‘Mr. Robot’ 2x09 Review: un nuevo comienzo
Por Marta AiloutiMarta Ailouti
Con la maquinaria engrasada, entramos en la recta final con este episodio donde todo vuelve a la normalidad. A la normalidad de ‘Mr. Robot’, claro está. Un nuevo comienzo, con viejas preguntas aún por cerrar y algunos nuevos interrogantes que siguen manteniendo el nivel de los últimos capítulos. Al menos, nosotros también seguimos aquí. ¿Estáis? ¿Qué os parece si lo comentamos sin más?
¡CUIDADO SPOILERS!
Nueve capítulos después de su inicio, ‘Mr. Robot’ conecta con el final de la primera temporada. No es la primera vez que lo hace, es cierto, pero allí estamos, justo donde lo habíamos dejado, con la policía aporreando la puerta de Elliot. Claro que eso lo sabemos ahora en un fantástico ejercicio recopilatorio que ata todos los cabos sueltos, si aún quedaba alguno por atar, de lo que vamos a llamar como la mentira de Sam Esmail
Aunque en pequeñas píldoras, poco a poco, hemos sido testigos a lo largo de esta temporada de las consecuencias del ataque de Fsociety a Ecorp que, en esta ocasión, han provocado –felizmente para todos– que Elliot, el único culpable de la cárcel, como diría Leon, salga en libertad provisional mucho antes de los 18 meses de pena que le habían caído por robo e invasión de un ordenador privado.
Fuera le espera Darlene en una bonita escena fraternal que termina con un cariñoso abrazo y algo más. Unas palabras que la serie nos oculta convenientemente y que, apuesto, no pueden traer nada bueno.
La fase dos
Sea como sea con el hacker fuera de la cárcel, ‘Mr.Robot’ se vuelve a sentir algo más como la de sus primeros diez capítulos y algo menos claustrofóbica. Teníamos ganas de volver a la normalidad. A nuestra normalidad, al menos. El problema es que hay algo que no funciona bien del todo en ellos dos. Elliot se está quedando fuera. Literalmente. Abocado a un vagón de metro con música estridente de organillo, mientras la personalidad dominante, poco a poco, cede a favor de su alter ego. ¿Le robará Christian Slater el papel protagonista a nuestro laureado Rami Malek? En algún oscuro momento, imagino, tendrá que ocurrir.
Mientras tanto, Xun ha caído en la trampa y el plan organizado por el informático ha sido todo un éxito. Al menos en parte. Whiterose, a estas alturas, todavía se sorprende con que algo relacionado con Elliot no tenga lógica alguna. Especialmente si es él el artífice de esa fase dos por la que ahora pregunta. Pero sí, en lo que respecta a él, para nosotros el hecho de no tener sentido, lo tiene por completo en realidad. Sea como sea, y en esto de dar rodeos la ficción es toda una maestra, nos quedamos más o menos como estábamos. Sin saber aún de qué se trata. O más allá, qué es lo que implica y qué consecuencias podrá tener.
La planta de Washington Township
No obstante, Whiterose, probablemente el personaje más excéntrico de toda la narración, tiene mucho en lo que pensar últimamente. O eso le sugiere un carismático Phillip Price. ¿No os pasa con este personaje que a veces, las menos, os resulta algo simpático? Al menos a mí me gana cuando abiertamente no tiene reparos en reconocer que es un mercenario dispuesto a jugar sucio y tal y como le dé la gana.
En cualquier caso, de la trama de estos dos, que a veces me da la sensación de estar dando vueltas a lo mismo una y otra vez sin esclarecer demasiado, saco en claro una sola cosa, la planta de Washington Township. Allí es donde empezó todo, con el vertido tóxico de E-Corp, y donde posiblemente terminará.
El empeño de mantener este proyecto, que no se sabe muy bien en qué consiste, por parte del ministro de defensa chino es más que evidente. Algo que, nos confiesa en una peculiar situación, le costó la vida al anterior director general del conglomerado multinacional. El problema, ahora, es que con la fuerte crisis económica y el ataque al FBI en China, la planta probablemente pasará a manos del gobierno al menos que Zhang intervenga.
Por su parte, en su particular lucha de egos, y de poder, ambos tal vez terminen por perder de vista por un momento al peón del señor Price, Angela, que ha estado investigando por cuenta propia los archivos de Joseph Green, el gestor de riesgos de Evil Corp. Su presencia en la comisión de regulación nuclear para denunciar los altos niveles de toxicidad, por encima de lo establecido por la ley, de la planta de Washington Township, no ha pasado del todo desapercibida. La influencia del diablo llega a todas partes. Al menos, a quien también llama la atención es a Dom. Claro que ella está aquí por otras razones y el nombre de Ollie, que volveremos a escuchar al final del capítulo, tiene algo que ver en el asunto.
Al otro lado de la puerta
Con la amenaza de un apagón prolongado, después de tanta caída de tensión, el episodio se despide con Cisco, el chico de los recados –¿acaso no es entrañable cuando reconoce que nadie preguntará por él si desaparece?–, en casa de Susan Jacobs y un misterioso inquilino –¿alguien ha dicho Tyrell Wellick?–, que bien podrían ser cualquier de los otros dos componentes de Fsociety desaparecidos.
Mientras tanto, precisamente, hay quien llama a la puerta, esta vez, de Darlene. Al otro lado, en realidad, podría estar casi cualquiera (juraría que esto ya lo he escrito en alguna otra parte). Tal vez, Dom, que sigue recabando piezas para poder unir después en su puzle particular. Al menos, aún tenemos pendiente la declaración del propietario del arma del casquillo que encontraron en los recreativos. Él podría conducirles hasta Darlene, del mismo modo que hiciera Ollie con Angela. Pero quizás, al otro lado, esté más bien un rostro amigo, como el de Trenton, Webley o el del propio Cisco ya de vuelta. Podría ser, incluso, un miembro del Ejército Oscuro. Pero también, por qué no, ¿alguien ha dicho Tyrell Wellick?
Casi, casi tanto como yo, está Joanna, que reaparece de nuevo en nuestras pantallas para dejarnos un más que prometedor final. Ella y Elliot compartiendo escena, como ya se demostró en la temporada pasada, son toda una mina de oro. ¿Qué no? Acepto apuestas.
De momento os dejo la promo del próximo capítulo. Y ya queda poco para su final.
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Por Marta AiloutiMarta Ailouti
Con la maquinaria engrasada, entramos en la recta final con este episodio donde todo vuelve a la normalidad. A la normalidad de ‘Mr. Robot’, claro está. Un nuevo comienzo, con viejas preguntas aún por cerrar y algunos nuevos interrogantes que siguen manteniendo el nivel de los últimos capítulos. Al menos, nosotros también seguimos aquí. ¿Estáis? ¿Qué os parece si lo comentamos sin más?