'The Magicians' 2x04 Review: ¿Y ahora, qué?
Después de lo ocurrido la semana pasada hemos llegado a un momento de reflexión. La Bestia ya no está con nosotros y Alice tampoco. Nuestros personajes tendrán que superar lo ocurrido y cada uno lo hará a su manera, haciéndose cargo de sus propios problemas, que cada vez son más serios y adultos. Lo he dicho varias veces y lo volveré a decir: 'The Magicians' va del paso de la juventud a la adultez.
También va de adicción, ya sea de drogas literales o de la obsesión. Del escape de la realidad para no enfrentarse a ella, de lo reconfortante que puede ser... durante un rato. Porque una vez que ha pasado la euforia y el olvidar todo por un momento, la realidad sigue ahí y hay que enfrentarse a ella. En este episodio hemos visto varios ejemplos de ello.
'The Magicians' hace un equilibrio con la comedia más ridícula y la tragedia más emocional. Aunque este sea un episodio de transición y de superar las cosas yendo hacia delante (o no), ésta sigue siendo la marca de la casa.
A continuación reflexionaremos entre SPOILERS. Estáis avisados.
El caballero blanco y su sirviente
Si alguien iba a llevar mal la muerte de Alice, ese sin duda iba a ser Quentin. Es más, mientras los demás han tenido tiempo de ir reponiéndose poco a poco, Q ha estado unas semanas inconsciente mientras “le reconstruían”, así que cuando vuelve en sí, todo está ahí como si hubiese sido ayer.
Decíamos que Quentin había madurado pero aún le queda mucho, más que al resto de personajes. Mientras los demás tienen que superar la muerte de Alice y encargarse de asuntos urgentes y de responsabilidad, Quentin hará lo que mejor sabe hacer: no ser capaz de ver más allá de lo que él siente y de lo que él cree que es.
Porque, sí, estaba enamorado de Alice, la ha perdido y se culpa, pero sigue pensando que es el heroico caballero que va a salvar a la princesa ayudado por su sirviente. Literalmente. Cuando entra con Penny en el bosque “del colocón”, limpia su mente de todo lo ocurrido (momento drogas como evasión), eso es lo que cree. Penny le bajará un poco de la nube al decirle que él no es su sirviente y que es un racista, aún colocado y todo.
No tiene reparos a la hora de cazar a la Dama Blanca para que le de su deseo y no es otro que traer a Alice de vuelta a la vida. Pero la magia ya sabemos que tiene límites. Y en lugar de pedir un deseo entonces que sí se pudiese realizar, que fuese práctico, que ayudase a su reino que tanto dice que ama... pues no. Quentin vuelve a la actitud que le caracteriza: compadecerse de sí mismo.
Es inteligente al no aceptar el deseo de eliminar sus recuerdos, pero en lugar de tirar para adelante, decide volver para atrás. A casa, lejos de todo por lo que ha luchado, porque ni saber que la magia existe y que él es un mago, descubrir Fillory y haber llegado a ostentar la corona, son maravillas suficientes para Quentin. Porque es todo o nada. Porque sigue teniendo la mentalidad de un niño. Aún le queda por madurar.
Pensemos en Penny, porque a veces se nos olvida por todo lo que ha pasado porque él no es un rey, porque sus poderes son diferentes, porque tiene una actitud que le juega malas pasadas, porque está ahí pero muchas veces parece un secundario.
Penny, que lleva toda su vida escuchando a la Bestia con sus poderes psíquicos, hablándole al oído. Penny, que se enamoró de Kady para después descubrir que le estaba utilizando. Penny, que después de estar viajando sin control entre mundos, cuando por fin consigue llegar a Brakebills y ver a Margo, descubre que Alice a muerto. Le importaba Alice. Penny, que tiene que levantar a Quentin de su desesperación cuando el efecto del bosque ha pasado y todo le vuelve. Penny, que tan desesperado está por lo de sus manos que le pide a Quentin que se las corte para intentar arreglarlas y evitar que le maten. Penny, que tiene que rogar a Quentin que le ayude porque le necesita, porque el caballero blanco no hace por sus amigos a no ser que sea su deseo o que muestren su lado vulnerable.
Penny no es un siervo aunque no tenga corona. También está pasando por muchas cosas pero su deseo es práctico. Quiere sus manos de vuelta. Hecho. A otra cosa.
