Especial Vertele

Al habla con el pionero de Telemadrid en su 30 aniversario: “Fuimos referentes en la forma de hacer informativos”

Alipio Gutiérrez, histórico de Telemadrid

Lorenzo Ayuso

Una música de sintetizador da paso a una infografía de barras de distintos colores -cian, verde, amarillo, magenta y rojo- bailando en torno a un eje. Con el cambio de perspectiva, la inmensidad longitudinal de los polígonos se reduce hasta generar en la intersección interior una estrella de cinco puntas. Por corte neto, la actriz Isabel Prinz aparecía por primera vez ante la cámara, en medio de un plató aún desconocido para el espectador: “Buenas tardes, señoras y señores. Hoy, 2 de mayo, y en este momento comienza la emisión en pruebas de un nuevo canal de televisión. Es esta una oferta de comunicación audiovisual que esperamos y deseamos consolidar poco a poco”, anticipaba. Estamos en 1989: las agujas del reloj marcaban las 17:45 horas de este festivo autonómico, Día de la Comunidad, hora en que oficialmente se inicia TM3, Telemadrid.

Mientras los proyectos privados ultimaban su emisión en pruebas, y con Catalunya, País Vasco y Galicia a la vanguardia de las señales autonómicas (la andaluza Canal Sur se había adelantado por apenas tres meses), daba los primeros pasos un modelo comunicativo que, haciendo hincapié en la noción de proximidad con su audiencia, acabó trascendiendo las fronteras de su radio de emisión y definiría las pautas para la inminente nueva oferta de televisión en España. Un medio que, ahora, treinta años después, trabaja por recuperar su posición en el desmenuzado diagrama catódico, partiendo de esa misma premisa inaugural.

“La esencia de lo que somos, de lo que es Telemadrid, es estar cerca de la gente, contar las cosas que le interesan. Eso no se puede perder, porque el único rasgo que nos diferencia de otras televisiones es que contamos lo que no cuenta Televisión Española, Telecinco o Antena 3. Y lo cuenta, lo va a contar con menor detalle”, remarca Alipio Gutiérrez, uno de los rostros históricos del canal, al que sigue vinculado desde entonces. El periodista formó parte de la primera remesa de profesionales que se embarcaron en el proyecto de la cadena pública, junto con otros nombres igualmente consolidados como Hilario Pino, Fernando Olmeda o Vicente Vallés, entre otros. Todos ellos figuras de primer nivel en la comunicación a nivel nacional, que evidencian el impacto que desde su nacimiento tuvo este medio.

'Ben-hur', el ejemplo; las elecciones europeas, el entrenamiento

Gutiérrez, como los otros mencionados, procedían de la redacción Madrid comandada por Carmelo Encinas en Cadena SER. “Éramos el informativo más destacado y el que más información local hacía”, recuerda este zamorano de nacimiento y mostoleño de adopción. Más de una decena de redactores dejaron las ondas para enrolarse en el proyecto a partir de mayo de 1989. Ahora bien, los Telenoticias y demás formatos de información aún tardarían en debutar en esta programación. “La gran mayoría de los que llegamos allí no teníamos ni conocíamos el medio: veníamos de la radio o de la prensa, aunque sobre todo de la radio, con lo que teníamos la soltura para trabajar y para la locución, pero ante la cámara... no habíamos estado nunca”.

Durante sus primeros meses de vida, TM3 elaboró una carta de ajuste para su audiencia potencial, centrándose en la cobertura de eventos deportivos (fútbol, baloncesto y tauromaquia) y a la emisión de cine clásico.

La primera película que se pasó por su frecuencia sería Ben-hur de William Wyler, que por aquel entonces aún atesoraba en solitario el récord de premios Oscar obtenidos; con semejantes credenciales se revelaba como la apuesta ideal para arrancar la andadura, la medida de las pretensiones que se marcaban para este canal. Mientras tanto, la recién formada plantilla de servicios informativos se entrenaba para su batalla de cuádrigas particular: desde el Segundo de mayo hasta la noche del 2 de octubre, Gutiérrez y compañía cursaron un máster intensivo en televisión para llegar al comienzo de emisiones convenientemente rodados y con un modelo informativo bien perfilado.

Las elecciones europeas de 1989 sirvieron como campo de pruebas para todos ellos. Mientras las películas y las corridas atravesaban la programación inicial, Alipio y cía se formaban sobre el terreno, en los mítines, haciendo piezas para uso interno, con las que pulir errores y adaptarse al nuevo medio (a esto habría que añadir un curso en el Instituto de Radio Televisión Española). Si se quiere, para adaptar el medio a un nuevo lenguaje.

“Había que romper con lo que se conocía hasta ese momento en la manera de hacer informativos. Tenían que ser mucho más dinámicos, más vivos y con mucho más directo de lo que acostumbraban a verse en las televisiones grandes”. La clave pasaba por acercarse al vecindario: por un lado, la información regional sería la “prioridad absoluta” en la escaleta de temas, hasta el punto de que todos los informativos comenzarían con una noticia relativa a la comunidad; por otro, el reportero debía convertirse en una persona de confianza, próxima, y por lo tanto pasaría a tener visibilidad en sus piezas.

