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'Better call Saul' 1X07 Review: Los Kettleman buscan abogado

Por Silvia MartínezSilvia Martínez

‘Better Call Saul’ empieza ya la recta final de su primera temporada que, contra todo pronóstico si tenemos en cuenta los fracasos de la mayoría de los spin-off, se está ganando un espacio más que notable en el panorama seriéfilo mundial. Aunque la mayoría de gente habrá empezado a verla porque ya eran fans de ‘Breaking Bad’, lo cierto es que no hace falta haber visto la historia de Walter White y compañía para disfrutar de ‘Better Call Saul’. Su originalidad y saber hacer, siempre con el toque mágico de Gilligan que ya nos enamoró en ‘Breaking Bad’, hacen de la serie que nos ocupa un producto valioso por sí mismo y que nada tiene que envidiar a su ficción madre.

¿Una prueba? El 1x07 que se ha emitido esta semana. ¡Veamos!

(ATENCIÓN: SPOILERS)

CLOACAS QUE NUNCA DEBEN ABRIRSE

Si echamos la vista atrás, nos acordaremos de que el capítulo de la semana pasada trataba, prácticamente de manera íntegra, sobre el pasado del ex policía Mike Ehrmantraut del cual llevábamos queriendo saber más desde ‘Breaking Bad’. Nos acordaremos también de que, entre flashback y flashback, Ehrmantraut requiere la ayuda de Jimmy para hacerse con el bloc de notas del policía joven, ¿cierto? Pues bien, como se suele decir, ‘la policía no es tonta’ y la de Pennsylvania no va a ser menos: el chico se ha enterado bien pronto de que el bloc de notas no está en su bolsillo y sabe perfectamente cómo y cuándo ha dejado de tenerlo.

A pesar de los intentos de McGill de idear inverosímiles situaciones de cómo ha perdido el bloc de notas, Ehrmantraut es un tipo duro que sabe arreglárselas por sí mismo y aparta al abogado del caso – no sin decirle que le mande la factura –, a la vez que habla con el otro policía, el veterano, quien parece tenerle bastante cariño y le advierte sutilmente de que hable con su nuera por si acaso se le va la lengua a la hora de contactar con ellos y contarle lo que sea que tenga que contarles. Y es que, el policía de Philadelphia parece estar tan de acuerdo con que Fensky y Hoffman están bien en su tumba como el propio Ehrmantraut.

Con el pago de sus servicios a Mike asegurado, Saul se dirige a visitar a su hermano, quien por fin es consciente de que tiene que empezar a hacer progresos y decide ir exponiéndose poco a poco a los campos magnéticos ‘como quien toma un poco de veneno para inmunizarse’. Se le ve bastante más animado, tanto es así que parece hasta querer ayudar a su hermano con los papeleos de la tercera edad una vez éste los deja despreocupadamente – guiño, guiño – en su casa. ¡Bien Chuck!

¿DINERO? ¿QUÉ DINERO?

Gracias al dinero totalmente desinteresado que le dieron los Kettleman y a su recién adquirido éxito con los ancianos, Saul ha decidido volar del nido y salir por fin del salón de manicura tailandesa para alquilar una suite que nada tiene que envidiar al bufete de HHM. Hasta Kim se queda totalmente alucinada con el actual poderío de Jimmy, aunque ni siquiera eso es suficiente para que acepte ser su socia. Está demasiado en deuda con su bufete...

…El mismo bufete que decide relegarla a un segundo plano – y eso que aproximadamente en dos años iba a ser socia principal – cuando los Kettleman, que recordemos aún están a expensas de ver qué pasa con su caso, deciden prescindir de ella porque ‘son inocentes y no van a aceptar ningún trato que les suponga devolver un dinero que nunca han robado’. Como siempre, la voz cantante la lleva Betsy, esa insoportable mujer con apariencia de no haber roto un plato pero que los rompería hasta en la cabeza de su marido por salvar su dinero.