El rey y la reina
El rey está perdido. No sabe cómo llevar la muerte de Alice, no sabe cómo llevar un reino, no sabe cómo ser adulto. Lo que está pasando ahora Eliot es la perfecta metáfora del paso al mundo de los adultos. Ha tomado una serie de decisiones (o las han tomado por él) que le han llevado a tener que pasar la página de su loca juventud. Ahora tiene una serie de responsabilidades que, aunque ha intentado llevar lo mejor posible, pesan demasiado para él. ¿Por qué? Porque no es fácil madurar.
No es fácil no pillarte una borrachera en una fiesta de un colega cuando al día siguiente tienes que trabajar. Porque si estás acostumbrado a ir de ligoteo es difícil dejar de hacerlo cuando te has comprometido con tu pareja. Pero hay momentos y momentos. Eliot ya no es el rey de la fiesta, ha intentado volver a serlo pero... ¿No os parecía ya algo fuera de lugar? Como un pasado remoto que si se intenta revivir nunca será como se disfrutó en su momento. Porque este momento es otro y Fogg parece que podrá ayudarle en este camino a la responsabilidad adulta, después de todo, la fuente de la magia se está recuperando demasiado despacio y eso afecta a todos.
Geniales los momentos con el clon de Eliot, el tipo de comedia ridícula que 'The Magicians' necesita para contrarrestar lo demás. Todo se lo debemos a “Fillory Clinton”. Margo podrá ser sarcástica y tener mala leche pero es muy inteligente y práctica y es, tal vez, la que mejor lleva todo esto de tirar para delante y hacer lo que hay que hacer. Es una de las mejores magas y consigue que se hagan las cosas.
Y sus comentarios, por mucho que duelan, son muy acertados. Alice no era su amiga, pero murió por ellos igualmente. Por eso decide que sí que hay que hacerle una estatua. ¿Quién la pone en su sitio? Julia, la otra persona práctica, directa y decidida. Puede que las dos la caguen, pero saben reponerse y seguir adelante. La conversación con Julia deja a Margo pensando. Reynard no es sólo venganza. El dios está matando a personas y hay que detenerle. Cuando Margo vuelve con la caja para ayudar a Julia no dice ni una sola palabra en su defensa. Las cosas que te dicen pueden molestarte más o menos, pero sólo se clavan como puñales cuando son la verdad. Me encantaría que estas dos se hiciesen amigas porque los amigos se apuñalan por delante.
Best Bitches
En mis dos últimas reviews me preguntaba dónde estaba Kady y por fin la tenemos de vuelta. Sola, sin familia, sin amigos y habiendo huido de un dios brutal, ha ido a acabar drogándose en las calles. Una manera de olvidar, que decía. La metadona mágica debe de ser cosa seria porque en nada está recuperada del mono, no así de los recuerdos y del trauma.
Tampoco Julia está recuperada de su trauma como nos han recordado en todos y cada uno de los previos de esta temporada. Hay que terminar con Reynard. Pero no sólo por ellas, por todas las victimas pasadas y futuras. Juntas pueden tener la oportunidad con la magia alternativa de Julia y lo que Kady ha aprendido en Brakebills.
Marina tenía un mensaje lo suficientemente importante como para dejar una pista en su brazo antes de morir. Kacey Rohl hace una ¿última? aparición desde la más horrorosa muerte para darles un mensaje: Hace cuarenta años, una chica desterró a Reynard. Hay esperanza. Tal vez eso no haga que todo el dolor y las pérdidas desaparezcan, pero ahora lo importante es hacer desaparecer a un dios.
En una época en que todo en las series parece movido por el plot device, se agradece indagar en los personajes. Si a ellos no les importase la muerte de Alice, a nosotros tampoco nos importaría. Si no viésemos sus triunfos, errores, virtudes y debilidades, no sufriríamos por ellos. No todo es la trama, no todo es la acción. Los momentos de reflexión son importantes.
Después de lo ocurrido la semana pasada hemos llegado a un momento de reflexión. La Bestia ya no está con nosotros y Alice tampoco. Nuestros personajes tendrán que superar lo ocurrido y cada uno lo hará a su manera, haciéndose cargo de sus propios problemas, que cada vez son más serios y adultos. Lo he dicho varias veces y lo volveré a decir: 'The Magicians' va del paso de la juventud a la adultez.