Especial

2020, el año del coronavirus en el que la televisión fue un referente

2020 siempre será “el año del coronavirus”. Aunque no sólo han sucedido cosas negativas, y aunque la pandemia no ha sido ni mucho menos lo único noticioso a nivel estatal ni mundial, la fuerza de la pandemia siempre dejará en el recuerdo este 2020 señalado por el coronavirus y cómo nos hemos tenido que adaptar a vivir en la “nueva normalidad”. También la televisión, que ha dado ejemplo manteniéndose como un referente primero de información, y luego de entretenimiento.

A finales de febrero, las informaciones por el coronavirus ya ocupaban la mitad del tiempo de los informativos. Las cadenas empezaron a retocar sus parrillas y a programar especiales para informar de la última hora, con continuos llamamientos a la calma y a no exagerar lo que ocurría. A principios de marzo, los platós ya se habían quedado sin público. Incluso los presentadores habituales empezaron a faltar a sus puestos, entrando en un sistema de rotaciones para preservar la salud de todos.

La televisión se adaptó muy rápido. Dio un ejemplo que, visto a posteriori y con la posibilidad de evaluar conociendo los resultados, puede calificarse como un éxito. Y aunque nos preguntamos si debería adaptarse más por seguir en platós y con personal, es de recibo destacar que ha podido seguir adelante por lo general sin sustos, con las medidas de prevención demostrándose acertadas.

La adaptación de los programas y audiencias millonarias

Con el estado de alarma y el confinamiento, los programas tuvieron que adaptarse. No sólo por perder el público, tan necesario para muchos de ellos especialmente para los que necesitan de sus risas. Por ejemplo Mujeres y hombres y viceversa se convirtió en un reality de encierro, y otros muchos como El Intermedio, El Chiringuito, Zapeando y sobre todo Late Motiv (que ha vivido hasta tres etapas) tiraron de ingenio para hacerse desde casa, o como El Hormiguero para quedarse solos en plató, con los invitados a través de videollamada. Ideas que han resistido al confinamiento y han permanecido en algunos de ellos.

Las cadenas agrandaron el foco sobre el coronavirus hasta casi convertirlo en monotema. Pero lo cierto es que respondían a las ansias de saber del público, como demuestra que los meses de abril y marzo fueran los de mayor consumo de la historia de la TV, con diez días copando el top-10 desde el año 1992, como subraya un reciente informe de UTECA.

Mientras no paraban de detenerse rodajes y de anularse eventos como Eurovisión 2020, la televisión mostró de nuevo su capacidad de adaptación con formatos directamente enfocados en el confinamiento. Aprendemos en casa, Got Talent en casa, Todos en casa, Aprendemos en casaGot Talent en casaTodos en casaMuévete en casa, y hasta series como Diarios de la cuarentena o documentales como En primera línea. Otros muchos planes se vieron truncados, como el de Veneno, que sólo pudo lanzar su primer capítulo. También Supervivientes tuvo problemas para “repatriar” a sus expulsados, y se pospusieron proyectos como El Desafío. Las cadenas sacaron la tijera para despedir “temporalmente” formatos que luego no volvieron como La habitación del pánico o A partir de hoy, incluso La 2 Noticias sigue sin regresar a la parrilla.

La imposibilidad de grabar algunos programas, como los concursos, hizo que las reposiciones de los mismos se adueñasen de las programaciones. Pero la televisión concentró sus esfuerzos en salir adelante, sumándose otros muchos formatos adaptados como Lo de Évole, Ilustres ignorantes, e incluso partes del tiempo desde la casa de la meteoróloga. Y en un tiempo en el que el miedo se apoderaba de todos nosotros, hay que destacar a los cientos de reporteros y cámaras que siguieron haciendo su trabajo, saliendo cada día a contar la actualidad cuando todos estábamos en casa.