“Que fuimos referentes en este país es una realidad”

La salidilla (o entradilla, o incluso medianilla, según se terciara) se establecería como rasgo de estilo obligatoria e ineludible, por orden del primer director de informativos, Fermín Bocos. Lejos de reproducir las dinámicas ya conocidas en España, este veterano profesional apostó por importar estas y otras estrategias de los grandes formatos norteamericanos.

Así, cuando tuvo lugar el comienzo del Telenoticias, el contraste era notable con respecto a los noticiarios que podían verse en las competidoras: acostumbrado el ojo a uno o dos bustos parlantes en cada edición, aquí se multiplicaban, asignándose un rostro, una voz y un discurso a cada área temática: Hilario Pino sería el encargado de las noticias de índole nacional, Fernando Olmeda haría lo propio a nivel local, Beatriz Sartori (fallecida en 2013) pondría la nota cultural y Javier Reyero capitaneaba el área deportiva. La duración, además, se expandía más allá de lo que lo hacían otros coetáneos. Verdaderamente, los presentadores acompañaban a su público.

“Somos un nuevo vecino y un nuevo medio de comunicación”, comenzó diciendo el actual copresentador de Más vale tarde en laSexta, haciendo patente la pretensión de familiaridad con la que se iniciaban las emisiones regulares. En poco tiempo, hicieron valer su papel de paisano y vocero, narrando las mociones de censura en el Ayuntamiento y en la Comunidad que se producirían apenas mes y medio después de su primera noche en casa de los madrileños. Para entonces, el equipo estaba bien rodado y preparado para cubrir jornadas tan volubles como estas, y más lo estarían a finales de ese mismo año, cuando se narró con emoción la caída del muro de Berlín y la reunificación del territorio alemán.

El primer minuto del Telenoticias de Telemadrid: "Somos un nuevo vecino y un nuevo medio" 360

Aunque la cúpula directiva acabaría saliendo un año después, los cimientos fueron lo suficientemente sólidos no solo como para perdurar, sino para marcar tendencia. “Al cabo de un tiempo, el resto de las televisiones, no solo en el ámbito autonómico, sino en el nacional, la manera de hacer los informativos de Telemadrid”, establece Gutiérrez. “Que fuimos referentes y se cambió la manera de interpretar los informativos de televisión en este país es una realidad”.

'Madrid Directo', otro “campanazo” que creó escuela

Los años pasaron y empezó el inevitable baile de rostros, y también la expansión de la marca Telemadrid por el resto de la programación. Hilario Pino daría un salto a la edición de noche a la de sobremesa en 1992, dejando las noches a Mari Pau Domínguez, antes de abandonar el barco en 1994 para poner rumbo a la televisión de pago.

Por su lado, Alipio Gutiérrez dejó el TN para emprender una nueva era dentro de Madrid Directo, otro formato decano en lo que concierne al género de reportajes en España.

“He tenido la gran suerte de participar en los programas más grandes y emblemáticos de Telemadrid, pero si me tengo que quedar con algo sería especialmente con Madrid Directo”, confiesa el periodista, que ejerció a la vez como reportero especializado en salud -un interés crónico, puede decirse: tras incubarlo en sus años en SER, estaría más adelante involucrado en la creación de Canal Enfermero TV y en la Asociación Nacional de Informadores de la Salud- y el subdirector, a las órdenes de otros profesionales como Ricardo Medina (con el que comenzó el formato), Luz Aldama o Mabel Rubio. Asumiendo las labores de conducción estaría Inmaculada Galván, indivisible para muchos con la marca.

“Fue un campanazo”, atestigua. Esta idea original, una de las muchas que salieron de Telemadrid en estos primeros años de vida, sería reutilizada luego por muchas operadoras regionales -luego llegarían Andalucía Directo, Euskadi Directo o Canarias Directo (que contaría con Gutiérrez como director)- así como España Directo, que ha contado con diferentes etapas en La 1 y en laSexta. Todos compartirían el ADN de la marca: un informativo pegado a la calle y con gran protagonismo del reportero, con un amplio abanico de temas, desde los sucesos a la meteorología, pasando por cultura, deporte o gastronomía.

*Primera emisión de 'Madrid Directo' (20/09/1993)

Los siete años que permaneció en la formación fueron “especialmente intensos”, dice al echar la vista atrás. Trabajando codo a codo con el cámara, habían de grabar el material, visionarlo, editarlo, preparar la locución y salir corriendo, en ocasiones literalmente, para llegar a tiempo a la emisión en vivo. “Durante el primer año, Ana Aladro y un servidor fuimos los únicos del equipo que hicimos un reportaje y directo todos y cada uno de los días en que hubo programa, de lunes a viernes”.

