'The Brink' 1x04 Review: demasiado 'chanante' para ser la HBO
Por Álvaro PalazónÁlvaro Palazón
Hace un par de semanas os decía que el problema que le veía a 'The Brink' era el de caer en el exceso; de crear personajes tan histriónicos que le quiten veracidad a la serie. Pues bien, eso ha ocurrido ya. Ésta parodia de la política exterior americana se ha convertido en una suerte de “sketches” del 'Saturday Night Live', que en ocasiones sí consiguen sacarte una carcajada, pero que impide tomarse en serio la trama.
Queda bastante lejos de ser, como en un principio se podía preveer, la 'Veep' de los asuntos exteriores americanos. Es una serie tan estridente que en ocasiones cuesta mantener la calma: su tono de histérico puede llegar a resultar cansino.
Aunque de momento cabe destacar la buena interpretación de Tim Robbins y de Jack Black, que por lo menos consiguen arrancar alguna risa esporádica de vez en cuando, que no está nada mal.
Walter y su cálculo renal
Walter decide viajar a la India para tratar de evitar que el Presidente ataque a Pakistán. Todo eso entre un fuerte dolor renal -suponemos que provocado por la ingesta masiva de alcohol y de drogas de la que hace gala durante la serie-.
Entre fríos sudores consigue que el máximo responsable indio decline la idea de atacar a los pakistaníes, con la promesa de Walter de que bajarán los impuestos a la industria de los medicamentos (principales fuentes de ingresos del país).
Lo cierto es que ésta trama no es muy creíble: la imagen de la asistente de Walter llevando la bolsa en la que tiene que inspeccionar delante del Presidente indio es poco real. Podría pasar como algún divertido sketch de 'Los Chanantes', pero no como una serie de HBO que pretende ridiculizar a la diplomacia americana.
Talbot al mando
Talbot recibe de parte de Walter la potestad para llevar a cabo las negociaciones con el General que puede derrocar al dictador que ha tomado el poder en Pakistán. El general, que está compinchado con el golpista, pidió una invitación para el 'Máster de Augusta' - una competición de golf, 80 millones de dólares y un submarino-. El gobierno le concedió todo menos el submarino, pero Talbot, ante el temor de que el General le dejase picueto, le dijo que sí a todo.
Jack Black es un buen actor, pero parece que sufre el 'Síndrome Resines', también un buen intérprete, que consiste en hacer papeles en los que hace de sí mismo; de un loco neurótico que hace muchos aspavientos y muchas muecas en el caso de Black, y de un señor malhumorado y que levanta el meñique y el índice al hablar en el caso de Resines.
Z-Pak nunca será Batman
Aquí el culebrón es fino, Z-Pak tiene a su mujer en San Diego, que es farmacéutica y le envía las drogas para la tripulación del portaaviones. A su vez, ha dejado en estado de buena esperanza a una de la base militar, de ahí que quiera ser Bruce Wayne con una y Batman con otra.
El avión en el que va Z-Pak es alcanzado por el fuego enemigo y él y su compañero tienen que eyectarse; ambos caen en una especie de trigal en el que hay muchos toros. El momento reencuentro entre ambos es en un campo de minas, en el clímax de la efusividad entre los dos, son apresados por dos terroristas con pistolones tochos, que todo apunta a que son del Estado Islámico.
Sinceramente, me está costando bastante seguir 'The Brink'. En ocasiones, capítulos de apenas 25 minutos se hacen un poco largos, pero espero que remonte ya que le veo potencial.
La trama de Z-Pak puede convertirse en un arma de doble filo para la HBO, todo apunta a que son dos terroristas los que han apresado a los dos soldados. ¿Se atreverá la serie a hacer humor con el secuestro de dos soldados americanos con el pitoste que tienen montado con el ISIS y con Al-Qaeda? Yo creo que sí, que la concepción que los americanos tienen del humor les permite parodiar incluso eso, pero veremos qué tratamiento le dan y cómo resuelven la trama sin caer lo obsceno.
Por Álvaro PalazónÁlvaro Palazón
Hace un par de semanas os decía que el problema que le veía a 'The Brink' era el de caer en el exceso; de crear personajes tan histriónicos que le quiten veracidad a la serie. Pues bien, eso ha ocurrido ya. Ésta parodia de la política exterior americana se ha convertido en una suerte de “sketches” del 'Saturday Night Live', que en ocasiones sí consiguen sacarte una carcajada, pero que impide tomarse en serio la trama.