“Les invito a todos ustedes a mirar las hemerotecas”, dijo en la Asamblea de Madrid en el año 2015 la actual presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, cuando aún era la portavoz del PP en la Comisión de Control del Ente Público Radio Televisión Madrid. Una labor relacionada con sus estudios, puesto que como ella misma recordó entonces, es periodista de formación.
Fue durante una intervención en la que avanzaba qué ideas tenía el Gobierno de Cifuentes para Telemadrid, defendía el trabajo de sus profesionales, criticaba a los políticos que los atacaban, y hasta pedía diálogo y consenso para hacer de la cadena pública un medio despolitizado. Algo que la cadena ha logrado dejando de ser un instrumento político como en la época de Aguirre, gracias a un giro que no ha gustado a Ayuso.
Hacemos un repaso de cómo la visión de Ayuso sobre Telemadrid cambió radicalmente cuando se convirtió en presidenta de la Comunidad, hasta el punto de que en este 2021 su gobierno está ahogando económicamente al ente sin concederle ni un euro de financiación, lo que está cerca de provocar la suspensión de pagos de la cadena.
Las ideas de Ayuso sobre Telemadrid en el año 2015
El 4 de noviembre de 2015, en la Sesión de la Comisión de Control del Ente Público Radio Televisión Madrid, Ayuso ejercía como portavoz del PP. Y quiso lanzar “un mensaje de apoyo” a los afectados por el ERE, definiéndolos como “gente que para muchos políticos están señalados como malos periodistas, malos profesionales, cuando yo creo que es todo lo contrario”. Ayuso fue más allá, asegurando que “que se ponga en tela de juicio a todos esos profesionales que están hoy trabajando en Telemadrid, a mí me parece que es hacer un flaco favor a la realidad”.
La actual presidenta madrileña incluso hizo autocrítica, al asegurar que “es una ignominia que desde un parlamento estemos siempre poniendo en tela de juicio la profesionalidad de los periodistas”, aunque fue para defender de las críticas a Hermann Tertsch, actual eurodiputado de Vox, opinando: “Creo que el nombre de Hermann Tertsch no tiene por qué salir en todas las sesiones que tenemos”.
Ayuso, pese a todo, pidió entonces mirar al futuro destacando que “estamos en una nueva etapa”, y defendió la pasada de Aguirre, que como ya analizamos convirtió a la cadena pública en un instrumento de propaganda política. Sin embargo, su opinión era otra: “Me dicen que llegó Esperanza Aguirre y entonces politizó Telemadrid. Eso no es cierto; Telemadrid nació politizada y fue un error de inicio”.
Al valorar la gran pérdida de audiencia en toda esa etapa con Aguirre e Ignacio González, que muestra el gráfico superior, Ayuso reconoció que aunque no era el único factor, la politización había influido en ello: “La audiencia de Telemadrid está afectada por muchos motivos; está afectada porque desde el momento en que hay una línea editorial mucha gente no está de acuerdo y la deja de ver. A mí me parece mal, porque, si es un medio público, no debería tener línea de opinión y espero que esto sea así en el futuro y que cambie”.
La ahora líder del PP madrileño defendió que Telemadrid debía apostar por la información de proximidad y por su sostenibilidad “con consejeros que no sean políticos” y pudieran estar más de cuatro años. Y animó a sus compañeros políticos de otros grupos a que “cada vez que vayan por allí, los visiten”, pidiendo diálogo entre todas las partes.
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Fue entonces cuando deseó lo siguiente: “Yo creo que tenemos que parar ya esta salvajada que está sucediendo con Telemadrid, que es estar siempre tirándonos los trastos desde hace muchos años y poniendo en tela de juicio, como les digo, la cadena, porque no podemos estar permanentemente dando las noticias que estamos dando”.
Antes de concluir, Ayuso añadió: “Yo creo que los periodistas en Telemadrid nunca más deben estar ni seguidos, ni perseguidos, ni señalados, ni por ningún partido, ni por ningún sindicalista, ni ningún sindicato; por nadie. Los periodistas son periodistas que tienen que hacer tranquilamente su trabajo al margen de lo demás”.
Como presidenta, ataques y persecución económica
En agosto del 2019, Isabel Díaz Ayuso se convirtió en la nueva presidenta de la Comunidad de Madrid. Y sus deseos como portavoz del PP en la Comisión de Control del Ente Público Radio Televisión Madrid quedaron atrás. Poco después de tomar el mando, afirmó que Telemadrid “ya no es un servicio público esencial” y advirtió de que iba a vigilar para que cumpliese sus cuentas a rajatabla.
Su gobierno inició entonces una campaña de descrédito contra la cadena pública, que fue incluso denunciada por los sindicatos y a la que se sumó Vox, con Rocío Monasterio pidiendo “subastar” el canal. Las advertencias no han parado desde entonces, por ejemplo en febrero del año pasado cuando Ayuso lamentó públicamente que es “la única presidenta autonómica y del Gobierno de España que tiene una televisión que le es crítica” y señaló a los presupuestos de la cadena.
Ya en plena pandemia, Ayuso cumplió con sus amenazas y en el mes de abril ordenó que se iniciase una auditoría de Telemadrid. Fue poco antes de que el ente público presentase sus cuentas y demostrase que había vuelto a lograr equilibrio presupuestario en 2019, como en los dos anteriores ejercicios, tras años acumulando déficit.
