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'The Magicians' 1x07 Review: los límites del control

Por Sabrina RodríguezSabrina Rodríguez

La semana pasada me preguntaba dónde están los profesores y por qué no veíamos ni una clase de magia en 'The Magicians'. También hablaba de que Quentin y Alice son dos rajados que han de superar su miedos e inhibiciones. El capítulo de esta semana es la respuesta a esas cuestiones, con algún que otro añadido. Todo el mundo quiere tener todo bajo control pero eso no es posible si quieres avanzar.

Para que esto ocurra hemos de salir del entorno habitual, el paralelismo entre Brakebills y Brooklyn, y adentrarnos en una nueva localización muy, muy lejana.

¿Preparados para el viaje? Agárrense que vienen... SPOILERS.

Un buen profesor con un mal carácter

En el episodio anterior nos quedamos en un cliffhanger un tanto peculiar, pues los alumnos de Brakebills que habían pasado las pruebas se convirtieron en gansos y se pusieron a volar juntos hacia el sur. Tan al sur se fueron que llegaron a la Antártida, donde se encuentra una sucursal de la escuela regentada por un peculiar profesor, el poderoso mago Mayakovsky.

Mayakovsky es el típico profesor difícil, de mal carácter y métodos poco ortodoxos, que en el fondo es un buen tutor; exigente pero justo. Ese tipo de maestros que sacan lo mejor de ti aunque sea a las malas. Les conocemos. Han poblado cientos de historias que hemos leído y vivido y, aunque no nos guste estar en sus manos, sabemos que al final acabaremos apreciando esos momentos duros que nos han hecho pasar. No será diferente para Quentin, que venía necesitando desde hace tiempo, alguien que le apretase las tuercas un poquito y no aceptase su bien aprendido papel de víctima desvalida.

Y es que el personaje de Mayakovsky está diseñado para llevar a nuestros protagonistas al límite, no sólo a nivel académico, también a nivel personal. El profesor los cala desde el principio soltando observaciones desagradables pero totalmente ciertas. No sabemos cómo son los otros profesores de Brakebills pero sí que bajo su guía, los chicos estaban un poco perdidos y haciendo lo que les daba la gana. Podemos no estar de acuerdo con los métodos de Mayakovsky pero, tal vez, algo así es lo que todos estaban necesitando para enfrentarse a sus circunstancias.

Fuera miedos y limitaciones autoinfligidas

Empecemos con Penny que, además de la desilusión amorosa que se llevó en el capítulo anterior al saber la verdad de Kady, se había hecho un tatuaje que hacía que su cuerpo no pudiese viajar, sólo su mente. Fue un consejo que le dio un tutor cobarde. Mayakovsky le arranca (literalmente) el tatuaje y le hace ponerse a practicar su don. En lugar de huir de su potencial, le insta a entrenarse y controlarlo, por muy peligroso que eso pueda ser. El autolimitarte no te hace libre y Penny tiene un talento que le puede convertir en alguien mucho más libre que cualquier otra persona de este u otro universo.

Otros dos que saben de autolimitaciones son Quentin y Alice, los rajados. Los métodos extremos del profesor conseguirán que se liberen de sus miedos e inhibiciones, culminando en una escena bastante fiel al libro, en la que ambos son zorros sucumbiendo a sus instintos animales en la nieve. Mayakovsky los empuja por activa y por pasiva a comenzar esta relación, dándoles una razón y algo por lo que ser felices. Pero, ¿lo son? ¿No los ha manipulado su profesor para que estén juntos?

Es posible que muchos digan que se veía venir, pero esta relación parece más conveniente para el hilo argumental de la historia que para los personajes en sí. Sus caras cuando vuelven juntos a Brakebills al final no muestran ni felicidad ni deseo.

Bajando las barreras del control mental

El cinismo del profesor no está carente de sabias lecciones que podrían necesitar en este mundo poblado de peligros y manipulaciones. “El control mental está en todas partes”, les dice. Toca tomar la decisión de si uno es el que controla o es el controlado. Existen muchas formas de dominar a los demás, y si no que se lo pregunten a Kady.

Cuando Kady mostró sus verdaderas intenciones a Penny en el episodio anterior, sabía perfectamente las consecuencias. Sabía que Penny estaría decepcionado y dolido, y que sería complicado conseguir su perdón. Para que alguien pueda llegar a perdonarte primero necesita comprenderte y, aún así, eso no te asegura que la persona pueda olvidar lo que le has hecho.

Kady, que está acostumbrada a mentir, manipular y controlar a los demás; decide que Penny vale suficientemente la pena como para bajar sus barreras y que el psíquico lea su mente e indague en sus recuerdos, su dolor, su verdad. Se comprenden y luego viene el sexo, pero la verdadera unión entre los personajes se produce antes, en el instante en que comparten algo verdaderamente íntimo.