Sabemos todos a quién van a acudir, ¿verdad? Pues sí.

En plena partida de egocéntrico bingo en el asilo donde parece haber encontrado su sitio, una llamada interrumpe a James McGill requiriendo sus servicios ipso facto. Los Kettleman – aquellos que en su día comparé con los Flanders y ahora también lo hace Goodman, ¡te has copiado tío! – , que en un principio no querían saber nada de un abogado según ellos ‘de gente culpable’ como McGill, vuelven ahora desesperados intentando que sea él quien les salve el trasero…y el dinero. Pero no, nuestro abogado favorito no está dispuesto a ello. Por eso trata de convencerles de que vuelvan con Kim Wexler, puesto que es ella la que les va a conseguir el trato del que más bien parados pueden llegar a salir.

Los Kettleman, una vez más, se niegan y chantajean a Goodman con el argumento que todos estábamos pensando y no sabíamos por qué no lo decían: el dinero que él aceptó en su día, el cual, en caso de devolver la cuantía total robada, también debería estar presente en la bolsa.

QUIEN ROBA A UN LADRÓN, TIENE CIEN AÑOS DE PERDÓN

Sin embargo, lo que no saben los Kettleman pero nosotros podíamos imaginarnos, es que Goodman es mucho más listo de lo que parece y empieza, por fin, a tener una relación más estrecha con Ehrmantraut quien, una vez más en lo que respecta al matrimonio Flanders, le va a ayudar a salir airoso.

En un alarde de honestidad por parte de Saul y de inteligencia policiaca por parte de Mike, este último se presenta en el hogar de los malversadores de fondos con el dinero que le queda a Saul del que éstos le dieron y lo pone en un cochecito de los niños fingiendo que lo han cogido para jugar. Y ya se sabe, con el dinero no se juega, así que tras la correspondiente reprimenda y ante la mirada de Mike desde fuera, Betsy va a devolver el dinero a su sitio, desconocido hasta ahora.

Cuando todos están dormidos y gracias a una luz que permite ver las huellas recientes, Mike encuentra el dinero y se lo lleva a Saul para hacer gala de su honestidad: Devuelve el dinero, el suyo y el de los Kettleman, quienes ahora, totalmente desesperados, saben perfectamente que es Kim su única opción de evitar las décadas de cárcel para Craig. Primera buena obra.

Al mismo tiempo, salva a su ¿sólo amiga? Kim del aislamiento total al que Hamlin le había destinado tras perder el caso, obteniendo sus más sinceras gracias. Segunda buena obra…pero no de buenas obras se nutre nuestro Saul. Acaba de rechazar su sueño de tener un despacho digno, un despacho de éxito que le haga parecer también un abogado de éxito. El abogado que, capítulo tras capítulo, está demostrando que merece ser.

¿Cómo y cuándo logrará serlo? ¿Quizá los abuelitos a los que ayuda le aporten el capital necesario? ¿O quizá Kim ahora se dará cuenta de con quién prefiere estar? La semana que viene, más ‘Better Call Saul’ en la AMC y en Los Devoraseries de Vertele.

Por Silvia MartínezSilvia Martínez

‘Better Call Saul’ empieza ya la recta final de su primera temporada que, contra todo pronóstico si tenemos en cuenta los fracasos de la mayoría de los spin-off, se está ganando un espacio más que notable en el panorama seriéfilo mundial. Aunque la mayoría de gente habrá empezado a verla porque ya eran fans de ‘Breaking Bad’, lo cierto es que no hace falta haber visto la historia de Walter White y compañía para disfrutar de ‘Better Call Saul’. Su originalidad y saber hacer, siempre con el toque mágico de Gilligan que ya nos enamoró en ‘Breaking Bad’, hacen de la serie que nos ocupa un producto valioso por sí mismo y que nada tiene que envidiar a su ficción madre.