Especial

Con gloria, con pena o sin una cosa ni otra: los aciertos y decepciones que deja la temporada televisiva

A escasas horas de empezar junio, podemos empezar a echar cuentas sobre lo que ha dado de sí la última temporada. Lo cierto es que suele ser a finales del sexto mes del año el momento tradicional para hacer el balance del curso, pero la crisis del coronavirus, con su consiguiente paralización de la producción y el subsiguiente cambio de la oferta, ha hecho que los tiempos en los que estamos acostumbrados a analizar el medio se alteren.

En estos nueve últimos meses, y pese a los volantazos de la actualidad, La 1, Antena 3, Telecinco, Cuatro y laSexta no han abandonado el guion que viene repitiéndose durante los últimos años. La primera cadena de Mediaset ha alargado aún más su reinado sobre el resto, mientras en TVE el objetivo ha sido salir del bache; por su lado, la batalla de las cadenas secundarias se ha vuelto a decantar en favor de la de Atresmedia, pese a que la gran sorpresa del ciclo catódico, La isla de las tentaciones, la hayamos encontrado en el mapa de programación de Cuatro.

Sin que haya previsión ya de grandes lanzamientos en este próximo mes -Pasapalabra ha sido el último gran formato en llegar- estamos en disposición de poner el tablón con las notas del curso, para dirimir qué programas pueden acabar con el curso con la cabeza alta, y aquellos que deben sentarse a reflexionar.

La 1 se dispone a cerrar una temporada escarpada con un balance de pocos aciertos y un futuro marcado por la desaparición y recomposición de sus formatos más veteranos en la franja matinal. Tras cerrar 2019 con el peor dato anual de su historia (un 9.4% de cuota), la inclinación ha seguido a la baja: tras un enero donde volvió a colocarse por encima de los dobles dígitos, un mes después caería a su peor febrero histórico (9.1%); volvería a colocarse sobre el 10% en marzo, para descender nuevamente en abril al 9.4%, lo que prueba la escasa competitividad del grueso de su oferta de prime time.

Una vez más, el formato que mejor ha alimentado a la cadena pública ha sido MasterChef, tanto con su cuarta edición Celebrity -la final, donde se proclamaría vencedora Tamara Falcó, marcaría el mejor dato de una edición ya de por sí excelente, con un 25.8%- en otoño, y la octava de anónimos, que acaba de sobrepasar su ecuador y se ha reafirmado como uno de los productos clave durante la crisis del coronavirus. Peor le fue, cabe decir, a MasterChef Junior, en buena medida por la decisión de programarlo fuera de las fechas navideñas en que acostumbra a emitirse. Sin alcanzar el nivel de cocción, también han dejado buen sabor de boca los otros dos talent shows producidos por Shine Iberia para TVE: la tercera edición de Maestros de la costura, que disputaría el poder al Nemo Bandeira de Telecinco en la noche de los lunes; y en menor medida Prodigios, que pese a una pequeña bajada sobre su primera edición ha demostrado ser una apuesta acertada, asentándose en la noche de los sábados.

Por su parte, el otro gran título del catálogo de entretenimiento de La 1, Operación Triunfo, ha vivido una edición con notables altibajos pese a haberse dilatado el estreno de la edición unos meses a fin de darle descanso y evitar el desgaste. Aunque por encima de los promedios globales de la cadena, el talent show de Gestmusic no ha reflejado el importante tirón popular y ha marcado sus cifras históricas más bajas, con medias por debajo del 12%, sin liderar hasta su antepenúltima gala, la del miércoles 27, aprovechando la poca competencia.

El resto de formatos ha tenido una productividad desigual: lejos del rendimiento de la primera temporada con Pablo Chiapella hace ya un par de años, El Paisano solo ha visto un cierto repunte en sus últimas entregas, conducidas por Jorge Cadaval; mejor le ha ido a Entre ovejas, que pese a debutar sin balar fuerte fue de menos a más en su productividad; en la franja de day time, A partir de hoy vivió una similar trayectoria, truncada por la crisis del coronavirus, con la que desaparecería para no volver; El cazador, por la tarde, también ha visto su funcionamiento afectado por el parón de emisión de casi dos meses, en la franja de tarde y pese a mejorar los registros de propuestas anteriores, está lejos de lo que se espera de él. Tampoco funcionaron Todos en casa, el experimento de programa casero durante el confinamiento, que solo tuvo cuatro entregas; ni ¡Vaya crack!.

