Mercedes Milá vuelve renacida a televisión de la mano de Zanskar y Movistar+. La productora de Jesús Calleja está detrás de Scott y Milá, su nueva aventura delante de las cámaras con la que emprender “un camino nuevo” por el que “aprender cosas nuevas”. “Cuando empecé Gran Hermano no lo conocía nadie y me gustó el riesgo. Con Convénzeme, lo mismo -la pena es que acabó demasiado deprisa-. Ahora esto, que es como meterse en la selva y dejarse arañar los brazos”, cuenta a VERTELE sobre el espacio, que llega el 28 de febrero a #0.
El interés del formato es mostrar una cara diferente a la conocida por los espectadores, dejando de lado la vertiente periodística. Algo sugestivo pero no necesariamente sencillo: “Siempre tengo la tendencia a ser periodista, son muchos años ya. Pero para eso tengo a David Moncasi [director del programa] y María Ruiz [directora de la productora], que me avisan”. Las instrucciones que le dan son claras: “Pregunta como lo harías si estuvieras en el salón de casa, en la cafetería, no como periodista. Siéntelo”, reproduce. Esto permitirá “conocer una parte de mí que no se conocía”, apunta.
Ahora bien, esto no significa que Milá deje de ser quien es. “Me moriré siendo periodista”, aclara. “Lo seré hasta que me echen”. No obstante, ahora no se plantea enfrentarse a la idea de, por ejemplo, entrevistar a un político, una idea no tan descabellada teniendo en cuenta que hace escasos días estuvo moderando la presentación de Manual de resistencia, el libro de Pedro Sánchez. No se ve interesada en ningún nombre propio de la actualidad española, por lo menos. “No me planteo entrevistar a un político en este momento. Estoy en otra situación, en otro mundo. No voy a perder el tiempo pensándolo, porque no lo voy a hacer”.
Sobre su participación en el evento del presidente del gobierno, explica sus motivos. “Quería agradecer a Pedro Sánchez su actitud en momentos muy convulsos en Catalunya por el diálogo que establecieron cuando llegaron los socialistas. Quería hacerlo público”, manifiesta. Sobre la responsabilidad de los medios en esa convulsión a la que ella misma se refiere también alude. “La situación es así y los periodistas reflejan eso”.
De forma casi inevitable, Gran Hermano se cuela en la conversación. Habiendo sido una viga sólida en su carrera, no ha dejado de ver las últimas ediciones de famosos: “Ahí está, es un formato para siempre”, pontifica. El éxito de las actuales versiones con famosos no le sorprende por ello, al menos no más que el perfil de los participantes. “Me parece alucinante que entren con esos problemas en la mochila. Me parece sorprendente”, afirma. Resalta a una de las parejas del Dúo, Kiko Rivera e Irene Rosales: “Qué valientes son, ¿cómo se atreven a jugarse tanto entrando en la casa?”. Pese al discreto funcionamiento de la última edición de anónimos, el Revolution, Milá no considera que haya pasado el tiempo del formato original: “Dadle tiempo al tiempo, ya veréis”.
Además de atender a VERTELE, la presentadora espluguense ha hablado de estos y otros temas con la prensa, del que recogemos las porciones más interesantes.
¿Qué ha supuesto para ti el primer episodio de 'Scott y Milá', el de 'Renacer'?
Es el capítulo del 'Renacer' porque yo realmente renacía. Hubo un tiempo en el que pensé que nunca más haría televisión, que no tendría fuerza. Pensé que no sabría colocarme de nuevo delante de una cámara, que no tendría la energía y las ganas que hay que tener. Hay que esperar a que las cosas lleguen para que lleguen bien. Es como la naturaleza, hay que tener paciencia. Scott me ha ayudado mucho a eso, el perro no tiene nunca prisa. Tengo la certeza de que es el programa que tenía que hacer en este momento.
¿Te imaginabas la vida sin televisión? ¿Pensabas que habías hecho todo lo que tenías que hacer?
No me planteo las cosas así, nunca me parece que he hecho todo lo que tenía que hacer... siempre pienso que hay cosas por delante, la vida está por delante. Lo que no estaba es bien, no tenía la fuerza y la energía que hay que tener para poder soñar, y este programa me la ha dado.
¿Qué te pasó exactamente?
