'Girls' 4x03 Review: el ombligo de Hannah, y por extensión de Lena Dunham
Que 'Girls' es el ombligo de Hannah, y por extensión de Lena Dunham, no es ningún secreto. La serie es una especie de selfie constante de su creadora y su entorno, que al final también siempre se trata de ella. No es de extrañar por tanto que como la hemos escuchado confesar a raíz de ese otro autorretrato que es su propia biografía, publicada bajo el título 'No soy ese tipo de chica', cada vez le interese menos el narcisismo. Lena Dunham se ha empachado de sí misma. O puede ser que no. Desde luego el nuevo panorama de la serie daba opciones para que se exploraran otros registros, llamemoslos planos, que de momento no están siendo explorados. Al menos no del todo. La clave la da uno de sus personajes a modo de pregunta:
¿Qué pasaría si girara la cámara alrededor?
La respuesta, cómo no, con los SPOILERS del 4x03 (¡Cuidado!)
Nueva York sin Hannah
Lo que ocurriría es este capítulo donde Nueva York, la ciudad que nunca duerme, sigue siendo Nueva York a pesar de Hannah, y donde su ausencia ha dado paso a otras alianzas. Por ejemplo Marnie y Ray, esa extraña pareja que, como ya viéramos en la anterior temporada, se han convertido en algo más, pero también en buenos amigos. Él es lo mejor que le puede pasar a ella, pero no estoy del todo segura de si esto funcionará a la inversa.
Y es que Marnie nunca sabe muy bien lo que quiere salvo cuando se trata de Desi, ese hombre defectuoso de serie, del que desea mucho más. Es por eso que lo mejor para ambos por ahora es dejarlo y centrarse en su música en común, algo que evidencia la tensa reunión que acaban de protagonizar con una compañía discográfica después de que Clementine saliera a colación. Sea como sea, espero que todo esto sirva para dar carpetazo a esta trama amorosa que, al menos de momento, no despierta demasiado interés, pero sí algo de sopor, y de la que lo único positivo parece la presencia de Ray.
Huracán Jessa
A él, precisamente, es al que acuden Adam y Jessa, la otra nueva alianza, para que les saque de la cárcel después de que ella, en uno de esos impulsos que le dan, rompa una multa que le acaban de poner por orinar en la calzada y se enfrente a la policía, arrastrándole a él en su defensa. Ambos, ahora que Hannah no está, tienen en común sus reuniones de Alcohólicos Anónimos que, por primera vez, ella parece tomarse algo en serio.
A pesar de todo, Jessa sigue siendo Jessa. Cuatro meses han pasado desde que dejó la bebida y demás sustancias, y la sobriedad, sin embargo, no hace más que evidenciar sus costuras y sus rotos. Una mala idea, o influencia en palabras del propio Adam, que tiende a la destrucción de sí misma y de todo lo que le rodea. El tipo de persona que precisamente él no debería tener al lado. Pero ella necesita a un amigo y Adam es de esos tipos que se quedan.
Por su parte, la nota cómica y surrealista la pone su prima Shoshanna, la única aparentemente centrada en labrarse un porvenir, que, sin embargo, termina rechazando el puesto laboral que le ofrecen después de una exitosa entrevista de trabajo a la que ha acudido solo para ganar experiencia y buscar en otro lado.
Mientras tanto en Iowa...
La buena noticia es que Elijah, que al contrario que Hannah parece mucho más integrado en su nuevo contexto, ha venido para quedarse y en un episodio en el que su personaje no ha sido especialmente relevante, sus intervenciones, como viene siendo habitual, se han cargado de significado. Él es el único responsable de la pregunta que introducía esta review. Y también de esa otra reflexión en la que anda sumida la protagonista de 'Girls' que básicamente lo es todo para ella. Curiosamente, 'Escritora' se titula este capítulo en el que Hannah se plantea si seguir escribiendo o no. Sucede en ese momento en que le pregunta a su mejor amigo qué sintió cuando dejó de bailar y este contesta que el mayor alivio del mundo.
Pero este no es el caso. El problema para Hannah es que tiene demasiado tiempo libre en un entorno que no termina de serle afín, donde no están sus amigos y le falta Adam, con el que ha acordado hablar solo una vez al mes en una relación, que me temo, terminará enfriándose del todo. Lo de Iowa ya no es por tanto solo una cuestión de candados, por mucho que ella se esfuerce alguien siempre se lleva su bicicleta, es que además ella no termina de encajar del todo. Ni en principio.
La vida social de Hannah
No ayuda, posiblemente, que sea como es. Ni que en una fiesta en la que coincide con los componentes de su grupo de escritura creativa, trate de demostrar su teoría del peligro de los estereotipos y de la existencia de una historia única, con la construcción de unas descripciones un tanto hirientes sobre cada uno de sus compañeros, en lo que probablemente sea un intento de la propia Hannah por girar la cámara y apuntar hacia otro lado. El disparo le sale fallido y termina protagonizando el peor mutis que, me aventuraré, se haya producido en la historia de las series de la televisión, justo en ese instante en que ella trata de saltar por encima del sofá, tropieza y casi se arrastra.
Lo mejor de este episodio, que aunque con buenos momentos no deja de ser poco más de correcto, termina con esa escena de Lena Dunham alejándose en un coche de caballos dirigido por un amish, o he de decir menonita, y desaprovechando lo que hubiera sido una oportunidad genial para cambiar de plano y focalizar, para variar, en todo lo que no fuera Hannah. Aunque estemos aquí por ella.
Que 'Girls' es el ombligo de Hannah, y por extensión de Lena Dunham, no es ningún secreto. La serie es una especie de selfie constante de su creadora y su entorno, que al final también siempre se trata de ella. No es de extrañar por tanto que como la hemos escuchado confesar a raíz de ese otro autorretrato que es su propia biografía, publicada bajo el título 'No soy ese tipo de chica', cada vez le interese menos el narcisismo. Lena Dunham se ha empachado de sí misma. O puede ser que no. Desde luego el nuevo panorama de la serie daba opciones para que se exploraran otros registros, llamemoslos planos, que de momento no están siendo explorados. Al menos no del todo. La clave la da uno de sus personajes a modo de pregunta:
¿Qué pasaría si girara la cámara alrededor?