‘The Flash’ 03x19 Review: Regreso a un futuro distópico
Los antiguos griegos decían que el tiempo es cíclico. No sé en la realidad, pero desde luego en las series de ficción estoy convencido de ello. Nos encontramos como al inicio de esta temporada. Barry decide saltarse la norma más sagrada del espacio-tiempo, como es “no viajarás entre épocas”, y regresar al futuro. Sí, he dicho bien, regresar. Porque con tanto viaje hacia adelante va camino de sentirse como en casa en lo que debería ser una realidad desconocida para él. Pero a ver quién es el ‘guapo’ que le dice nada, ¿verdad? Allá tú, Barry. Haz lo que te dé la gana, como siempre. Pero luego no te quejes de lo que puedes encontrar.
(Spoilers llegados del futuro)
Hola de nuevo, realidad de mierda
Con la inestimable ayuda de Wally, Barry pudo abrir la brecha que le hizo aterrizar en el momento temporal que transcurría después del asesinato de Iris y de encerrar a Savitar en la Fuerza Veloz. Es curioso que este sino se haya mantenido impoluto, pues el pasado ha sido modificado por el dios de la velocidad y el resto del equipo Flash.
En cualquier caso, al primer sitio al que acudió Barry fue su apartamento. Unas ruinas de local abandonado y dejado a su suerte no presagiaban nada bueno. Absorto en sus reflexiones, fue interrumpido pos Cisco. Pero su amigo lucía un look un tanto extraño, acorde con la dejadez del lugar. Estaba claro que la desgracia de Iris les había pasado factura a todos ellos, no sólo a Barry.
Pero no había tiempo que perder. Barry le pidió a Cisco que le llevara a donde pudiera encontrar respuestas. Así que éste lo llevó a Laboratorios S.T.A.R. y allí se encontró frente a sí mismo, el Barry del futuro. Una versión destruida y sin esperanza de su propio ser le devolvía una mirada apagada con un claro mensaje: sea lo que sea que has venido a buscar aquí, pierdes tu tiempo. El futuro Barry le contó lo que pasó a su homólogo del presente: “Iris morirá y tú serás capaz de derrotar a Savitar pero será demasiado tarde. No podrás reponerte del dolor tan grande que te causará su pérdida. Quizás ahora no te importe, pero te importará.”
Y ante un atribulado Barry que no sabía cómo reaccionar, el muchacho que habitaba esa realidad futura, con ropajes oscuros y pelo largo grasiento, se alejaba por el pasillo del laboratorio para recluirse de nuevo, apartado de todos los que había amado alguna vez. “Al menos dime quién es Savitar”, le espetó ‘Barry del presente’ en un último intento por no irse de vacío. “No lo sé”, contestó ‘Barry del futuro’.
He venido para descubrir quién es Savitar
Por si esto no fuera suficiente, a Barry le quedaba por presenciar muchos de los efectos colaterales de la ruptura del equipo Flash. Cisco le acompañó a ver a Julian, el cual, presentaba un aspecto desmejorado, como todos. El ya no tan joven forense, ataviado con bata blanca y unas entradas en la cabellera más avanzadas de lo que acostumbraban a ser, estaba encomendado a la dolorosa labor de mantener encerrada con vida a Killer Frost, en otro tiempo, su amada Caitlin Snow.
En una entrevista con ella, luna de cristal mediante, Barry descubrió que su amiga se había asociado con Savitar y le había ayudado en sus planes de venganza. ¿El motivo? Animarla a aceptar su verdadero ser de metahumana, en vez de repudiarlo y dejarlo encerrado. ¡Qué pena que Killer Frost tenga esa condición de villana! ¡Qué práctico sería para Caitlin poder controlar sus poderes al servicio del bien, como hacen Wally y Cisco!
Pero me temo que la prisionera no estaba por la labor. Cuando Barry le preguntó por la identidad de Savitar, al fin y al cabo habían sido cómplices, ésta le dijo que nunca se lo diría con una sonrisa que mostró a la madre de las autocomplaciencias.
Otra puerta que se cerraba ante sus narices. Por no hablar de Wally. Después de que Savitar asesinara a su hermana, y ante el abandono de Barry, decidió perseguirle una noche para hacerle pagar por todo. Al día siguiente Joe lo encontró en el calamitoso estado en que lo había encontrado Barry ahora: postrado en una silla de ruedas. Savitar le había destrozado la espina dorsal y le había condenado a no ser un velocista nunca más.
Pero lo peor estaba aún por llegar. Al visitar la tumba de Iris Barry se encontró con Joe, al cual, aparentemente había tenido abandonado todo ese tiempo. El detective estaba de espaldas, parado delante de la lápida de su hija, y no se dio cuenta de que el Barry que le hablaba era anterior a la muerte de su pequeña. El rechazo de su segundo padre terminó por espantar a nuestro héroe, que decidió volver lo antes posible a su tiempo.