Uno de los programas que vamos a ver, si la productora lo acepta, es uno sobre la depresión. O mejor dicho, sobre el cerebro. Ahora se sabe muchísimo, si supiéramos la cantidad de cosas que se pueden hacer, cómo se puede ayudar a la gente que lo está pasando mal... Es la enfermedad que gasta más medicamentos de todas las enfermedades en España, y hay cada vez más gente que la padece. Me entristece, pero a la vez me hace sentirme acompañada. En ese sentido me siento responsable y si yo puedo ayudar a alguien a decirle que no se muera de miedo, le digo que se sale.
El mío fue un proceso de final de ciclo con Gran Hermano, que de hecho empezó dos años antes de dejarlo. Por eso no podía seguir de ninguna manera, y es algo que el equipo sabía perfectamente. Al final estuve 16 años, creo que suficientes para un programa al que has dado tanto, incluso la salud. Me fui a Barcelona y viví altibajos hasta que por fin, después de mucha lucha, dieron con la medicación apropiada. A partir de ahí llegó la tranquilidad, y es lo que quiero decirle a la gente: hay solución en la química y en la psiquiatría. No tengo ningún pudor en decir que me esta ayudando una psiquiatra.
Scott y Milá va sobre escuchar y ayudar, que son dos pilares imprescindibles para mí como periodista. Lo he enseñado en Gran Hermano en muchos momentos, cuando saliéndome de guion me dirigía a la gente que estaba sufriendo en un hospital o que estaba pasando un mal momento. Ahora es ya descaradamente, es un despelote emocional. En el programa hay pistas en ese sentido, hay pistas de salir, de cómo sufrir menos. He aprendido mucho.
¿Has tenido que desaprender muchas cosas?
María Ruiz: Lo que le hemos pedido es que trabaje de manera diferente, sin prepararse los temas, sin papeles, sin documentarse para que vaya totalmente libre y veamos su espontaneidad en diferentes situaciones. Queríamos verla a ella, no a alguien que había elaborado ya un discurso o unas preguntas. La hemos expuesto directamente al corazón de la secuencia o de la información que queríamos que tuviera. Eso le ha costado mucho.
Mercedes Milá: Es cierto que ahí he tenido que desaprender, porque mi tendencia era pedir información. Soy una tía obsesiva y cuando tengo que hacer una entrevista lo quiero saber todo de la persona que tengo delante. Ahora es todo lo contrario, en ese sentido he tenido que volver a aprender, a escuchar sin conocer.
¿Los animales te han humanizado?
No sé si me han humanizado, pero desde luego me han ayudado a serenarme, a aprender cosas tan importantes como que la impaciencia no conduce a nada bueno. Ahí está Scott.
En ese camino en el que dejas 'Gran Hermano', haces 'ConvénZeme', estás un tiempo de parón y ahora fichas por Movistar+, ¿ha cambiado el concepto que tenías de la televisión?
Sí, claro. He tenido que acoplarme a eso, y todavía no lo he conseguido del todo. ConvénZeme fue una experiencia que me dio tanta rabia que terminase... aún por la calle mucha gente me pregunta por los libros, me hablan más de ello que de Gran Hermano. Ahora llega Movistar y es otra cosa totalmente diferente, espero estar a la altura de lo que ellos tienen. Me gusta porque es un mundo nuevo. Si las generalistas están ahora viendo que llega el peligro, yo digo 'mira que bien, que estoy donde tengo que estar, en una plataforma potente como Movistar'. Creo que he apostado bien.
¿Habrías vuelto a una generalista?
En este momento no.
¿Han llegado ofertas en este tiempo?
Sí. Fue alucinante, me da hasta vergüenza. Me llamó todo el mundo.
¿Por qué las rechazabas?
Las estudiaba todas, escuchaba como he hecho siempre y agradecía que me ofrecieran un trabajo porque sé lo que es no tenerlo. Pero al último le dije que ya me había casado con Zanskar y Movistar+. Ha sido bonito.
¿Ha habido algún proyecto que, a toro pasado, te haya dado rabia haber rechazado?
No sé dónde he leído esta mañana a alguien que decía que mirar atrás no sirve para nada. Si tiene que ser, quién sabe cuándo y de qué manera...
¿Vas a tener más proyectos con Movistar+?
No lo sé. Estoy en medio de un parto. Hoy nace Scott y Milá, dentro de nada nacerá otra tanda de otros 4 capítulos. Calma.