En lo que concierne a la ficción de prime time, la incombustible Cuéntame cómo pasó, aun rebajando sus prestaciones con respecto a otros años por la competencia de los realities de Telecinco (la última temporada ha estado por encima del 14%), es el espejo en que deben mirarse el resto de propuestas, muy alejadas de su eficacia. Promesas de arena y Malaka (ambas en el 9.8%) serían la siguiente en el ranking, seguida de Estoy vivo, cuyos números se ven complementadas por la buena prensa a nivel nacional e internacional: ninguna de estas tres puede considerarse un fracaso, ni mucho menos, pero tampoco han ayudado a mejorar la débil situación de La 1. Algo parecido puede decirse de la ansiada cuarta temporada de El Ministerio del Tiempo, que tiene en el consumo no tradicional y la pleitesía de la crítica generalizada su gran valor; tras cuatro entregas en la noche de los martes y con la próxima desaparición de Supervivientes de la competición, tendrá más espacio para respirar.

Néboa, oscilando entre el 7 y el 8% de cuota y rindiendo ligeramente por encima del millón de espectadores, sí que ha de considerarse una decepción en toda regla. Aún peor funcionaron las dos apuestas internacionales que sacó esta primavera la cadena, Killing Eve y El nombre de la rosa.

Finalmente, y pasando a los seriales de tarde, la situación es similar: la adición de Mercado central a la oferta de tarde, también ha ido cogiendo cuerpo desde su estreno en septiembre, moviéndose en cifras similares a las de Servir y proteger y Acacias 38.

La temporada también ha sido complicada para Antena 3, al menos en lo que concierne a su programación lineal. No hay que olvidar que cerró 2019 con su dato anual más bajo desde 2011 y quedando a la mayor distancia que había estado de Telecinco en 27 años; si bien enderezó la situación en a partir de enero, en buena medida por el empuje de Tu cara me suena 8. La tónica ascendente que comenzó a principios de 2020 quedaría inevitablemente limitada por el efecto del coronavirus, que obligó a una política de estrenos más modesta.

La matrícula de honor, como decíamos, le corresponde a Tu cara me suena, que se mostró intratable en la noche de los viernes con una octava edición a la que le sentó el ligero retraso de tres meses sobre la fecha acostumbrada de lanzamiento (empezó en enero, frente a la norma usual de hacerlo en septiembre). Durante el transcurso de la temporada, interrumpida por la pandemia (en total, pudimos ver once galas de estreno, a las que han seguido reposiciones), no cedió el liderato a sus competidores, manteniéndose en todo momento en cifras en torno al 20% de cuota de pantalla. Su última entrega hasta nuevo aviso, de hecho, sirvió para anotar su récord de espectadores del curso, con 3.449.000 (21.2% de cuota).

Asentados en el horario de máxima audiencia, no conviene olvidar la recuperación de Quién quiere ser millonario, con su serie de especiales con motivo de su vigésimo aniversario, que también dejó un suculento bote de audiencia a la cadena. El game show protagonizó un competido duelo con otro de los principales éxitos del curso en Telecinco, El pueblo, del que luego hablaremos.

En los concursos ha encontrado Antena 3 la respuesta correcta: al valor seguro de ¡Boom! y ¡Ahora caigo! hay que sumarle la reciente llegada de Pasapalabra, en su nueva etapa en Antena 3 ahora con Roberto Leal al frente. Pese a su reciente llegada a la parrilla, ha corroborado las previsiones de acierto para la cadena. Además de competir de tú a tú con Sálvame Tómate (que precisamente ocupó el hueco del concurso cuando Mediaset hubo de retirarlo de forma fulminante en noviembre), su efecto tras dos semanas de emisión se ha notado no solo en los resultados de la tarde sino en la segunda edición de Antena 3 Noticias.