Y si las piezas servían para meterse hasta en la cocina de la ciudadanía madrileña, en el caso de nuestro relator llevaron hasta su ingreso hospitalario (simbólico, por supuesto): con el mono verde puesto, el “doctor Alipio” y su compañero y amigo camarógrafo Jesús Martínez se moverían con naturalidad dentro del quirófano para naturalizar la rutina y los procesos habituales dentro de un centro de salud público, “sin caer en el encarnizamiento o el gore”, matiza.

Rehabilitando una cadena para volver a dar cabida a todos

Telemadrid se colocaría en la avanzadilla de la comunicación durante esta primera década y media. Hay que recordar otros formatos coetáneos a Madrid Directo y que dictaron sentencia en lo televisivo, como 30 minutos, Fútbol es fútbol, con Javier Reyero al frente de un completo carrusel futbolístico durante los fines de semana, y Sucedió en Madrid, dedicado a la crónica negra de la localidad, o Me lo dices o me lo cuentas, donde se recuperó la divulgación sexológica en la pequeña pantalla; pero no hay que olvidar sus aportaciones al entretenimiento para todas las edades, con “picos de lanza” como el contenedor infantil Cyberclub o antecedentes del late show como La noche se mueve o el icónico Sola en la ciudad, objeto de numerosas parodias a nivel nacional.

No obstante, con la llegada de Esperanza Aguirre a la presidencia de la comunidad, la radiotelevisión inició un progresivo descenso a la oscuridad. Estas señas de identidad de la cadena irían disolviéndose progresivamente y con ellas, los datos de audiencia que corroboraban su importancia en el panorama. Telemadrid se desintonizó de la realidad más próxima, y esos vecinos a los que se dirigía la desintonizaron de sus mandos a distancia. Con el abandono, voluntario o forzoso, de muchos de sus profesionales de cabecera, los titulares que se le reservaban a la cadena versarían sobre los desmanes económicos, las tendencias panfletarias de sus programas de actualidad y, en definitiva, a la crisis interna que deshizo buena parte de lo conseguido hasta la fecha.

No sería hasta 2016 cuando comenzaría un nuevo proceso de despolitización y regeneración. Un proceso, este, donde Alipio Gutiérrez ha sido parte activa. Tras algunos años fuera de la corporación, regresó para gestionar la transición en busca de la confianza de los madrileños. Nadie mejor que él, que había acompañado durante tantos días, semanas y meses a los espectadores, para encabezar ese cambio gradual como director de los Servicios Informativos de la casa, un cargo que luego cedería a Jon Ariztimuño para enfrentarse a la remodelación de Onda Madrid, la emisora radiofónica de la empresa pública. Todo ello, mientras vuelve a encajarse la bata blanca con Salud al día en La Otra.

“Lo público no tiene por qué ser aburrido, anticuado o frío. Se puede ser público y lo más moderno”, manifestaba Javier Gómez, uno de los protagonistas de la nueva etapa del canal, a VERTELE en febrero de 2018. Como en una carrera de cuádrigas, el proceso para recuperar la confianza del receptor es laborioso y requiere de esfuerzo y cabeza para evitar derrapar y descalabrarse. Alipio lo sabe bien, como demuestran esos meses de formación sin descanso antes de lanzar la primera edición de aquel influyente Telenoticias. El panorama, claro, es bien diferente de aquel al que se enfrentó en su momento.

El periodismo y, en concreto, la información televisiva, han mutado desde la entrada en contacto con internet y las redes sociales. Ante este cambio en el consumo, el futuro de Telemadrid pasa por no olvidarse del ADN de la cadena, el que se definió con esas palabras pronunciadas por Pino y Prinz allá por 1989. Algo que ya se ha notado con claridad durante acontecimientos de la magnitud del World Pride en 2017, merecedora del Premio Iris del Jurado entregado por la Academia de la Televisión, pero también al abordar el caso Cifuentes, que se inició en eldiario.es en marzo de 2018 y que acabó con la dimisión de la presidenta regional un mes después.

“Lo que diferencia a Telemadrid de otras televisiones es que lo que pase aquí se lo vamos a contar mejor que nadie, porque lo conocemos mejor que nadie. Eso no se puede perder”, sentencia Gutiérrez. “Siempre hemos estado obligados, pero desde 2015 con la nueva Ley de Telemadrid con mayor motivo, a contar lo que pasa en Madrid. Y para ello, hemos de ser una televisión plural en la que todos tengamos cabida. Eso fue así desde el principio y fue lo que hizo que la gente conectara con nosotros y nos tuviera como referencia”, concluye.

Las animaciones han evolucionado; los colores corporativos se han reducido y simplificado, siendo el rojo y blanco los dominantes en la paleta cromática. Madrid Directo pervive y rostros indispensables como el propio Alipio continúan en plantilla, mientras programas de nuevo cuño como Eso no se pregunta o Crónicas subterráneas establecen una nueva pauta con sus contenidos y propuestas. Una nueva pero coherente, sobre la que se trabaja poco a poco para consolidarse entre la audiencia madrileña. Estamos en 2019: el calendario señala festivo autonómico, Día de la Comunidad, y la nueva Telemadrid está de celebración con la mirada puesta en el futuro. Y que tras 30 años haya motivos para celebrar es una buena noticia que dar.

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