Aprobados, suspensos y matrículas de honor: las notas del curso televisivo que llega a su fin
A pocas horas para despedir junio, y a falta de que los grandes grupos de comunicación hagan sus últimos cálculos y números, la temporada televisiva 2020/2021 ha quedado vista para sentencia. Poco o nada puede cambiar ya que afecte al paisaje de lo que han sido los últimos nueve meses de programación. Nueve meses marcados por programas como Rocío. Contar la verdad para seguir viva, que ha conmocionado (y enfrentado) a todo el país con su contenido; a Mask Singer, que se descubrió como la gran revelación del primer trimestre del curso; y por la situación de crisis que atraviesa una TVE en sus peores momentos de audiencia hasta la fecha.
Estas han sido las líneas maestras que hemos podido sacar en claro de este trance, aunque hay mucho más allá que contar en una temporada que poco a poco ha empezado a recobrar cierta normalidad en comparación con la anterior, constreñida y afectada por la etapa más dura de la crisis del coronavirus. La pandemia no se ha ido aún, aunque durante este tiempo han vuelto programas que habían dicho adiós antes de tiempo, han llegado otros a tratar de cubrir esos huecos; algunos formatos se han visto obligados a repensarse y reformularse, mientras que otros tantos han estado inalterables, en su burbuja. Y mientras tanto, la ficción española ha sido la que peor lo ha pasado en el mapa del consumo en abierto, donde ahora la nacionalidad turca ha tomado la delantera.
De todo ello hablamos en los siguientes párrafos, donde analizamos cómo lo han hecho La 1, Antena 3, Telecinco, Cuatro y laSexta. Cada una, con su idiosincrasia, ha sido fiel, para bien o para mal, a lo que se esperaba de ella. Estas son sus notas.
La 1 está a punto de cerrar una temporada para olvidar, habiendo firmado mínimos históricos consecutivos de audiencia durante los últimos meses: igualó el anterior en febrero, con un 8.6%, cayó el 8.3% en abril, y al 8.2% en mayo, y a un día para acabar el mes, se encuentra en el 8%, por detrás incluso del compendio de las cadenas autonómicas. La situación, lejos de los dobles dígitos, refleja una situación complicada en la que aún tienen que verse los efectos del cambio de timón con José Manuel Pérez Tornero como nuevo presidente de la corporación RTVE.
En ese sentido, vuelve a ser MasterChef, en distintas modalidades el plato que mejor le sabe a la corporación. Esto vale tanto para su quinta edición Celebrity (que volvió a arrasar con un 25,1% y más de tres millones de espectadores en su final) como su versión adulta (en el ecuador de su novena edición), seguidas de la primera de Abuelos y la octava Junior (que con un 13% de share mejoró los resultados de la anterior temporada). Tampoco da puntada sin hilo Maestros de la costura, con unos datos algo por debajo del otro talent show, pero manteniendo su línea habitual (12.5%).
Más allá de eso, pocas alegrías durante esta temporada: Cuéntame cómo pasó ha anotado su temporada menos vista de la historia, y aunque la acabó superando la barrera psicológica del 10%, se quedó en un solo dígito durante su tramo final. Su funcionamiento ha servido para explicar los problemas de la ficción en abierto, especialmente dolorosos para TVE. Solo HIT, con un 9.2% pero con buenas sensaciones generales que le han servido para renovar, y en menor medida Inés del alma mía (que ya se había visto en el universo de pago) mantienen un nivel que no han conseguido otros ejemplos como La caza: Tramuntana (muy lejos de Monteperdido), Historias de Alcafrán o la cuarta temporada de Estoy vivo, si bien esta última ha gozado de buen seguimiento en el diferido. La coproducción internacional Leonardo, la última en llegar, tampoco está acertando con sus pinceladas en la noche de los jueves. Y si hablamos de la sobremesa, Dos vidas, la nueva apuesta de la sobremesa que pidió la vez a Mercado central, no ha gozado de repercusión en su franja.
En cuanto al entretenimiento, The Dancer ha sido el último ejemplo de esta crisis de imagen y público de la cadena pública, habiendo despedido sin pena ni gloria su primera y previsiblemente única edición. Dejando de lado La Noche D, el salto como presentador de Dani Rovira, que concluyó con datos aceptables, el resto de propuestas han seguido la tónica derivativa: la tercera edición de Prodigios tampoco rayó al nivel de las dos anteriores, ahora ubicada en la noche de los miércoles; y la última temporada de El Paisano con Leo Harlem, o el programa gastronómico Como Sapiens, se han quedado lejos de la audiencia.
