo con perfecta nitidez.
La “nota discordante” del nuevo 'Grand Prix'
Cristinini ha llegado al Grand Prix para ser “la nota discordante” en esta nueva etapa. Cerca de cinco millones de personas siguen sus intervenciones en Twitch, YouTube y TikTok, así que es el perfil más adecuado para conectar con las nuevas audiencias.
Se ha traído el trabajo al plató del concurso, donde comenta las pruebas desde una cabina de retransmisión. Ella aparece en un pequeño recuadro situado en la parte inferior de la pantalla, imitando así el formato de sus vídeos en las redes sociales. No hay duda de que los jóvenes están familiarizados con esta apariencia que a otros resultará extraña o algo aparatosa.
“Espero integrarme, pero también tengo que desentonar un poco porque para eso estoy, para poner la nota discordante y traer el mundo digital al programa y hacerlo más moderno”, reflexiona en su encuentro con los periodistas.
Además, resta importancia a las críticas que reciben habitualmente los creadores de contenido digital. “Siempre va a haber gente con prejuicios”, lamenta la influencer catalana, a la que siguen dos millones de personas sólo en Instagram y que poco a poco da el salto a la televisión convencional con formatos como Time Zone en HBO Max. “Yo tengo la mentalidad de hacer mi trabajo lo mejor que pueda. Ya me he cansado de demostrar, llevo haciéndolo muchos años y ahora quiero pasármelo bien”, reivindica.
Y lanza una advertencia a los que se empeñan en hacer chocar a la televisión con las redes sociales. “Tienen muchos elementos comunes, por no decir todos”, defiende al señalar las semejanzas de estos dos sectores: “Nosotros comunicamos y entretenemos, y ese es el objetivo de la mayoría de los programas de televisión”.
No obstante, reconoce que la competencia, sin llegar a confrontar, es sana y hace que cada cual “se ponga las pilas” con sus contenidos: “Si nos damos la mano vamos a llegar más lejos”.
“Cada cosa que está ocurriendo aquí siento que es historia de la televisión”
Pero el Grand Prix no sólo se ha modernizado haciendo este guiño a los más jóvenes. Las mujeres han tomado las riendas de un programa en el que antes estaban “un poco encorsetadas”, comenta Calvó.
“Me mola muchísimo que nuestro papel es distinto al que tenían ellas. A ellas se les veía un poco encorsetadas. Nosotras tenemos total libertad y la mujer tiene un papel mucho más interesante”, comenta orgullosa.
Acostumbrada a interpretar un personaje en algunas de las series más famosas de los últimos tiempos (pronto la veremos en la tercera temporada de Entrevías), a la canaria le pone “nerviosa” exponerse de este modo ante las cámaras, siendo ella misma.
Pero la aventura del Grand Prix había que vivirla, más aún si es junto a Ramón García. “Está super emocionado. Para él es muy bonito, y poder disfrutar eso a su lado es maravilloso”, confiesa. No es para menos: “Cada cosa que está ocurriendo aquí siento que es historia de la televisión”.