El informativo de prime time conducido por Vicente Vallés ha disfrutado de una mejoría en los últimos tiempos, siguiendo la tendencia alcista que ya había iniciado la edición de mediodía de Sandra Golpe, consolidada como líder de su franja. Y aprovechando que pasamos a lo informativo, las tres entregas de En primera línea, dedicadas a mostrar el día a día de los sanitarios durante la cuarentena, ha resultado un modesto acierto para el grupo.

El resto de formatos de la casa ha dejado, en el mejor de los casos, un sabor agridulce, sin que hayan conseguido consolidarse o resaltar. La primera edición de La Voz Kids en la cadena, por ejemplo, ha sido la más floja en audiencias de toda la historia del formato en nuestro país, cayendo más de 7 puntos de media con respecto a la última competición emitida en Telecinco, y quedando lejos del interés que suscitaron las versiones adulta y Senior. Y de la primera a la última temporada de El secreto de Puente Viejo, que llegó a su fin el pasado miércoles 20 de mayo, tras haber bajado sensiblemente sus prestaciones en la tarde con su última reformulación, encabezada por Silvia Marsó, moviéndose por debajo de los dos dígitos. Sin embargo, supo acabar en lo alto, liderando por encima de OT 2020.

Sin dejar la ficción, Perdida, la última serie semanal en estrenarse en prime time, ha seguido la tónica previa que marcaron en otoño tanto el lanzamiento en abierto de Pequeñas coincidencias (9.9%) y de Toy Boy (8.4%) y, pese a las entusiastas críticas, cifró unos escuetos datos (7.6%). Este pobre rendimiento de la ficción de consumo en abierto -solo tres lanzamientos en todo el curso, y los tres claramente por debajo del 10%- contrasta con el buen funcionamiento de las producciones ofrecidos directamente en Atresplayer Premium, al menos a tenor de los datos de suscriptores: La valla, El nudo, #Luimelia y Mentiras, así como el suculento inicio de Veneno, parecen marcar el camino para Atresmedia de cara a su producción seriada.

Más allá de El Hormiguero, incombustible tanto en su versión normal previa a la crisis como en su modalidad Quédate en casa durante el confinamiento, el resto del entretenimiento testado durante esta temporada, las sensaciones son frías: el regreso de Me resbala ha resultado deslucido en comparación con sus temporadas previas, más aún al coincidir su emisión con la pandemia; y la apuesta por la ficción internacional, con Inspectora Marleau, New Amsterdam y Cazafortunas, se fue con los bolsillos vacíos. Aunque el mayor varapalo fue el efímero Arusitys Prime, que en sus dos únicas emisiones quedó muy lejos de los resultados que el equipo de Alfonso Arús cosecha en las mañanas de laSexta.

La estrategia de programación transversal de Mediaset, por la que una de las tres galas semanales de sus reality shows pasaría a emitirse en Cuatro, ya había insuflado un necesario aire a su segundo canal durante la temporada 2018/2019. En el curso que ahora se aproxima a su fin, eso ha vuelto a suceder, al adueñarse sin oposición de la noche de los martes con las veladas que Jorge Javier Vázquez condujo de GH VIP: Límite 48 horas y que Carlos Sobera moderó de Supervivientes: Tierra de Nadie. Sin embargo, el mayor éxito que ha obtenido el canal lo encontró en otra isla distinta a la de los robinsones.

Estrenada en enero, La isla de las tentaciones se ha alzado en uno de los productos de más éxito de los 15 años de historia de la cadena, convirtiéndose en la emisión no deportiva más vista desde el 2010. En su primera edición (ya se ha confirmado que tendrá una segunda y una tercera, grabadas consecutivamente), que se emitió tanto en Cuatro como en Telecinco, superó los 3 millones de espectadores de promedio, con una cuota cercana al 24% de share. La última hoguera alcanzaría el ansiado listón del 30% de share. Su debate conducido por Sandra Barneda (que tomará el relevo de Mónica Naranjo como presentadora) también rindió a buen nivel, con un 13.5% y 1,5 millones.

