El fútbol ya no lo aguanta todo
Hubo un día en el que pareció que el fútbol lo aguantaba todo. La mala gestión, el despilfarro, la falta de coherencia… Pero afortunadamente no es así, es cierto que aún existe más tolerancia que en otros aspectos de la sociedad, pero los malos actos parece que no quedan impunes.
Lejos de querer juzgar nada, llama la atención lo sucedido en la última semana en el seno del Fútbol Club Barcelona. Me cuesta hablar de todo lo que se aleja del terreno de juego, lo verdaderamente apasionante de este deporte, y creo que el mejor favor que se le puede hacer al fútbol es resaltar los valores que provienen del verde, de lo que representa un club para su masa social, su historia y todo aquello que por desgracia está perdiendo vigencia en el Periodismo deportivo generalista, en algún sector de las hinchadas y en el público de a pie, que por culpa de corruptelas varias está perdiendo la fe en un deporte maravilloso.
La denuncia de un socio del club, que cuestionó las cifras presuntamente oficiales del costo del fichaje de Neymar el pasado verano, terminó derivando en una tormenta que de momento se ha cobrado la primera víctima en la persona del Presidente de la institución, Sandro Rosell, que presentó su dimisión irrevocable. Su segundo de a bordo y Vicepresidente, Josep María Bertomeu, es el nuevo Presidente.