Asociaciones de Alcalá de Henares convocan una protesta contra el premio de Artes y Letras a Ana Rosa Quintana
Tres importantes asociaciones de Alcalá de Henares se oponen a que el Ayuntamiento de la ciudad conceda a Ana Rosa Quintana el Premio de las Artes y las Letras. La presentadora de TardeAR (Telecinco) recibió el galardón el pasado 9 de octubre de manos de la alcaldesa Judith Piquet, del Partido Popular.
Casi un mes después del acto de entrega, en el que Ana Rosa puso de relieve su “compromiso con los desfavorecidos de la sociedad”, tres grandes asociaciones de la ciudad han convocado una jornada de protesta contra dicha concesión, pues recuerdan que la periodista admitió en el año 2000 que había incluido en su novela Sabor a hiel párrafos de otros autores.
La Asociación de Profesores de Alcalá de Henares (APAH), el Foro del Henares y la Red de Ciudades Cervantinas han organizado esta Jornada de Desagravio de las Artes y de las Letras que se desarrollará en diversos espacios de la ciudad en la mañana del sábado 23 de noviembre.
“Las entidades convocantes de esta Jornada consideran que su reconocimiento se puede considerar, en efecto, un agravio por tres razones fundamentales, que no tienen que ver con su orientación política o ideológica necesariamente”, explican en un comunicado.
A continuación, reproducimos íntegramente los tres motivos que alegan estas asociaciones para rechazar que la famosa presentadora de Mediaset reciba este premio:
- “Ana Rosa Quintana es una persona que no posee relevancia ninguna dentro de las artes y las letras de nuestro país (más allá de su actividad en los magacines de TV), que su única incursión en la escritura fue, finalmente un vergonzoso fiasco, con un famoso plagio, plenamente reconocido y aceptado; y que dicha conducta tramposa la inhabilita para cualquier reconocimiento que tenga que ver con las artes y las letras; pero es que, además, representa un modelo de conducta totalmente contrario al que, en la Escuela y la Universidad, los profesores pretenden inculcar a sus alumnos y alumnas: la honorabilidad de las conductas, a la hora de demostrar sus méritos”.
- “Ana Rosa Quintana no está a la altura del peso histórico y cultural de la ciudad de Alcalá de Henares, sede de una de las universidades más antiguas de Europa y localidad que ha albergado y producido una parte de la cultura clásica y moderna de nuestro país”.
- “La concesión de este reconocimiento a Ana Rosa Quintana es, finalmente, más inaceptable, si cabe, si se tiene en cuenta que Alcalá de Henares es la cuna de Cervantes, cuya memoria forma parte consustancial de la ciudad: hecho que haría innecesario, por sí mismo, justificar lo inapropiado de esta rocambolesca concesión. Miguel de Cervantes, que, aparte su significado universal, sufrió en vida, en sus propias carnes, las consecuencias lesivas de un plagio tramposo de su obra”.
Piden un cambio en el jurado de los premios y dejar a un lado la política
Los convocantes invitan a participar en esta jornada de protesta a las personas y asociaciones de la cultura alcalaína, que podrán exponer “una parte o un fragmento simbólico de sus respectivas obras” en espacios públicos que todavía están por determinar.
En el manifiesto, apoyado por más de una treintena de personalidades de la cultura y el ámbito académico de la ciudad, se pide un “cambio en la composición del Jurado del Premio Ciudad de Alcalá de Henares de las Artes y de las Letras, en el que se prime la presencia de personalidades cualificadas en las Artes y las Letras, tanto de Alcalá de Henares, como del resto de España, para que nunca más se produzca un desmán de estas características”.
Del mismo modo, piden a los partidos políticos “que no utilicen la cultura como arma de la brega política partidista, y que busquen el modo de establecer un pacto cívico municipal, junto con los agentes culturales de la ciudad, para que la cultura en Alcalá no sea arma de confrontación política, sino un espacio de diálogo y confrontación crítica de ideas”.
Ana Rosa Quintana publicó en 2000 el libro Sabor a hiel, retirado de las librerías por su editorial, Planeta, tras saberse que contenía párrafos idénticos a los escritos en otros dos libros de Danielle Steel y Ángeles Mastretta.
Para negar las acusaciones de plagio, Ana Rosa atribuyó el “error informático” a un colaborador que le ayudó a escribir la novela.