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‘Mr. Robot’ 2x04-05 Review: respuestas, reencuentros y algo de acción

Por Marta AiloutiMarta Ailouti

Me guste más o menos, siempre tengo la sensación de que en ‘Mr. Robot’ nunca nada está de más y todo, tarde o temprano, llegará a buen cauce. Eso es un lujo que pocas series pueden permitirse. Mientras tanto las cosas pueden enredarse lo que Sam Esmail quiera en la mente de Elliot. Incluso puede seguir introduciendo personajes y generando interrogantes nuevos en su engranaje. Porque por suerte, las respuestas a algunas preguntas están también por todas partes y ocurren cuando uno menos las espera. Si además las piezas de la maquinaria empiezan a moverse, el juego está servido. ¿Echabais de menos un poco de acción?

¡CUIDADO SPOILERS!

El origen de Mr. Robot

Si algo ha sabido ‘Mr. Robot’, de cara a esta segunda temporada, es manejar bien sus posibilidades promocionales. La serie juega dentro y fuera de la ficción con nosotros –que somos una parte más del show– y genera vídeos en streaming, filtra capítulos por sus redes sociales y, ahora, se inventa una película de terror de serie B, ‘Careful Massacre of the Bourgeoisie’, disponible por gentileza de su creador en su página web oficial a modo de cortometraje con una duración de ocho minutos.

Por qué es importante esta película, si habéis llegado hasta aquí, ya lo sabréis. En palabras de Darlene, que padece ataques de pánico, probablemente sea la causa de todas las disfunciones de los hermanos Alderson. Desde luego es el origen de todo el mal. O, tal vez, exagere. Lo que está claro es que, gracias a este flashback, asistimos por primera vez –careta y chaqueta mediante– a la transformación de Elliot en Mr. Robot y al inicio de Fsociety.

Como decía, se van cerrando algunos interrogantes. La intro –porque no hay que olvidar que todo esto sucede en la intro del cuarto episodio– aporta a su vez otras respuestas que hacía tiempo que buscábamos. Gracias a ello, sabemos por ejemplo que las sesiones que mantiene el informático con Krista a instancia de un juez, se deben al ataque de ira y a la pérdida de consciencia que sufrió en su anterior trabajo.

Una partida para acabar con todas las partidas

El cuarto episodio, además, va a ser el detonante de un cambio en la dinámica del personaje de Elliot. Su final enfrentamiento con Mr. Robot materializado en una partida de ajedrez que siempre termina en tablas va a suponer que por primera vez el hacker desista de intentar vencerlo. Lo que, de momento, le da un respiro a la ficción y probablemente (o no) al propio Rami Malek.

En sacarle de su aislamiento voluntario, influye también Darlene. Con Romero muerto, el FBI al acecho, los recreativos al descubierto y el casquillo de una bala en su interior (¿alguien ha dicho Tyrell?), la joven Alderson no sabe a quién más acudir. O tal vez, como confiesa, solo le quiera a él.

Lo cierto es que si hay alguien capaz de hackear al mismísimo FBI, o al menos eso nos han contado, es Elliot, aunque para eso antes ambos necesiten la cooperación de Angela. De alguna manera, es bueno ver a estos dos juntos de nuevo en una misma habitación. Pone de nuevo en perspectiva la importancia de su amistad incluso para ella, a la que hacía tiempo que no veíamos sonreír así. No digamos ya al propio Elliot.

Amistades peligrosas

La consecuencia directa de todo esto es que el líder de Fsociety ha vuelto y se encuentra aparentemente bien. Es lo que tiene el subidón que uno ve solo lo que quiere ver. Al personaje interpretado por Christian Slater, al menos, no le falta razón al advertir a su álter ego de que desconfíe de su nuevo “amigo” Ray, ese personaje oscuro que a veces produce más escalofríos que la propia Joanna. Pero Ray tiene lo que él necesita, un ordenador, y este lo que aquel requiere, alguien capaz de migrar su página web a otra dirección. La cláusula es sencilla: no mirar más allá de la cuenta. El problema es que Elliot es Elliot y bueno… es él. Y, una vez que estallan, las explosiones de algunas bombas son imposibles de ocultar.