Entretenimiento para salir de la saturación informativa

Poco a poco, la información fue sobresaturando a la audiencia, que pedía más entretenimiento. Tras el confinamiento severo, pero ya acostumbrándonos a vivir con las medidas de precaución, el impulso que recibieron las plataformas de streaming para ver series y películas se mantuvo. Pero la televisión también supo leer este cambio y redujo su nivel de información para permitir una evasión mental a través del entretenimiento, que se convirtió en evasión. Los famosos se volcaron, convirtiendo las redes sociales en una alternativa real al entretenimiento en directo con música, directos y muchos reencuentros. En este sentido, Carlos Latre se llevó la palma logrando recaudar unos dos millones de euros en su maratón de 10 horas. La cultura dio la cara en todos sus ámbitos. Un sector que como otros está siendo especialmente castigado por la pandemia, y que desde el primer momento llamó la atención y pidió ayuda para lo que podía acarrear, como también hizo el sector audiovisual.

Aunque un referente como Buenafuente nos reconoció que no apetecía ni salía hacer humor en torno a la actualidad, por lo que habían tenido que cambiar la partitura, las cadenas perdieron el miedo a entretener en tiempos de pandemia, y escándalos como el MerlosGate ayudaron a ello. Se inició la etapa de “Nueva normalidad”, en la que las series volvieron al rodaje, y muchos programas volvieron a sus platós. Sin que en realidad se hubiesen parado, sino habiéndose sabido adaptar a las circunstancias y entonces iniciando su propia “desescalada”. Términos en realidad muy cercanos, pero que ya parecen quedarnos atrás.

Concursos adaptados sin público, OT 2020 sin gritos ni aplausos (y hasta con una gala desde casa), programas que volvían a plató... la televisión dio otro paso adelante y empezó a compartir el luto por los muchísimos fallecidos. Los espectadores pudimos volver a salir a la calle, lo que se tradujo en una reducción del consumo televisivo que ya se hizo evidente en el mes de mayo.

El verano supuso que muchos programas cerrasen sus temporadas, y que como siempre las parrillas acogieran otros formatos o directamente reposiciones, adaptándose al menor consumo y también a las medidas de prevención. Las videoentrevistas se quedaron, demostrando que con los medios actuales un invitado puede aportar casi lo mismo sin salir de su casa. Y apuestas como Mujer en Antena 3 se convirtieron en la revelación del año.

La nueva temporada y el futuro de “nueva normalidad”

Aunque parezca mentira, han sido “sólo” unos meses. Meses en los que nuestra vida ha cambiado, y también la televisión, que como otros muchos sectores ha dado una buena lección de adaptación. El inicio de la nueva temporada televisiva en septiembre-octubre ha sido diferente, pero ha permitido volver a disfrutar de una programación que puede calificarse de “habitual”, aunque tomando medidas como reducir los aforos de público.

Mientras muchos rostros televisivos han dado ejemplo, y el debate sobre si se debe dar voz a los negacionistas parece haberse superado, podría decirse que la televisión ya está en un proceso de normalidad, aunque sea “nueva”, y que ha habido pocos contratiempos como el de Sálvame y Ya es mediodía, que provocó el despido y posterior readmisión de Marta López tras un falso positivo que obligo a sus compañeros a guardar cuarentena. El balance es más que positivo, y ejemplos como el de Tu cara me suena, que ha podido volver como quería (con público, aunque con menos aforo) es buena muestra de que las cadenas y productoras han logrado capear la pandemia sabiendo reinventarse.

El coronavirus se ha llevado por delante series que ya habían confirmado su renovación, programas que se despidieron para no volver nunca, otros que siguen a la espera de regresar, y hasta ha provocado cambios de presentadores. Y por desgracia, también despedidas al no poder superar la enfermedad. Pero este resumen sirve para poner en valor de un medio que ha sabido adaptarse y reinventarse primero para informar cuando había necesidad de conocer más del virus, y luego para entretener cuando todo nos sobrepasaba. Que sirva para reconocer y destacar el valor de cientos de profesionales que, delante y detrás de las cámaras, han logrado que la televisión vuelva a ser un referente en el “año del coronavirus”.