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Así fue 'Good, better, best', el 'Informe' más especial en homenaje a Michael Robinson

Redacción

#Vamos emitió este jueves el Informe Robinson más especial de su historia: el dedicado a la memoria de Michael Robinson. Bajo el título Good, better, best, el equipo del programa rindió tributo a su alma máter recorriendo su trayectoria dentro y fuera de los terrenos de juega. Esa que llevó a cumplir al exfutbolista y comentarista uno de los grandes sueños de su vida, vestir la camiseta del Liverpool, pero también a convertirse en uno de los rostros televisivos más queridos de nuestro país a pesar de haber nacido muy lejos de nuestras fronteras, en Leicester (Inglaterra), donde comenzó una vida que él mismo recorrió para su programa antes de fallecer el pasado 28 de abril.

“Mi primer recuerdo. Creo que tenía siete años. Mi padre llegó a decir: ”Michael, antes de haber visto su primer partido, quiere ser futbolista“. Creo que por la emoción, porque no entendí el juego. Pero algo me pasó. Era una orgía de sentimientos. Pura felicidad. Una felicidad sin matices”, contó Robinson sobre su anhelo por convertirse en futbolista.

Algo que acabó consiguiendo, aunque no con el balance final que a él le hubiera gustado: “Por mucho que quise, nunca llegué a ser aquel futbolista que yo quise ser. Pero estoy en paz conmigo mismo. No podía haber dado más de mi. No cabía un ápice de esfuerzo más”.

Del “honor” de jugar para el Liverpool a su fichaje por Osasuna

Aun así, Robinson tuvo una prolífica carrera en Inglaterra, donde jugó para equipos como el Manchester City -que en 1979 pagó 750.000 libras por él, todo un dineral para la época, al Preston North End-, el Brighton o el club de su vida, el Liverpool, donde militó solo una temporada, la 83/84, pero en la que se proclamó campeón de Liga, Copa de la Liga y de la Copa de Europa. “El honor de mi vida fue cuando alguien me permitió vestir la camiseta del Liverpool”, dijo de aquella inolvidable temporada para él.

Del Liverpool pasó al Queens Park Rangers, y de ahí acabó poniendo rumbo al Osasuna. Fue a partir de enero de 1987, coincidiendo con su llegada al club rojillo, cuando comenzó su idilio con España. “El fútbol me robó la universidad. Mi trueque era: yo pongo en la mesa fútbol, tú me pones España”, explicó Robinson sobre su relación con nuestro país. “Era un hombre de la calle, y aquí cayó desde el primer día fenomenal”, recordaron algunos de sus compañeros en Osasuna, club en el que se ganó el cariño de todos durante las dos temporadas y media que allí jugó, a la postre las últimas de su carrera deportiva.

“Probablemente 'El día después' es el mayor disfrute de mi vida”

Tras colgar las botas, Robinson siguió ganándose el cariño de los españoles. Esta vez desde la televisión a través de las cámaras de Canal+, su casa televisiva durante los últimos 30 años de su vida. Allí empezó por el buen ojo de Alfredo Relaño, que le fichó tras las renuncia de Valdano y después de ver su buen hacer como comentarista en el Mundial de Italia 90 para TVE. “Él me ofreció una oportunidad. Me dijo: ”Mira, Michael, tú eres un señor absolutamente brillante. Y mi consejo es no hacer ni puto caso a nadie. Ni siquiera a mí“, comentó Robinson sobre su entonces jefe en aquellas primera Canal+, donde combinó su trabajo como comentarista junto a Carlos Martínez con su participación en El día después, aventura que él mismo definió como ”el mayor disfrute que probablemente haya tenido en mi vida“. De ahí que le doliera tanto su final: ”El nacimiento de Cuatro, cuando sobra El día después, es el momento más doloroso de mi vida profesional“.

Tras su brevísimo paso por Maracaná 05, Robinson volvió a encontrar la felicidad en un programa que con su propio nombre. “Informe Robinson sanea mi estado mental. Yo realmente deseo contar cosas. Deseo sentir”, afirmó sobre el programa que presentó durante casi 13 años y que anoche, con Good, better, best, cerró un etapa.

Ya en el final, mientras su familia arrojaba sus cenizas al mar, el propio presentador puso el broche a esta entrega tan emotiva y especial contando la anécdota que esconde el título del reportaje, la cual sirve para resumir la filosofía de vida de su protagonista. Y es que cuando era niño e iba al colegio, una de las profesoras de Robinson escribía en la pizarra “good better, best”, “que viene a decir: intenta ser lo mejor que tú puedas”. “De alguna forma, si pudiera preguntarme ahora: ¿Qué tal, Michael?” Yo le diría: “Bueno mi 'bien' está mejor”. Y si me preguntara “¿pero tu mejor es el mejor”, tendría que decir: “No lo sé, Miss, estoy en ello”.