Si pasamos a la actualidad, La hora de La 1 ha logrado establecerse en las mañanas, como también mejoraba los datos previos en su horario Las cosas claras, si bien ya tiene fecha de caducidad en TVE. Sin duda les ha ido mejor de lo que le fue a La Pr1mera Pregunta de Lluís Guilera, fulminado tras tres emisiones en el prime time del sábado; y a ¿Quién educa a quién?, emitido después de cada capítulo de HIT, se despidió con escaso seguimiento aunque al menos supuso un buen ejemplo de servicio público dentro de la programación de TVE.
Esta temporada ha sido particularmente buena para Antena 3, pues si bien no ha logrado arrebatar el liderato a Telecinco en el cómputo global mensual y anual, sí ha tenido una progresión positiva durante los últimos meses. Sin ir más lejos, viene de haber marcado su mejor mes de mayo en 12 años, con un 14% de cuota; y de haber liderado hasta este mes la franja del prime time.
Sin duda, la joya de la corona ha sido Pasapalabra, que se estableció a finales del verano pasado como el líder de su franja y que hoy por hoy el programa más visto de nuestra televisión, habiendo convertido a su concursante más longevo de la historia, Pablo Díaz, en toda una celebridad. Pero si pasamos al prime time, el formato revelación de la temporada fue, sin lugar a dudas, Mask Singer, cuya primera edición no solo se mantuvo por encima del 21% de cuota de pantalla en sus ocho emisiones, sino que generó una repercusión sin igual. Sus cifras fueron tan potentes que la segunda edición, estrenada en mayo, ha quedado más deslucida, en esta ocasión al enfrentarse a Supervivientes, del que luego hablaremos. Todo ello sin olvidar el rendimiento de El Hormiguero, inapelable en su franja del access.
Por lo demás, Tu cara me suena cerró su edición más complicada debido al coronavirus, que obligó a interrumpirla, afinando como de costumbre sus notas. Si bien acusó el parón de ocho meses (desde marzo a noviembre) y el cambio temporal de día (se emitió en domingo, mientras La Voz ocupaba los viernes), terminó por validar su éxito prolongado desde hace ocho temporadas, con la victoria de Jorge González. La Voz, así como La Voz Kids, han mantenido la afinación con sus nuevas ediciones. La versión infantil, ahora en mitad de las batallas, no deja opción a la competencia con cifras superiores al 20% de media. Y sin dejar los viernes, El Desafío, quedó algo por debajo de los datos de su antecesor en parrilla, pero rayó a un nivel suficientemente bueno como para considerársele un nuevo acierto y para ganarse la renovación por una segunda edición.
Los buenos números en la franja nocturna se han visto reforzados por la invasión otomana de la programación, que Atresmedia había liderado hasta el pasado verano a través de Nova. La ficción turca ha sido el otro gran reclamo del canal: Mujer, que se encamina a su final tras casi 12 meses de emisión doblando e incluso triplicando sus noches; y Mi hija, plenamente asentada en el domingo noche, han logrado un éxito tal que, a su lado, poco han podido hacer las ficciones de producción propia. Tras su pase en Atresplayer Premium, La cocinera de Castamar ha dejado un gusto sabroso en la oferta en abierto, pese a contar con la competencia de Supervivientes en frente, y ha rozado el 12% de media con sus doce entregas. Unos números, esos, que se antojan lejanos para otras dos ficciones de la OTT de Atresmedia, El nudo y La valla, de recorrido mucho más discreto.
Por poner peros, las nuevas entregas de ¿Quién quiere ser millonario?, con famosos como concursantes, se han quedado por debajo en cuanto a interés, y a distancia de los especiales previos emitidos en primavera de 2020. Y del mismo modo, tampoco tuvo repercusión el regreso de El juego de los anillos a su programación, durante los primeros compases del año.
En el caso del segundo canal de Mediaset, la situación es complicada, con un claro problema de identidad atravesando su programación. Los datos están experimentando una agradecida mejoría gracias al empuje de la Eurocopa y a la emisión de Supervivientes: Tierra de Nadie en su prime time, pero más allá de eso, y de las apuestas más o menos enraizadas, el canal se ha visto en serios apuros. A falta de ver cómo funciona Todo es verdad, la nueva apuesta con Risto Mejide para el prime time, Cuatro se nutre de sus pesos pesados, que garantizan un funcionamiento como mínimo aceptable: Jesús Calleja, con Volando voy y Planeta Calleja, e Iker Jiménez, duplicado con Horizonte y Cuarto Milenio. Del mismo modo, First Dates ha cumplido su quinto aniversario consolidado en el access prime time.
