'Así es la vida' se 'salvamiza' a la desesperada para intentar salir a flote en Telecinco
“Una cadena sin Sálvame a lo mejor se tiene que salvar”. Con estas palabras, Gema López sorprendía a todos en la penúltima entrega de Sálvame, emitida el pasado de 22 de junio, al “mojarse” con un contundente augurio sobre el futuro que le depararía a Telecinco tras la cancelación definitiva del histórico programa de corazón. Y vale que la predicción no fuese especialmente arriesgada, pero lo que no esperaba nadie es que el pronóstico se cumpliese de forma tan inmediata.
Aquella tarde, Sálvame anotó un 12.3% de share y alcanzó el millón de espectadores. Cuatro días después, Mediaset estrenó Así es la vida, el magacín veraniego que ocuparía el hueco dejado por el formato de La Fábrica de la Tele hasta la llegada en septiembre de TardeAR, el nuevo programa con el que Ana Rosa Quintana desembarcará en la franja vespertina de Telecinco.
El espacio presentado por Sandra Barneda y César Muñoz, que arrancó con una voluntad rupturista de la etapa anterior, se fue desangrando semana a semana -lastrado en sus inicios por Mía es la venganza, serie de Lydia Bosch que acabó siendo relegada a Divinity por sus bajas audiencias-, hasta alcanzar su mínimo histórico el pasado 27 de julio, cuando anotó un 7.1% de cuota de pantalla y una media de 635.000 espectadores.
Sin Sálvame, la tarde de Telecinco no ha parado de hundirse y, con un prime time en estado crítico en el que sólo ¡Allá Tú! llega al doble dígito, el canal ha registrado en julio el peor mes de su historia, cayendo a la tercera posición tras Antena 3 y La 1. Con este contexto, se entiende un poco mejor la decisión desesperada de Así es la vida de dar marcha atrás y buscar parecerse un poco a su predecesor con el objetivo de intentar salir a flote. Todo ello, mientras los tertulianos del desaparecido programa del corazón se 'hacían las Américas' en su gozosa nueva vida en Netflix. Lo analizamos.
'Así es la vida' llegó para romper con 'Sálvame'
A comienzos de este 2023, la nueva directiva de Mediaset tras la salida de Paolo Vasile, con Alessandro Salem y Borja Prado -al que acabaron quitando poder- al frente, encontró en la fulminación de Sálvame tras 14 años en emisión toda una declaración de intenciones sobre el nuevo rumbo que debía tomar el canal principal del grupo para volver a competir por el liderazgo.
Tal y como declararon sus responsables en diferentes entrevistas, la idea era girar hacia una televisión familiar, con contenidos más blancos y menos polémicos: “El objetivo es entretener durante la tarde de una manera alegre y vivaz, buscar un buen rollo para las personas que están en casa. La televisión debe ser un medio para acompañar”, explicaba en mayo Salem a la hora de avanzar cómo querían que fuese el nuevo programa de Ana Rosa Quintana.
Una nueva hoja de ruta que provocó entonces las mofas de Sálvame con aquella versión Algodón de azúcar con la que parodiaban el tipo de televisión que pedían ahora los más críticos con el antiguo modelo de Telecinco. A la espera de la llegada de TardeAR, el nuevo magacín diario de Quintana, Así es la vida se erigió como el conejillo de indias perfecto en el que probar este nuevo espíritu y su aceptación por parte de los espectadores.
Así pues, durante la presentación del formato, en una rueda de prensa a la que asistió verTele, Manuel Villanueva, director de contenidos de Mediaset, confirmó el carácter rupturista de este nuevo programa al ser preguntado sobre si veríamos a algún rostro de Sálvame en Así es la vida: “El equipo que ha hecho Sálvame se merece un descanso después de acompañarnos diariamente durante 14 años”, empezaba diciendo. “Con el tiempo no lo sabemos, puede que sí o puede que no regresen a la tele. Pero ahora mismo no tiene sentido tirar por el continuismo. Se merecen un descanso después de 14 años”, insistía el responsable.
Apenas cuatro días después, el espacio de Sandra Barneda y César Muñoz iniciaba su andadura en Telecinco con una voluntad clara de no parecerse en nada a su predecesor. Como explicamos, la cadena mostró un empeño real en mostrarse desenfadado, con contenidos 'frescos', nuevas secciones e invitados con perfiles diferentes a los personajes que desfilaban por el plató de Sálvame.
Sin embargo, aquel Así es la vida es notoriamente diferente al que hoy emite Telecinco. Con el paso del tiempo, y el mencionado descalabro en audiencias que ha sufrido la cadena, el magacín se ha ido 'oscureciendo' para intentar remontar en la tarde de la cadena. El programa se ha vuelto más polémico, ha colocado a varios de los tertulianos de Sálvame como protagonistas de sus principales contenidos e incluso ha acabado convirtiendo en colaborador a algunos de ellos. Es decir, Así es la vida se ha ido 'salvamizando' para salvarse.