Por suerte para él, quién lo diría, a la que sí tiene de su lado es a Joanna. Y aunque eso no sirva demasiado para evitarle la brutal paliza que recibe al finalizar el quinto capítulo, lo cierto es que sí le ha valido, de momento, para que el testigo al que ella estaba sobornando ocultara su identidad al FBI. El paso de Kareem por la serie ha sido breve. Lo justo para que la señora Wellick recobre un poco la compostura y sea lo que esperamos de ella. Dicen que los asesinos tienen sus propios códigos de honor (al menos Dexter los tenía) y el de ella no pasa por dejar a nadie morir sin respuestas.

Sea como sea, Joanna tampoco está pasando su mejor momento. Abiertamente infeliz, lo que le hace pronunciar una de las declaraciones de “amor” más crueles que haya visto, vive con la esperanza –algo en común teníamos que tener– de que Tyrell vuelva a nuestras pantallas. Tal vez, al final, se vislumbre algo de luz. Esperemos que no quede únicamente en una mera ilusión.

El Ejército Oscuro

La que no sueña (ya hemos visto que Elliot sí, e incluso tiene un espacio para nosotros entre sus sueños) es la agente del FBI DiPierro. Ella y su equipo, convenientemente instalados en el edificio de E-Corp, han viajado hasta China para recuperar las copias de seguridad y el acceso a los servidores encriptados de la corporación liderada por Philip Price.

Además, quieren los dosieres con la información que tengan del Ejército Oscuro. La que lo pide, casi exige, es Dom. Por supuesto que el Dark Army iba a estar en el punto de mira del FBI. Nadie, ni Fsociety ni la propia agente, midieron bien las consecuencias. Estas vendrán más tarde, en un auténtico sobresalto.

Hasta entonces, DiPierro que desconoce la auténtica identidad del ministro de defensa chino, Zhang, como Whiterose –esa es su realidad paralela–, tiene una íntima conversación con él. Como si los dos fueran capaces de bajar la guardia un momento –sí, exactamente ese momento que dura entre un timbre y otro–, y regalarnos esta inquietante diálogo sobre arte, relojes y trajes de seda. También alguna confesión. ¿Os he dicho ya lo que me gustan ambos personajes?

Las primeras consecuencias

Pero, como ya sabemos, para el líder del Ejército Oscuro el tiempo es oro. Así que todo dura lo que tiene que durar. Salvo tal vez Dom, que es posible que sobreviva después de todo al asalto al cuerpo del FBI. El instante, ya lo he dicho, ocurre completamente de improvisto. Dos píldoras de violencia, algo de acción, cierran este capítulo con uno de esos sobresaltos técnicamente tan bien llevados que echábamos en falta. Sabemos que Elliot volverá. Pero el Dark Army no estará del todo contento con tanto revuelo y exigirá represalias.

Hasta entonces, y en lo que nuestro protagonista se deshace del perverso Ray, me despido con el tráiler del próximo episodio:

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Por Marta AiloutiMarta Ailouti

Me guste más o menos, siempre tengo la sensación de que en ‘Mr. Robot’ nunca nada está de más y todo, tarde o temprano, llegará a buen cauce. Eso es un lujo que pocas series pueden permitirse. Mientras tanto las cosas pueden enredarse lo que Sam Esmail quiera en la mente de Elliot. Incluso puede seguir introduciendo personajes y generando interrogantes nuevos en su engranaje. Porque por suerte, las respuestas a algunas preguntas están también por todas partes y ocurren cuando uno menos las espera. Si además las piezas de la maquinaria empiezan a moverse, el juego está servido. ¿Echabais de menos un poco de acción?