Por desgracia, no fue Penny el único que pudo ver el interior de Kady, también el profesor lo hizo. Y aquí llega uno de los momentos más interesantes del capítulo. Tal vez no es una desgracia el que Mayakovsky haya atado cabos, sino todo lo contrario. Sin inmutarse, le da la noticia a Kady de que su madre ha muerto, diciéndole que pronto en Brakebills sabrán quién es y qué es lo que ha ocurrido, y que la castigarán porque es gente que no perdona.

“Te mereces algo mejor”, le dice, dejándola ante una difícil decisión. No puede volver a Brakebills o recibirá un castigo que, en realidad, no merece; pero si se va, no puede ser con Penny porque él necesita orientación y entrenamiento para controlar su don. Sea lo que sea que elija hacer, el profesor deja la decisión en sus manos. Ella huirá, dejando una nota a un Penny descorazonado.

¿Qué pasará ahora con Kady? ¿Querrá vengarse de Marina? ¿Culpará a Julia de la muerte de su madre o, por el contrario, unirán fuerzas? ¿Intentará volver a Brakebills? En los últimos episodios Kady ha pasado de ser un misterio secundario a convertirse en uno de los personajes más complicados e interesantes. Esperemos ver más de ella porque su historia tiene mucho potencial.

Y el profesor Mayakovsky, ¿volveremos a verle? ¿Hay alguna razón por la que esté solo y apartado del mundo? El que no esté de acuerdo con ciertos métodos de Brakebills, su conocimiento de sus castigos y de la falta de perdón de la institución, son sospechosas. ¿Cuál es su historia? El arquetipo del maestro severo pero justo siempre nos roba el corazón y nos deja con ganas de más.

Mientras tanto en Brooklyn...

Julia está en comisaría por la muerte de Hannah pero, aunque sospechosa y extraña, es dada como natural y puede salir libre. Su hermana irá a buscarla y así podremos saber un poco más de la historia del personaje. No sorprende. Buena familia, madre estricta, padre alcohólico. Su hermana tiene miedo de que Julia se esté comportando como su padre pero tal vez su obsesión se parece más a la forma de ser de su madre, aparentemente una maniática del control.

Esto explica muchas cosas del comportamiento de Julia. Cuando la vimos por primera vez estaba haciendo todo de la manera tradicional que, probablemente, es la única correcta para su madre. No existía una narrativa diferente para su historia porque seguramente pensaba que si se salía del camino ya marcado se volvería como su padre, el lado opuesto de la balanza. Si Julia quiere avanzar ha de encontrar su propio equilibrio, que la convierta en la persona única e independiente que puede llegar a ser.

Mientras tanto en Brakebills...

Margo y Eliot se quieren ir a Ibiza y, lo que parece una anécdota tonta, nos muestra un poco más de los personajes y hace avanzar la trama. Nos muestra un poco. Muy poco. Me gustaría que estos dos ganasen profundidad. No se puede ser tan superficial todo el tiempo. ¿Van a clase? ¿Qué hacen con su vida además de fiestas y poco más? ¿Son el estereotipo del chico gay y la mariliendre o hay algo más? ¿Son amigos o tienen una relación abierta y Eliot es bisexual? ¿Esta ambigüedad es deliberada o es que los guionistas quieren contentar al público más conservador? Ahí hay potencial para mostrar mucho más ya que hoy en día se está consiguiendo, poco a poco, más y mejor representación femenina y LGTB en los medios.

Después de una historia de celos, triángulos amorosos y genios que salen de una botella; descubrimos que el nuevo novio de Eliot tiene algo que ver con la Bestia. ¿Será la Bestia o un esbirro? ¿Lo ha sido desde el principio o se ha convertido en uno cuando ha aparecido la polilla?

Todos los personajes luchan por controlar algo esta semana, ya sea su poder, su situación, a otra persona o sus obsesiones. Cuando llegas al punto en que has de dar un salto de fe para poder mejorar, has de empujar las paredes que te limitan. Cuando llegas a los límites del control necesitas arriesgar, vivir unos momentos de inseguridad que te harán avanzar. El límite lo pones tú. Tuya es la decisión de seguir adelante.

Por Sabrina RodríguezSabrina Rodríguez

La semana pasada me preguntaba dónde están los profesores y por qué no veíamos ni una clase de magia en 'The Magicians'. También hablaba de que Quentin y Alice son dos rajados que han de superar su miedos e inhibiciones. El capítulo de esta semana es la respuesta a esas cuestiones, con algún que otro añadido. Todo el mundo quiere tener todo bajo control pero eso no es posible si quieres avanzar.