La progresiva 'salvamización de 'Así es la vida'
En las últimas semanas hemos visto cómo el programa de Cuarzo ha trufado sus contenidos de temas relacionados con algunos de los colaboradores de Sálvame. Todo empezó a mediados de julio, cuando Así es la vida recurrió a Belén Esteban, estrella del 'cortijo' que hasta hace poco más de un mes dirigía Jorge Javier Vázquez.
Barneda y Muñoz se hicieron eco en Telecinco de los rumores que apuntaban a una posible crisis en el matrimonio de la madrileña con su marido, Miguel Marcos. Durante varias tardes, el programa debatió sobre este asunto, convirtiendo a la otrora 'Princesa del Pueblo' en protagonista del formato. Suso Álvarez, amigo de Esteban, ejercía como su portavoz en plató para negar cualquier tipo de grieta en la relación con su pareja.
La cosa no quedo ahí y, poco a poco, el magacín fue incorporando a más rostros de Sálvame a su escaleta de contenidos. Con Alejandra Rubio como colaboradora, el espacio ha hablado del 'clan Campos' y de la delicada situación que están viviendo por los problemas de salud de María Teresa Campos. Este tema acabó desencadenando en una escena que bien parecía corresponder al histórico formato de corazón de Mediaset: la de una enfadada Carmen Borrego llamando en directo a Sandra Barneda para aclarar una información que se estaba dando.
Otro síntoma de esta 'salvamización' de Así es la vida ha sido la de volver a poner a la familia Pantoja en el centro de atención. Por un lado, con un reportero persiguiendo a Anabel Pantoja por Gran Canaria para preguntarle por qué no había acudido al cumpleaños de su tía Isabel. Una fiesta para la que, por cierto, el programa de Telecinco envió a un grupo de drag queens a las puertas de Cantora en una idea que muchos calificaron como propia del extinto espacio de La Fábrica de la Tele.
Y, por otro, levantando el veto a Kiko Rivera, sobre el que volvieron a hablar meses después de que Mediaset lo prohibiese a través de un nuevo Código Ético que impedía mencionar a una serie de personajes del mundo del corazón.
En los últimos días la situación ha llegado el clímax, con la incorporación de un nuevo colaborador que confirma el volantazo que hemos venido desgranando. El pasado jueves, Así es al vida anunció el fichaje de Antonio Montero, uno de los rostros más populares de Sálvame, como nuevo integrante de su extenso plantel de tertulianos.
“Me alegra venir y ver este plató tan precioso. Me impresiona volver”, empezó diciendo Montero, que deseó “suerte” al magacín que produce Cuarzo y se comprometió a poner su granito de arena: “Haremos lo que podamos”, aseguró el periodista, que se unía así a José Antonio Avilés, el otro personaje procedente del anterior formato que también ha encontrado un hueco, al menos de momento, en esta nueva etapa de Telecinco.
Esta vuelta al universo de Sálvame, tanto de Así es la vida como de otros programas de Telecinco, no es ajena a sus estrellas. La semana pasada, Belén Esteban lanzaba un irónico mensaje ante las cámaras de Fiesta y aprovechaba la ocasión para lanzar una pulla a Mediaset por el delicado momento que atraviesan tras la cancelación de su programa: “Yo me hago una pregunta. A Sálvame no nos querían, ¿no? Joder, pues que dejen de hablar de nosotros. ¡Suerte! Que veo que las cosas no van tan bien... ¡Suerte!”, concluía con sorna a las puertas de su casa.
Telecinco agudiza su grave crisis de audiencia
A la espera del arranque de la nueva temporada, en el que lanzará nuevas bazas con las que creen que podrán remontar el vuelo, Mediaset sigue firmando día a día la crisis de audiencias más grave de toda su historia en la pequeña pantalla. En el mes de julio, Telecinco perdía el segundo puesto en el ranking de cadenas, anotando una media del 9.3%, su mínimo mensual histórico.
El reciente final de El programa de Ana Rosa tras 19 temporadas en la mañana culminaba el fin de la anterior programación característica de la cadena, ahora inmersa en una reestructuración que se hará efectiva el próximo mes de septiembre. Además, como hemos mencionado, este primer mes sin Sálvame en 14 años ha hecho que sus nuevas tardes se estrellen con estrépito: ni la nombrada Mía es la venganza, ya cancelada y relegada a Divinity, ni Así es la vida, que sigue sin tocar fondo, han podido siquiera acercarse a los peores registros del anterior magacín.
Si nos fijamos en el prime time, y ya sin Supervivientes a los que aferrarse, la situación es igual de preocupante, pues cae a tercera posición en una franja dominada ahora por TVE. Sólo ¡Allá tu! parece mantener el tipo entre las múltiples propuestas fallidas: ni Me resbala, ¡Vaya vacaciones!, La vida sin filtros o el más reciente La última noche han revertido la tendencia. Por tanto, aquella frase de que “una cadena sin Sálvame a lo mejor tiene que salvarse” tiene que estar hoy resonando con fuerza en los despachos de Fuencarral ante los números rojos que se confirmaron en julio: ese 9.3% implica una caída de 1.7 puntos respecto a junio, y de 3.8 puntos si lo comparamos con el julio de 2022.