Patricia Conde: “Mi forma de actuar en 'SLQH' no era normal. Si existiera esa persona, no me caería bien”
Acaba de comenzar la séptima edición de MasterChef Celebrity, y Patricia Conde se ha convertido ya en una de sus concursantes más aventajadas. Con su sentido del humor y las dotes culinarias que lleva tiempo poniendo en práctica, la actriz y presentadora ha tomado una posición preferente en el show culinario de TVE, cuya primera gala se emitió el pasado lunes 12 de septiembre.
Pero no le resultó fácil aceptar la invitación del programa. Acostumbrada a interpretar siempre un guion en programas como El Informal, Sé lo que hicisteis o LOL: Si te ríes, pierdes, a Conde se le hacía grande una aventura como esta en la que simplemente iba a mostrarse tal y como es.
“Me costó porque no conocía el formato. Siempre he hecho proyectos en los que ha intervenido la magia de un guion muy bien elaborado (...), y cuando te sueltan en un reality en el que juegas con tus propios sentimientos y en el que no sabes por dónde vas a salir en esos momentos complicados...”, explicó en la presentación de esta séptima edición, que tuvo lugar en el FesTVal de Vitoria días antes del estreno.
Allí, en un corrillo con periodistas y presencia de verTele, confesó que MasterChef ha sido para ella “una catarsis tremenda”, una experiencia que le ha servido para romper algunos prejuicios que existían sobre la humorista que trataba mal a sus compañeros y exhibía un comportamiento exagerado porque así lo exigía el guion: “Siempre me dan papeles en los que muestro a una mujer que dista mucho de la realidad”.
Pero en el concurso que produce Shine Iberia no tiene un texto que interpretar, y ese salto al vacío produce vértigo. Se ha dejado llevar en un entorno al que no estaba acostumbrada, y con gente a la que conocía poco o nada. Ha hecho amigos y ha perfeccionado sus capacidades como chef.
Lo iremos descubriendo poco a poco en las sucesivas galas de MasterChef Celebrity. De momento, sus primeros pasos en el programa han sido acertados: se ha ganado la simpatía del público y ha esquivado la primera eliminación.
¿Ha sido duro?
Creo que en todas las ediciones de MasterChef, todos lloran al final o al principio.
¿Hasta el punto de pensar en abandonar?
Se te pasa siempre por la cabeza. Es duro porque el cliente final es el espectador, entonces no puedes hacer mucho más que escuchar el veredicto de lo que he hecho bajo mi corta experiencia como chef. No puedo hacer un plato de una estrella Michelín, y probablemente nunca lo haré en toda mi vida. Podré hacer algo parecido, pero nunca va a llegar a ser algo tan espectacular. Y te hacen sentir mal pensando que a lo mejor sí podrías hacerlo. Y cuando no duermes, y estás de cara al público sin dormir porque no has podido conciliar el sueño porque tienes una prueba que no sabes por dónde va a ir, las herramientas que vas a tener, ni si te lo vas a pasar bien; no duermes en toda la noche. Porque, además, estás agotado mentalmente, y al no dormir piensas: ¿Dónde me he metido, qué es esto?
Es muy complicado cuando quieren algo de ti y tú no eres como ellos creen que eres
¿Te costó decidir convertirte en concursante del programa?
Me costó mucho tomar la decisión, pero Miki me ayudó. Cuando me presentaron la propuesta, lo hablé con mi representante y me preguntó si estaba segura de hacerlo porque yo nunca había hecho nada así. Me costó porque no conocía el formato. Siempre he hecho proyectos en los que ha intervenido la magia de un guion muy bien elaborado. Ana Rosa Quintana es presentadora, pero yo soy intérprete. Siempre hemos hecho un guion fantástico con varios sketches con parodias y gags, hemos hecho la magia de la comedia. Y cuando te sueltan en un reality en el que juegas con tus propios sentimientos, y en el que no sabes por dónde vas a salir en esos momentos complicados, me costó mucho. Yo soy muy sensible. La gente me dice: 'Tú eres como la de Sé lo que hicisteis'. No, perdona, Sé lo que hicisteis lleva un guion, y yo jamás pegaría a un compañero [ríe]. No era normal mi forma de actuar en Sé lo que hicisteis... Si existiese esa persona, a mí no me caería bien, pero a la gente sí.
¿Es la eterna dicotomía entre realidad y personaje de ficción?