En el estreno del jueves tienes delante a 'Gran Hermano'. ¿Habrías pensado alguna vez verte en una situación así? ¿Qué piensas de que este renacer vaya contra el reality?
Es bonito, emocionante y muy simbólico. No me había dado cuenta hasta ayer y pensé... empieza Scott y Milá y se está emitiendo Gran Hermano. Es precioso.
¿No lo echas de menos cuando lo ves? ¿O ya no lo sigues?
Durante estos años he estado viendo el Gran Hermano digamos normal, pero no lo echo de menos. Puedo echar de menos a compañeros, pero no soy una persona de echar mucho de menos. Cuando un proyecto acaba, ya está. Estoy al tanto y me comunico cuando pasa algo, como ayer que estuve hablando con compañeros por la muerte de Natacha. Estoy al loro de nacimientos de niños, bodas... como siempre. Pero hacer el programa, se acabó.
¿De lo que se hace ahora mismo en TV, qué te gusta?
Jordi Évole me gusta mucho, se lo ha currado. laSexta ha esperado muchos años, o suficientes, hasta que él ha encontrado el producto. Han tenido mucha paciencia para esperar que su programa cuajara, eso es algo muy complicado ahora en televisión.
Para el próximo Scott y Milá estáis preparando un programa sobre la mujer. ¿Qué nos puedes avanzar?
Hacer un programa que se titula “mujeres” es obligado en el momento en el que estamos actualmente. ¿Tú te crees que el Papa puede haber dicho lo que ha dicho? Ya simplemente con eso... ahoro al Papa Francisco, me encanta y me encantaría entrevistarle, pero lo que dijo hace dos días en plena cumbre de la pederastia, en la que además no se han comprometido a nada... ¿no se le ocurre nada mejor que decir que “el feminismo acaba siendo un machismo con falda”? Es que no lo soporto. Este programa de mujeres está un poco en esa línea. He dicho que soy feminista toda mi vida, lo soy porque soy mujer. Punto y se acabó.
Hablando de esos proyectos que has rechazado durante estos años, uno que sonó con fuerzas fue 'Operación Triunfo'.
Me llamó Toni Sevilla y me preguntó qué me parecería. Yo le dije que me parecía una barbaridad.
¿Te habría hecho ilusión?
No, porque dije que no. Además, luego Tinet Rubira también dijo que no me quería ahí. Coincidimos los dos en el no. Al final lo hace Roberto y lo hace genial. Esas cosas pasan.
Ahora que estamos en campaña, ¿te atreverías a hacer un debate electoral a 5?
No, porque ahora estoy en esto. Presenté el libro de Pedro Sánchez porque era una cosa puntual, concreta y sentí que moralmente tenía que hacerlo por agradecerle su aptitud con Catalunya, pero punto. Yo no quiero hacer nada que no sea Scott y Milá.
¿Qué impresión te causó Pedro Sánchez al conocerle?
Muy buena. La misma que tuve al leer el libro, muy buena.
En 'Scott y Milá' has abierto las puertas de tu casa a personajes como Jane Goodall? ¿Cómo fue esa experiencia?
Cuando abrí la puerta pensé '¿quién me iba a decir a mí que esta persona a la que admiro desde hace tanto tiempo iba a venir a mi casa?'. Son momentos de la vida que tengo que agradecer a Zanskar y a Movistar. Fue precioso que se sentase a mi sillón, que cogiese a Scott.
Cuando presentabas 'Gran Hermano' elogiabas la generosidad de los concursantes al abrir su intimidad, y decías que no te veías haciendo ese ejercicio de desnudez.
Sigo pensando que los concursantes de Gran Hermano eran extraordinariamente valientes y nunca les agradeceré bastante lo que hicieron por conseguir que ese formato siguiera existiendo y yo pudiera seguir trabajando. Yo no aguantaría eso. La cámara persiguiéndote los 24 horas del día... no tengo fortaleza para tanto.
¿Qué tal está tu relación con Paolo Vasile y Mediaset?
Ya no tengo nada que ver con ellos. Desde que me fui de Gran Hermano no he vuelto a tener relación con Mediaset ni con Paolo Vasile.
¿Te hubiera gustado alguna llamada?
Soy muy mayor ya, son cosas que has aprendido. Vales lo que vale tu última producción.