¿Cómo adaptar una novela a una serie de TV? Los expertos, al habla
La ficción para televisión es la gran protagonista de la primera edición del Conecta Fiction, un evento que reúne a profesionales de Europa y América para establecer nexos en materia de coproducción internacional.
La cita, celebrada en Santiago de Compostela con presencia de Vertele, ha abordado en uno de sus paneles una tendencia cada vez más extendida en el ámbito de las series: la adaptación de obras literarias. Sin ir más lejos, estas mismas jornadas han ejercido como puesta de largo de una de las más esperadas, La catedral del mar de Series Atresmedia.
La charla, moderada por Sydney Borjas, Ceo de Scenic rights S.L, ha contado con la participación de tres expertos de renombre a nivel internacional: Roberto Ríos, Vicepresidente corporativo de producciones originales de HBO América Latina, Manuel Martí, responsable de desarrollo y negocios internacionales de Pol-Ka Producciones (Argentina) y Peter Nadermann, Director de Nadcon Film GmbH (Alemania).
Las novelas, una gran fuente para las series de televisión
Para Ríos, de HBO, “una novela supone una fuente de información muy rica, es imposible tener una biblia de proyecto más completa”. Una línea que comparte con Manuel Martí, que ha detallado el procedimiento utilizado por la productora argentina Pol-Ka a la hora de adaptar novelas a la ficción para televisión.
¿Por qué elegir un libro sobre una idea original de un guionista? Con ello, las productoras pueden asociarse con una marca exitosa y poderosa que tenga ya un nombre en el mercado: “Es un premio que uno tiene desde un primer momento”, confiesa Martí. Por otro lado, se consiguen optimizar tiempos de preproducción y con ello parte del presupuesto. No obstante, también suponen un arma de doble filo. Y es que hay que conseguir llegar a una fantasía establecida, a un público con su propia creación en el imaginario.
Pero no todas las obras literarias pueden llegar a ser una buena serie de televisión. En este sentido lo que manda es que el concepto, la suma entre la trama y el género, sea atractivo para la pantalla. También que los personajes tengan un cierto espesor que les permita vivir durante las temporadas que finalmente tenga la serie, así como que el universo que rodea a la historia sea bueno.
¿Cómo llevar la historia al lenguaje y tiempo de la televisión, sin dejar de ser fieles a la obra original?
“Es importante que el autor de la obra sea guionista de la serie posterior”, opina Roberto Ríos. Peter Nadermann, por su parte, añade que “el 90% de los escritores se quedan en shock cuando leen el primer guión de la adaptación, a la mayoría no les gusta”.
En ese sentido, Manuel Martí aporta tres tipos de modalidad de adaptación: la compresión, que consiste en extraer segmentos verticales del relato para agilizar, la destilación, que simplifica y retira elementos para focalizar el relato, y la expansión, que es la modalidad más utilizada en series de televisión y consiste en sumar subtramas y hacer crecer a personajes con el fin de enriquecer el material original.
“En todo proceso hay siempre un sacrificio y una contribución. No es solo eliminar, sino también añadir, combinar”, sentencia Ríos.