'Dragon Ball Super' 1x14 Review: Con el Super Saiyajin Dios en el corazón
(¡Cuidado SPOILERS!)
El Super Saiyajin Dios no está presente en el cuerpo, pero sí en el alma
Después de que el poder del Super Saiyajin Dios llegara a su límite en Goku, la batalla de los Dioses entre él y el Dios de la Destrucción, Bills, continúa en el nuevo capítulo de 'Dragon Ball Super'. Y es que Goku, aunque físicamente ya no conserve el aspecto de un Dios, ha logrado asimilar algo de dicha energía en su metabolismo.
Goku, ahora en apariencia de Super Saiyan, sigue plantándole cara a Bills pero a éste se le observa ahora más confiado y seguro de la victoria, obviamente la fuerza de Goku no es igual a la de antes.
El combate desciende de nuevo a la Tierra (¡hasta el mismísimo océano!) y Bills le pide a Goku que demuestre si es verdad que ha asimilado los poderes del Super Saiyajin Dios. Goku acepta el reto y le envía un potente Kame Hame Ha que Bills detiene fácilmente. A continuación, el Dios de la Destrucción propina una serie de golpes que resultan muy difíciles de cubrir por parte de Goku, pero como comentaba antes, todavía hay algo de Dios en el interior de Goku y logra escapar de Bills y contraatacar. El Super Saiyajin Dios está en su espíritu de lucha, nunca se dará por vencido, sin embargo, en su fuerza sí que se nota un descenso muy considerable quizás guardando sólo la energía transmitida anteriormente por los cinco saiyans.
La batalla de los Dioses llega poco a poco a su fin
Bills le devuelve el contraataque a Goku y continúan con el combate en el espacio, un combate que está llegando a su fin debido a que Goku está en las mínimas. Su apariencia ya es la habitual, ha perdido hasta la energía de super saiyan. Durante este momento de relax, Bills le confirma que por un segundo se arrepintió de haberle hecho sacar tanto poder. Todo un alago para Goku quien, dando ya el combate por perdido, le dice que es una pena que no pueda haber revancha porque como prometió, va a destruir la Tierra.
Para cerrar el círculo, Bills le propone matarle de la misma forma que le venció por primera vez en el planeta de Kaito: con un suave golpe de dedo en la frente. Tras propinárselo, Goku cae fulminantemente a la Tierra pero, sorprendentemente, vuelve a sacar fuerzas de donde no las hay (como ya hizo en su milagrosa resurrección) y vuelve al espacio mostrando toda la energía que le queda.
El último choque de energía entre Goku y Bills
Siguiendo con el esquema básico del combate, ¿cómo iba a faltar un último choque de energías? Goku lanza su característico Kame Hame Ha y Bills su ya famosa onda morada de energía con anillos alrededor.
Estos ataques se funden en una inmensa masa de energía que destruirá todo lo que toque a su paso. Goku intenta detenerla, ya que Bills la dirige hacia él y hacia la Tierra, pero el poder de ésta es incalculable. Como si de Buu se tratara con la Bola Genki, Goku intenta frenarla con sus manos. Mientras tanto Bills le toca la moral diciendo que acepte que ha llegado a su límite, así que tirando de orgullo, Goku lanza un golpe contra la bola de energía haciéndola explotar en millones de pequeñas estelas que surcan todo el espacio.
Goku queda levitando en el espacio, sin energía en el cuerpo, casi inconsciente. Aun así pronuncia una última frase a Bills: “el hecho de ser un Dios no te da derecho de decidir cuál es el límite de una persona”.
El destino final de la Tierra: no será destruida… por ahora.
Goku cae del espacio, con el cuerpo inmóvil y sin energía, al crucero donde están todos sus amigos y familiares. Vegeta, quien ha estado siempre atentísimo al combate, detiene la fuerte caída agarrándole en sus brazos.
Bills vuelve a cubierta creando unas ondas de energía en sus manos que planea lanzar contra la Tierra, pero este clímax de tensión se rompe radicalmente con una llamada al móvil de Mr. Satan. Bills hace desaparecer las ondas y Wiss, le pide que vuelvan a su planeta. Parece que Bills salvará por entonces el planeta, pero no. Dice que hizo una promesa. No hay vuelta atrás, ni con las súplicas de un agotado Goku, Bills va a destruir la Tierra. Lanza una bola de energía contra la Tierra y…
… ésta sube hasta el cielo sin apenas rozar el planeta. ¡Bills se ha quedado durmiendo en pleno ataque! Wiss se excusa de éste diciéndoles que estaba muy cansado porque hacía mucho tiempo que no entrenaba, y que cuando se despierte posiblemente se habrá olvidado de destruir la Tierra, pero no del pudin que le deben. Por último, le agradece a Goku que haya entretenido a Bills y finalmente se van de allí. La Tierra está de nuevo a salvo.
Un truco de Bills para no destruir la Tierra
En su viaje de vuelta, Wiss le dice a Bills que puede dejar ya de fingir. Era todo mentira, se había “dormido” para no destruir el planeta. Según él, la Tierra es muy interesante debido a que ha cambiado totalmente la personalidad de los saiyan. Curiosamente, también ha cambiado al propio Dios de la Destrucción al no hacer lo que mejor se le da: destruir.
Ah, y otra confesión: en su combate contra Goku nunca llegó al 100% de su poder, tan sólo quería darle una motivación.
¿El próximo Super Saiyajin Dios será Vegeta?
En los últimos momentos del episodio (momentos de paz), nos dejan entrever que Vegeta llegará también a ser un Super Saiyajin Dios, ya que como prometió Goku en el ritual de transformación: “la próxima vez lo haremos contigo, Vegeta”.
Vegeta, orgulloso como siempre, le responde que no quiere ser un Super Saiyan Dios como Goku para ser humillado y derrotado, ya incrementará él solo su poder para superarle a él y a Bills, a quien le debe una por lo de Bulma.
(¡Cuidado SPOILERS!)