Más allá de esto, los formatos que han tenido un funcionamiento aceptable durante los últimos ocho meses han sido los que se enmarcan dentro de marcas solventes: ahí tenemos los dos títulos con el sello Calleja, Volando voy y Planeta Calleja, que han mantenido el buen ritmo de otras ediciones; y en menor medida, la versión en transatlántico de First Dates emitida en el prime time de los lunes entre enero y marzo, First Dates: Crucero, que zarpó a toda vela (10%) para ir aminorando la marcha semana a semana, para terminar pese a todo por encima de la media del canal (7.3% en sus diez entregas). Por supuesto, la audiencia de Cuarto Milenio permanece incorruptible en la noche de los domingos como la sábana santa; mientras En el punto de mira y las dos ediciones emitidas de Ven a cenar conmigo: Gourmet Edition siguieron en su línea.

En cuanto al resto de novedades del curso, sus resultados han servido para devolver a Cuatro a su situación real. Las novedades en entretenimiento se han saldado en fracaso: El bribón y Me quedo contigo en la tarde, y Donde menos te lo esperas, La mesa del coronel y los más recientes Mzungu: Operación Congo y Job Interview. Estás contratado han dejado resultados muy por debajo de las expectativas.

Tampoco el tardío estreno en abierto de The Blacklist, la aclamada ficción protagonizada por James Spader, ha conseguido pasar a la lista de aciertos. Sí se puede hablar de la mejoría gradual de Cuatro al día, después de un frío estreno, gracias en parte al viraje de sus contenidos con el cambio de Carme Chaparro por Joaquín Prat, y sobre todo de Todo es mentira, que se ha consolidado durante los últimos meses como el más serio competidor que la cadena ha plantado contra Zapeando.

Poco o nada cambia en Telecinco, cuya combinación de reality shows está fuera de toda duda, como queda patente en su dominio en audiencia. A falta de confirmar oficialmente su victoria holgada en mayo, abril marcó el vigésimo mes consecutivo de liderazgo sobre la competencia. El cómputo de 2019, no hay que olvidar, lo cerró también en primera posición por octavo año seguido.

El tridente formado por Gran Hermano VIP (pese al vendaval mediático por el caso de abuso sexual sucedido en la última edición con anónimos de GH) y su secuela de marca blanca El tiempo del descuento, La isla de las tentaciones (que supuso el mejor de los recambios para GH DÚO, cancelado por la polémica citada) y, por supuesto, Supervivientes 2020, acostumbrado a situarse en la cima del 30% con una edición que se adelantó unas semanas por la reconfiguración de los planes del canal (y donde también figuraban la Copa del Rey y la Eurocopa, pospuestas por la pandemia). A falta de la gala definitiva (la primera parte de la final anotó un 31.9% y 3.448.000), el formato de supervivencia de Bulldog TV se ha erigido un año más en el más poderoso de la clase A de Mediaset.

Tampoco podemos olvidarnos del universo Sálvame en sus múltiples encarnaciones, con especial atención a Deluxe, que no se apea del trono de los sábados, beneficiado por las tramas originadas en los anteriores programas, que durante este curso han contado con Adara Molinero como prolífico eje. Dentro de la franquicia, el reciente estreno de La última cena, con los tertulianos metiéndose en harina de una competición culinaria en prime time también se ha saldado con acierto, a juzgar por sus dos primeras entregas.

Pero el éxito no se ciñe a la telerrealidad: para muestra, la quinta edición de Got Talent España, que cerró a mediados de diciembre como la más exitosa hasta la fecha, con un 21.7% de cuota de pantalla de media y un 29% en su final. Por detrás, han estado Volverte a ver y Mi casa es la tuya, en rotación en la noche de los viernes durante el grueso del curso y que hasta la llegada de Tu cara me suena se aferraron a encabezar el ranking de los viernes noche. Tampoco le funcionó nada mal la última temporada de la Gourmet Edition de Ven a cenar conmigo, que se ha ido intercambiando con su cadena hermana.

También la particular carrera de relevos de ficción ha sido exitosa en Telecinco: ahí está la segunda mitad de la undécima temporada de La que se avecina, que aun bajando ligeramente sus números en comparación con tandas previas, rindió al nivel que se le presupone; la segunda parte de Vivir sin permiso que, eso sí, no pudo igualar los mayúsculos resultados de la primera, en buena medida por la competencia que plantó Maestros de la costura en La 1; y el lanzamiento en abierto de El pueblo, que triunfó en su recorrido por los miércoles pese a estar disponible desde hacía un año en el catálogo de Amazon Prime Video. Estas dos forman, junto con Cuéntame, el cuarteto de ficciones que han sido capaces de sobrevivir en el universo de la televisión tradicional con resultados elogiables. Mientras tanto, otras ficciones del grupo como Caronte, Madres y Desaparecidos han quedado fuera, de momento, de las previsiones de lanzamiento.