Más allá de eso, el resto de apuestas para el horario de máxima audiencia se han quedado perdidas, siendo el caso más evidente el de las series con sello Mediaset emitidas durante estos meses: Caronte se quedó sin recursos en la noche de los lunes, siendo superada por el cine clásico de La 2; mientras Señoras del (h)AMPA, ha terminado su segunda y última temporada en el late night del miércoles, tras el mal estreno en Telecinco. Tampoco Mujeres al poder, lo nuevo de Carme Chaparro, que desapareció tras su primera emisión, antes de pasar al late night de Telecinco. Mientras tanto, otras apuestas como En el punto de mira o Viajeros Cuatro continúan sin alardes, lo mismo que ha sucedido con los especiales nocturnos de El concurso del año.
Ante la desolación de la programación matinal, que dijo adiós a un histórico como Mujeres y Hombres y Viceversa tras un intento fallido de relanzar la marca, con Jesús Vázquez al mando, la franja de sobremesa es donde encuentra mejor acomodo el público del canal. Ahí están el mix de actualidad y entretenimiento que proporcionan Todo es mentira y Cuatro al día, ya asentados. Por lo demás, el relanzamiento de Deportes Cuatro Noche con Manu Carreño se ha quedado sin demasiada pegada, como tampoco la ha tenido, ya en la madrugada El desmarque de Cuatro.
Hablar de Telecinco es hablar de fiabilidad. Poco o nada cambia con respecto de un año a otro, y eso que esta temporada no hemos tenido ninguna variación de Gran Hermano entre sus bazas. Una vez finiquitada la fase de grupos y con La Roja sellando su pase a cuartos ante 8,3 millones de espectadores, la Eurocopa está sirviendo como guinda para certificar su trigésimo cuarta victoria consecutiva, y a falta de cerrar el dato mensual, atesora en junio un 16.8% de media.
Con permiso de la marca GH, Supervivientes sigue siendo el formato más poderoso de la parrilla de Telecinco, con capacidad para estirarse sin remilgos y ocupar hasta cuatro noches de la semana, como ha llegado a ocurrir durante esta edición. En su gala principal, la de los jueves (que durante las últimas semanas pasó al miércoles para dar caza a Mask Singer), el reality se muestra con la voracidad propia de los robinsones tras semanas sin comer: 26% y 2.222.000 televidentes hace siete días.
Pero este no es el único reality con atracción asegurada. Tras la sorpresa de su primera edición, aún a medio camino entre Cuatro y Telecinco, las dos siguientes temporadas de La isla de las tentaciones han confirmado la fidelidad del público con el reality, que ya prepara no solo una cuarta entrega sino un spin-off, La última tentación. El tercer formato en discordia, La casa fuerte, ha sido el más débil de todos en comparación, aunque manteniendo buenos números para el canal. Números a los que contribuyó la presencia de Isa Pantoja en pleno cisma familiar, escenificado en la serie de especiales Cantora: la herencia envenenada, que también reportó riqueza y liderazgos al canal.
Cabe decir que la presencia de Isabel Pantoja ha sido mayor de la esperada, con Idol Kids, en el último trimestre de 2020, y Top Star. ¿Cuánto vale tu voz?, durante las últimas semanas. Sin embargo, su rendimiento ha dejado que desear: la esperada adaptación del formato internacional no contó con el poderío que se esperaría de su marca; y el segundo, un formato de nuevo cuño, ha sido uno de los grandes fracasos del año en televisión, pasando de su ubicación destacada en el prime time de los viernes a terminar escondido en el late night de los sábados. Nada que ver con el funcionamiento del otro talent show de la cadena, Got Talent, cuya sexta edición se clausuró con la victoria de la ventrílocua Celia Muñoz y un 25.1% de share. Por último, Mi casa es la tuya también ha seguido una dinámica irregular durante su décima temporada, emitida en otoño, aunque las dudas sobre su continuidad quedaron disipadas con los buenos resultados de las siguiente remesa de entrevistas, recién estrenadas aunque sin periodicidad fija.
En cualquier caso, el gran formato de la temporada, no solo por datos sino por repercusión social e incluso política, ha sido Rocío. Contar la verdad para seguir viva. Primero en el horario estelar del domingo y luego en el del miércoles, el relato de Rocío Carrasco sobre el maltrato físico y psicológico persistente del que acusaba a su exmarido, Antonio David Flores, ha servido para provocar una reflexión generalizada sobre la violencia machista y sobre su banalización en televisión; sino que incluso ha generado una ruptura entre los formatos de Mediaset, acostumbrados a la transversalidad de sus contenidos: así, han mostrado la división entre quienes creían firmemente a la protagonista, con La Fábrica de la Tele erigiéndose en portavoz, y quienes se mostraban cierto escepticismo, como ocurría en El programa de AR. El magacín de Ana Rosa Quintana, que ha contado con Rocío Flores (hija de Carrasco y Antonio David) como colaboradora, despedía temporada afianzando su liderazgo sobre la competencia en la mañana.
