El cómico Ángel Martín ha hablado sobre los problemas psicológicos que ha llegado a sufrir en su vida, tal y como hizo público hace un par de meses. los cuales le llegaron a ocasionar un brote psicótico en 2017. Por ello, fue ingresado, y tal y como ha explicado ahora en una entrevista que ha concedido a El Mundo a raíz del lanzamiento de su libro Por si las voces vuelven, las drogas tuvieron un papel fundamental en ello.
El humorista narra en su publicación situaciones muy complicadas de su vida a causa de los estupefacientes. Ha confesado que tenía “un consumo” de drogas y alcohol “muy, muy alto”: “Mi consumo de marihuana y alcohol era extremadamente alto”. “Consumía marihuana, éxtasis y alcohol y no era una cosa de ocio”, cuenta el cómico tanto en el libro como en la entrevista, y achaca a los estupefacientes y a una posible depresión la causa de sus problemas mentales.
El expresentador de Sé lo que hicisteis... fue ingresado hace tres años en el ala de psiquiatría del Hospital Puerta de Hierro de Madrid a causa de un brote psicótico. En dicha situación, el humorista sufrió alucinaciones en las que discutía con la muerte, era el hijo de los dioses y viajaba en el tiempo, entre otras.
Aunque el cómico es consciente de que las drogas fueron uno de los detonantes con los que cruzó “la línea”, se sorprende porque tiene “amigos que han fumado como hijos de puta y se han drogado mucho” más que él y “no han acabado ingresados nunca”.
Felicitó a su novia por el estreno de 'Wonder Woman'
El cómico ha confesado que durante estos brotes siguió actuando en su profesión, hasta una semana antes de su diagnóstico: “Fue bien porque yo creía que había llegado a un planeta nuevo, que estaba como en la Atlántida. Una mierda muy loca”.
El antes y el después lo marcó un comentario por redes sociales: Acabó felicitando a su novia en una publicación por su supuesta participación en la película Wonder Woman, la cual se acababa de estrenar. Esto, junto al hecho de que le llenara la casa de regalos hicieron sospechar a su familia y seres queridos de que algo le estaba ocurriendo.
“Mis amigos más cercanos pensaban que era una broma interna entre mi chica y yo. Era imposible que alguien se diera cuenta. Y menos si encima eres cómico”, ha explicado. Su novia, que sabía que eso no formaba parte de ninguna broma, acabó acompañándolo al hospital.
El presentador ha contado que no fue hasta que salió del hospital cuando se dio cuenta de la magnitud de lo que le estaba ocurriendo: “Empiezas a querer entender por qué el mundo es distinto a cuando entraste. Ya estás bajo tratamiento y empiezas a investigar qué cojones ha pasado”. Ángel Martín explica que de sus 14 días ingresado, recuerda la medicación y los paseos, pero que al salir, todo lo que había en su cabeza no correspondía con esa realidad: “Es la sensación que debe tener un ordenador cuando lo formateas”, ha comparado.
“Del hospital sales en la mierda, en la oscuridad absoluta, y sin saber qué hacer ni por dónde empezar. El proceso lleva años y es probable que a día de hoy siga en ese proceso”, ha revelado Ángel Martín sobre la recuperación de un brote psicótico así. El cómico no se encontró del todo recuperado una vez fuera del hospital, y ha comentado que al salir de él se encontraba peor que cuando entró y hasta 2020 no fue a mejor: “Puede que dentro de seis meses, un año, dos o tres encuentre pistas nuevas y tenga la sensación de que ya estoy totalmente recuperado”.
Ángel Martín habla sobre la “locura”
. Sobre la locura, Ángel Martín ha hablado de lo difícil que es explicar su significado: “De repente empiezas a vivir en un mundo distinto en el que todo tiene un significado oculto”. “La locura no fue lo terrible, lo terrible fue lo de ”'vamos a bajarle los diferenciales de estar loco a este“”, ha contado el presentador.
El cómico asegura que sigue estando “loco”: “Creo que una vez que pasas por ahí ya no vuelves a un estado de cordura como el de antes. Yo quiero pensar que estoy totalmente cuerdo, pero no lo sé. Si lo que me preguntas es si todavía escucho voces, la respuesta es no”, comentó para el medio.
En el libro, el cómico explica que la locura es lo mejor que le ha pasado en la vida: “Una reconstrucción brutal a nivel personal que me ha permitido aparcar las cosas de mí mismo que eran una mierda como un templo”. Ha comentado que no tiene miedo a sufrirlo de nuevo: “Algunas de las cosas que viví cuando estuve loco sí las echo de menos”, ha asegurado, y lo justifica diciendo que “es mucho mejor ir en una nave que no ir en una nave. Es mejor viajar a través del espacio que no hacerlo”.