Con el asentamiento de Ya es mediodía y Viva la vida, poco tiene que lamentar Mediaset: tras un inicio promtedor, Señoras del (h)AMPA se vio perjudicada por los retrasos horarios y, sin ser una decepción, su primera temporada acabó deslucida; The Good Doctor pasó desapercibido con su segunda temporada después de haber dado la sorpresa con la anterior; Lejos de ti, su coproducción italiana, pasó sin demasiado brillo por la noche de los miércoles después de emitirse con casi un año de retraso con respecto al Canale 5 de Mediaset Italia; y Juego sin fronteras, estrenado en abierto después de meses disponible en Mitele Plus, tampoco llamó la atención durante las primeras semanas de cuarentena, cuando se decidió recuperarlo para el prime time de los viernes.

Así, el mayor disgusto en términos de programación para la cadena fue la pérdida de Pasapalabra, que desapareció de la parrilla a principios de noviembre para no volver debido a la batalla legal contra ITV Studios; su abrupta baja también la notaría Pedro Piqueras en Informativos Telecinco 21h, al perder el arrastre del concurso. Sálvame Tómate sería, pese a todo, un sustituto más que solvente para esta franja.

laSexta ha vuelto a comprobar los resultados de su apuesta por la información, especialmente cargada por motivos evidentes durante los últimos meses. Así, además mantener su primacía sobre Cuatro, sobre la que ya acumula 22 meses de dominio, también anotó su segundo mejor dato histórico: sería en marzo, en pleno auge del coronavirus, con un 8.3%.

A diferencia del resto de cadenas, las grandes alegrías se las otorga el day time. Ahí destaca el excelente rendimiento por las mañanas de Aruser@s, ya plenamente consolidado como alternativa a los magacines matinales, con cifras que se mueven en torno al 13% de cuota de pantalla, antecediendo a Al rojo vivo, el formato clave de su programación. Este curso también ha servido para consolidar a Cristina Pardo en Liarla Pardo en la sobremesa de domingo. Del mismo modo, y tras unos meses atravesando un periodo de valle, laSexta Noche ha logrado reponerse, apoyado en la urgencia de la actualidad, como también se ha mantenido en sus registros normales Zapeando y Más vale tarde en las tardes de los días laborales, y El Intermedio en el access prime time.

En lo que respecta al prime time, el segundo canal de Atresmedia se ha servido de sus nombres reconocibles, aunque con resultados más irregulares que de costumbre. Pesadilla en la cocina ha marcado su temporada más discreta, presionada por la fuerte competencia de los jueves, y aun así se ha mantenido sobre la media del canal; sin embargo, el primer proyecto de Chicote fuera del ámbito culinario, Auténticos, apenas se hizo notar con sus cinco entregas, emitidas los miércoles de enero y febrero. El Objetivo de Ana Pastor también se ha mantenido con un perfil relativamente bajo en relación a otras temporadas; mientras que la tercera temporada de ¿Dónde estabas entonces? también ha caído ostensiblemente respecto a las dos previas.

Así, los dos principales éxitos del curso han venido, como de costumbre, de mano de Jordi Évole. La nueva etapa de Salvados, ahora con Gonzo al mando pero con el catalán como productor a través de Producciones del Barrio, experimentó una inevitable bajada en relación con la audiencia que venía cosechando en los últimos años, pero ya prepara sus nuevas entregas de cara al próximo curso televisivo.

Ha sido Lo de Évole, el nuevo formato del comunicador, el mejor programa de laSexta en estos últimos meses, especialmente con sus seis especiales grabados en confinamiento. La primera temporada de este espacio de entrevistas ha concluido con un 9.6% y 1,8 millones de televidentes, a la par con lo que acostumbra a hacer Salvados, complementándose ambos a la perfección.