En el apartado de las series, el problema con el consumo de ficción en abierto se ha extendido a La que se avecina, cuya duodécima temporada ha estado disponible en Amazon Prime Video con anterioridad al lanzamiento de los episodios en Telecinco. Sin embargo, pese a anotar su episodio menos visto a nivel histórico durante el presente curso, ha seguido teniendo el favor del público por norma general, algo que no ocurrió con Madres, otra de las ficciones vista antes en el circuito de pago: mientras la segunda temporada lleva meses disponible en Prime, y con una tercera rodada y otra cuarta ya en marcha, los espectadores del canal de Mediaset se quedaron a medias con la emisión de la primera temporada, interrumpida en otoño.
Una de las últimas apuestas previas a la Eurocopa, y afectada precisamente por el comienzo de la competición, ha sido El precio justo, ahora con Carlos Sobera como presentador. El concurso ha sido trasladado a Cuatro mientras continúa el torneo futbolístico, aunque está por ver qué se decide para el futuro: si bien los resultados de los especiales en prime time fueron aptos, sus registros en la franja de tarde contra el imbatible Pasapalabra, especialmente en comparación con Sálvame Tomate, algo más fuerte.
Para laSexta la que termina ha sido una temporada sin grandes cambios con respecto a la anterior. Lo cierto es que la revolución llegará a partir de septiembre, momento en que se producirá el anunciado baile de presentadores que arrancó cuando Mamen Mendizábal comunicó su salida de Más vale tarde. Iñaki López y Cristina Pardo serán sus relevos en la tarde, dejando cada uno sus respectivos cometidos en laSexta Noche a José Yélamo y a Nuria Roca en la tarde del domingo. Más allá de eso, como decimos, el segundo canal de Atresmedia no ha gozado de demasiadas novedades, centrando su programación en la actualidad informativa y con el cine copando buena parte de sus noches.
Y para no variar, Jordi Évole ha sido uno de sus referentes: por un lado con Lo de Évole, cuya segunda temporada ha mejorado en 1,6 puntos los registros de la anterior, hasta colocarse en el 11.2%. Su mejor resultado se lo reportó la entrevista a Miguel Bosé, dividida en dos partes: la primera de ellas anotó el mejor dato hasta la fecha del programa de Producciones del Barrio, con 2,7 millones y un 15.4% de cuota, con la segunda entrega a escasa distancia (2,6 millones y 15.2%). Pero el catalán también se apuntó otro tanto con el estreno en abierto, en febrero, de Eso que tú me das, el documental de su última entrevista a Pau Donés, con 2,8 millones de televidentes y un 15.3% de cuota.
Otro programa asociado a Évole, ahora solo como productor, Salvados, ahora con Gonzo como presentador. En su segunda tanda de entregas, se ha situado con sus entregas emitidas durante el curso por encima de la media de la cadena, aunque a cierta distancia de los datos que acostumbraba a hacer el espacio de reportajes con su antecesor. Y hablando de reportajes, otro infalible de laSexta, Alberto Chicote, dejó buen sabor de boca con la tercera temporada de ¿Te lo vas a comer?, mejorando los resultados de la anterior temporada.
A la espera de saber qué nuevo propósito tiene en el canal, Mendizábal también pudo terminar satisfecha de la emisión en abierto de Palo y astilla, que pese a su irregularidad, se mantuvo por encima del 7% en el cómputo final. Es decir, en torno a las cifras del canal, como le está ocurriendo a la sexta temporada de El jefe infiltrado, emitida con casi dos años de diferencia respecto a la anterior. Nada que ver con lo ocurrido con La isla, el principal fracaso del curso para el canal. La segunda edición de este docurreality de supervivencia, más de dos años después de la primera y con Pedro García Aguado desvinculado por completo del grupo Atresmedia, terminó hundida durante su emisión.
Quien se dispara a otras altitudes es el equipo de Alfonso Arús, con Aruser@s, que durante esta temporada se ha confirmado como la alternativa a los grandes magacines. Su propuesta centrada en el humor y el entretenimiento le ha permitido despuntar y establecerse como segunda opción de las mañanas, por delante de Espejo Público de Antena 3 y a recortar distancias con El programa de AR. Aparte de este morning show, insistimos: laSexta es una cadena basada en la estabilidad de sus marcas y prescriptores. Por ello, hay pocas novedades reseñables que desencajen sobre este escenario.
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