Sólo faltaba el pequeño detalle de resolver cómo hacerlo. Porque la primera vez que lo intentó, tras el impactante encuentro consigo mismo, fracasó estrepitosamente. Pero su autodeterminación provocó que Cisco confesara que era él quien le estaba impidiendo volver con un aparato que anulaba el campo electromagnético generado con su supervelocidad.
A pesar de haber perdido sus superpoderes cuando Killer Frost le amputó sus dos manos, Cisco todavía disponía de una mente privilegiada con la que maquinar artilugios notables, como las dos prótesis a lo ‘Terminator’ que sustituían en ese momento a sus extremidades. Éstas eran las consecuencias notables de extinguir al equipo Flash, y Cisco pretendía que el Barry del pasado recompusiera los pedazos de esa amistad que él mismo había destruido años atrás para que el equipo volviera a estar unido.
No puedo irme sin arreglar esto
Ante tal revelación a Barry no le quedó más remedio que intentar resolver ese desaguisado antes de volver a su época. Así que reunió de nuevo a su antiguo equipo en Laboratorios S.T.A.R. para ponerse al frente de una nueva misión, como en los viejos tiempos. Para ello tuvo que sacar de un evento literario a H.R. –el único al que le iban bien las cosas–, quien se había convertido en un auténtico fenómeno de masas, sobre todo femeninas, escribiendo sobre las aventuras vividas con sus amigos en el pasado.
Flash les pidió disculpas por algo que todavía no les había hecho –apartarlos de su vida tras la muerte de Iris– y les aseguró que cuando regresara a su tiempo cumpliría la promesa que le pidió su difunta prometida: mantener a toda su gente unida. Eso incluía a Caitlin, a la cual, salvaría de su alter ego Killer Frost.
Parece que esta declaración conmovió al Barry futuro, que salió de su escondite para sumarse a la causa del grupo. Joe no salía de su asombro al ver a los dos chicos, y comprendió que en el cementerio algo raro pasaba en la voz de Barry: había esperanza en ella.
La misma que hizo que el plan para atrapar a Top y Mirror Master fuera un completo éxito. Por primera vez asistimos a un combate a dobles con dos versiones de Flash: presente y futuro. Y el experimento resultó muy bien, claro está.
En una última conversación con su yo futuro, Barry descubrió que derrotará a Savitar cuatro años después del asesinato de Iris. Pero no lo hará solo. Tendrá la ayuda de una física: Tracy Brand, la inventora de la trampa que conseguirá poner en su sitio al villano de esta temporada. Preguntémonos lo obvio: ¿por qué cuatro años más tarde? ¿Por qué no inventar esa trampa para salvar a Iris? Porque la tecnología no existía en aquel entonces. Y Barry no conocía su paradero. Pero para algo había viajado al futuro, ¿no? Y su ventaja competitiva fue hacerse con un prototipo de la trampa que su futuro homólogo le dio con la esperanza de adelantar el proceso de inventiva. ¿Otra vez alterando la línea temporal, Barry? Se ve que de eso va esta temporada íntegramente.
Con la semilla de esperanza injertada en esa realidad disfuncional, Barry regresó a su época. Y lo primero que hizo fue darle un enorme abrazo a su segundo padre, Joe, diciéndole que pasara lo que pasara, nunca le dejaría. Nunca. Y un “te quiero” salió de sus labios. Resulta reconfortante ver a dos hombres –padre e hijo en este caso– mostrando abiertamente sus sentimientos sin golpecitos en la espalda ni ningún otro adorno que meta ruido en la conversación.
Pero el presente está que arde y es el momento de asentar una de las bases de ese futuro distópico del que ha sido testigo Barry: la alianza entre Killer Frost y Savitar. El monstruo ya ha encontrado a la metahumana y quiere tentarla para que le sirva. ¿Y cómo lo ha conseguido? ¡Nada más y nada menos que quitándose por primera vez la armadura delante de ella y revelando su identidad! Al momento, como hipnotizada, ella ha aceptado a colaborar en todo lo que le pida. ¿Tendrá esto que ver con el titular de la pizarra de Barry –el de los pasos que conducen a la muerte de Iris, ¿recordáis?– que reza “Killer Frost continúa suelta”?
Los antiguos griegos decían que el tiempo es cíclico. No sé en la realidad, pero desde luego en las series de ficción estoy convencido de ello. Nos encontramos como al inicio de esta temporada. Barry decide saltarse la norma más sagrada del espacio-tiempo, como es “no viajarás entre épocas”, y regresar al futuro. Sí, he dicho bien, regresar. Porque con tanto viaje hacia adelante va camino de sentirse como en casa en lo que debería ser una realidad desconocida para él. Pero a ver quién es el ‘guapo’ que le dice nada, ¿verdad? Allá tú, Barry. Haz lo que te dé la gana, como siempre. Pero luego no te quejes de lo que puedes encontrar.