Un día ves la luz al final del túnel y dices: 'Tengo que jugar, así que vamos a jugar'. ¿Pero qué quiero dar a entender a la audiencia? ¿Cómo hago ese papel que sea parecido a mí pero sin que resulte falso? Para los actores es muy complicado. Yo soy una madre que va al cole a dejar a su hijo y luego a tomarse algo con las mamás mientras ellos juegan. Yo no voy por la vida diciendo que soy superdivertida. Es muy complicado cuando quieren algo de ti y tú no eres como ellos creen que eres. Estoy haciendo una catarsis tremenda...y si encima hago un plato que ni tan mal, me doy por servida. Siempre tienes miedo del resultado final, porque una cosa es lo que suceda y otra cómo lo vendan o lo editen.
Siempre me dan papeles en los que muestro a una mujer que dista mucho de la realidad
¿Pensaste en algún momento que los jueces pulsaban teclas sensibles para exprimir esa faceta?
Cuando supe que iba a entrar me hice la maratón de verme la última temporada de MasterChef. No los vi todos, pero vi algunas parte y vi a Miki para ver dónde me iba a meter. No había indagado yo en esos mundos del reality, era la primera vez. Yo soy vulnerable, tímida. No soy una persona que muestre mis papeles. Además, siempre me dan papeles en los que muestro a una mujer que dista mucho de la realidad. Si me dicen: '¡Has hecho esto mal!', yo me acojono y no me pongo a discutir con esa persona, y a lo mejor me pongo a llorar, porque soy sensible.
¿Ha sido uno de los mayores retos de tu carrera mostrarte como eres sin saber bien lo que se espera de ti pero sin querer fingir demasiado?
Lo más duro es que te muestres tal y como eres y te diga: 'Vaya, qué educadita y respetuosa eres con tus compañeros'. Y tú dices: 'Sí, pero es que siempre he sido así'. ¿Qué quieres que sea, una perra?
Siempre tienes miedo del resultado final, porque una cosa es lo que suceda y otra cómo lo vendan o lo editen
¿Con qué nivel de cocina llegaste a 'MasterChef'?
Yo soy celiaca, así que hace muchos años que tuve que ponerme las pilas si quería sobrevivir. Empecé a cocinar y me especialicé en la repostería. En el programa se puede ver que se me dan bien los postres, pero tampoco voy a tener muy buen nivel. A mí me gustaría tener buen nivel para alimentar a mi familia como he estado haciendo hasta ahora, para cuando vengan mis amigos a casa y ofrecerles una comida en condiciones. Me hace muchísima ilusión sorprender a mis padres, que venga mi padre y pruebe mi arroz de sepia con carabineros, y verle la cara a ese hombre que habla tan poco, ver el reflejo en su cara de: '¿Esto lo ha hecho mi hija?', pues eso es una satisfacción tremenda. Y gracias a que nos hemos puesto las pilas y nos hemos buscado un chef o una escuela de cocina, pues nos gusta cada vez más, aunque cuando acaba el programa no quieres tocar una sartén en dos meses. Pero cuando estás ahí lo quieres hacer bien y lo das todo por ti mismo, para demostrarme que lo puedo hacer bien. Además, el programa también te lo exige, porque hay que dar show, pero también hay que saber cocinar.
Nombrabas antes a Miki Nadal, ¿le has pedido consejo?
Miki me dijo que no podía decirme nada, que hay que vivirlo. Hay que estar ahí para ver por dónde respira el tema, porque cada uno tiene su historia y depende de cómo sea cada uno, de su energía, de sus valores y principios. Para cada uno de nosotros, cada una de las ediciones, es una historia completamente diferente.
¿Quién te ha impactado más de tus compañeros? ¡Queremos salseo!
Y MasterChef también quería salseo... Todos queréis salseo [ríe]. El casting mola porque no conocía a Pepe y Edu, que son una maravilla. No conocía a Fer, ni a Emma, Isa, Nico, Xavier, Daniela, María... No es fácil entrar en un grupo en el que no conoces a nadie. Yo no suelo prejuzgar ni esperar nada de las personas porque no me gusta que lo hagan conmigo, pero un día surgió la magia y nos vimos todos en un autocar yendo a una prueba de exteriores, y nos pusimos a hablar todos con todos. Y me dije: 'Pinta bien'.
¿Tenéis grupo de WhatsApp?
Sí, y se llama 'Supervivientes'. Estamos todos dentro.
En estos casos, nadie de tu entorno puede sentirse orgulloso o decepcionado, porque no saben si has ganado o no el concurso...
Yo se lo he contado a mi madre, que es una tumba. ¿Cómo no se lo voy a contar a mi madre? Sabe algo, pero no todo lo que ha pasado.