“Quedan cuatro noches, quedan cuatro gatos y dos no se hablan” empezó diciendo Jordi González sobre la última semana de Secret Story en la que Luca Onestini, Cristina Porta, los Gemeliers y Luis Rollán luchan por alzarse con la victoria.
Todos ellos recibieron los ánimos de sus familiares y amigos, así como escucharon cuál era el “momentazo” de la edición para la audiencia. Además, vieron los porcentajes ciegos que mostraban a dos de ellos disparados.
Sandra Pica también estuvo en plató, tras ser la última expulsada. Y, como viene siendo habitual, la noche de Jordi González transcurrió con polémica, una vez más protagonizada por Alba Carrillo.
Directora del programa y Cristina Porta
Desde que arrancara la primera edición de Secret Story con Lucía Pariente como concursante, Alba Carrillo ha sido una de las habituales en plató que no pasaba desapercibida con sus actitudes y comentarios. La modelo se ha llegado a marchar de plató a mitad de programa, ha lanzado dardos contra Telecinco sobre su bajada de audiencia, se ha metido con concursantes para después arrepentirse y hasta ha anunciado medidas legales contra la cadena.
Según Jorge Javier Vázquez, la colaboradora está “cruzando unas líneas rojas” que podrían dejarla una temporada fuera de la televisión. Y esta noche lo volvía a demostrar, dejando en el aire un posible parentesco entre la directora del reality y Cristina Porta.
“Es verdad que mi madre salió en la primera nominación porque no tenía de madrina a María Zambrano. Besito de amor”, decía Carrillo en un momento de calentón en el que algunas defensoras criticaban que Pariente se merecía haber salido. En ese momento, Jordi González corrió a desmentir lo afirmado: “Me está pidiendo [María] que lo desmienta. No hay ninguna conexión ni parentesco”, zanjaba.
Sin embargo, la modelo continuó con una teoría que aseguraba haber leído en las redes: “Me sorprende la seguridad con la que Fátima y la otra tienen tan claro que van a ganar. Yo he llegado a ser finalista y nunca he tenido esa prepotencia”.
Luca comparó su relación anterior con la de Cristina
Durante la entrega, los colaboradores de plató también enviaron preguntas a los finalistas. Alba Carrillo, lanzó una a Luca: “Has vivido historias de amor en dos realities, compáralas y mójate”. Sobre lo que el italiano aclaró: “No viví ninguna histoia de amor en el anterior porque mi relación empezó después. No se puede comparar porque no es lo mismo”.
Liz se dirigió a los Gemeliers: “La estrategia de poneros en contra de Luca y Cristina en la final ¿os va a funcionar?”. A lo que los hermanos contestaron: “No es una estrategia, es una realidad, no nos gusta llevarnos mal con nadie”.
María Jesús Ruiz quiso saber si Luis va a “posicionarse con alquien a nivel personal o va a seguir flucuando”, algo que él negó. Mientras que Steisy preguntó a Cristina que cómo se sentía “despues de ventilarse uno a uno a todos los que le habían nominado”. La periodista agradeció el apoyo de la viceversa y respondió: “He sido como soy, me han podido expulsar siempre y siento que la gente está donde tenía que estar”.
El mejor momentazo según la audiencia
Desde el programa lanzaron la pregunta a la audiencia sobre cuál había sido el momentazo de la edición. Pudieron escoger entre el baile de Dirty Dancing de Luca y Cristina, el parto de Luis Rollán, el baile de Luis y los Gemeliers al ritmo de 'Tacones rojos' y el enfado de Sandra Pica con la ropa.
Jordi González les informó de la elección final de los espectadores: el baile de Dirty Dancing de la pareja. Ambos aplaudieron y el italiano transmitió su sensación: “Para mí sí que fue un momento muy bonito. Fue especial y lo recuerdo con mucho cariño”. También Cristina expresó: “Me pasé dos semanas con moratones de las manos de Luca”.
Como regalo, el programa les obsequió con una cena para dos personas, privada. En la white room, con comida buenísima y para comer con las manos.
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