El desprecio hacia Telemadrid por parte de Ayuso volvió a demostrarse recientemente, cuando la presidenta madrileña atendió diariamente a muchos medios por la borrasca Filomena, pero en la cadena pública de su comunidad sólo apareció al quinto día. Fue su forma de vetar a Silvia Intxaurrondo, periodista que dos meses antes le había preguntado por el Hospital Isabel Zendal, a lo que Ayuso respondió: “Esas preguntas no se le hacen a una presidenta autonómica”.
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En su apoyo salió Esperanza Aguirre, que defendió a Ayuso durante una entrevista en TVE refiriéndose a ella como “la pobre Isabel”, y explicando: “Pobre porque la atacan todos los medios de comunicación. ¡Todos! No tiene ni Telemadrid, que es podemita a muerte. Por mucha culpa de ella también”. La expresidenta volvió a remarcar ese sentimiento de pertenencia de la cadena, de posesión del ente público.
El control económico, clave en la disputa
En enero de 2017 el Pleno de la Asamblea de Madrid ratificó a José Pablo López como director general del ente con el sí de PP, PSOE y C's y la abstención de Podemos. Fue el final de un largo proceso que se alargó dos años, en el que el Gobierno de Cifuentes tuvo que conceder que el nuevo responsable fuese elegido por concurso público.
Desde que llegó a la presidencia, la intención de Ayuso parece ser prescindir de José Pablo López y su equipo. Pero como fueron nombrados cumpliendo los requisitos políticos establecidos, la única vía para lograrlo es a través del control económico. Si Telemadrid incurre en déficit, el Gobierno de la Comunidad puede abrir una vía para cambiar a sus responsables ya que, y esto es importante, la CAM es la accionista única del Ente Público Radio Televisión Madrid.
El “problema” para Ayuso y su Gobierno es que Telemadrid ha cumplido año tras año el equilibrio presupuestario que le exigen. También en 2020, como manifestó hace dos meses José Pablo López, la cadena pública ha vuelto a lograr el equilibrio presupuestario, como en los anteriores ejercicios. Es algo que debería ser una buena noticia para la CAM al ser la accionista única, pero que no permite al Gobierno de Ayuso cambiar a sus dirigentes.
El intento de Ayuso para utilizar esta vía de cambio se hizo evidente en junio de 2020, cuando llegó a anunciar que había detectado un déficit en las cuentas del ente en 2019. Sin embargo, nunca llegó a denunciarlo, ni abrió una investigación, ni siquiera emitió un informe oficial. La realidad es que las cuentas de Radio Televisión Madrid fueron aprobadas por el Consejo de Gobierno de la CAM, que aceptó los datos proporcionados tanto por la cadena como por los auditores.
Corta la financiación y hace peligrar su presente y futuro
Sin posibilidad legal para cambiar la cúpula de la cadena, Ayuso y su Gobierno parecen haber optado por ahogar económicamente a Telemadrid. En lo que va de 2021, la cadena pública no ha recibido financiación. Ni un solo céntimo de la Comunidad ha llegado a las cuentas de Telemadrid, que ya en enero tuvo que pagar las nóminas de sus trabajadores con las reservas de liquidez que tenía el ente.
La razón es que en diciembre caducó el contrato-programa, el acuerdo que la Ley de RTVM prevé para instrumentalizar las relaciones jurídicas y financieras de Telemadrid con la Comunidad. Estos contratos-programa duran tres años, y el último suscrito para el período 2018-2020 expiró el 31 de diciembre.
Fuentes de la CAM aseguran que “la dirección de Telemadrid no presentó una propuesta de nuevo contrato-programa, aun cuando habían sido advertidos y se les había solicitado en diversas ocasiones. Lo hizo el 11 de enero, dejando que llegara el 2021 sin haber mandado siquiera su propuesta de financiación”. Sin embargo, otras fuentes conocedoras de la negociación niegan que no hubiese habido movimientos. Explican que ya en noviembre hubo conversaciones para renovar el contrato-programa, pero que la CAM sólo propuso un recorte de casi 10 millones de euros y por eso no hubo acuerdo ni se realizó una nueva propuesta por la amplia divergencia entre las partes.
Otro foco de conflicto es el pago de las nóminas que ha tenido que ser efectuado usando las reservas del ente. Desde la CAM echan la culpa a la dirección de Telemadrid, explicando que “no se efectuó ese pago de nóminas en enero porque para ello el director general tenía que haberlo solicitado, algo que no hizo hasta el 1 de febrero”.
Sin embargo, la cadena pública lo solicitó durante el mes de enero en reiteradas ocasiones: al director general de Política Financiera, a la Viceconsejería de Hacienda, al director financiero de RTVM y en la Comisión de Seguimiento del Contrato Programa. En ninguna de ellas hubo respuesta, y por eso desde Telemadrid se remitió una petición por escrito una vez pagadas las nóminas con sus reservas, que es a la que hace referencia la CAM, y en la que se solicitó un adelanto de 10 millones de euros para financiar la compañía, no sólo el pago de las nóminas.
Pese al evidente enfrentamiento, la Comunidad asegura que “se abonará el pago de las nóminas de todo el personal de Telemadrid”, y añade que “seguimos trabajando de forma conjunta a fin de consensuar el contenido y los términos del nuevo contrato programa en reuniones periódicas”. Este mismo viernes se produjo una nueva reunión, de momento sin avances.
Enfilando ya la última semana de febrero, la cadena apremia para que su accionista única, la Comunidad de Madrid, financie su televisión pública mientras ésta siga haciendo la labor de servicio público que tiene encomendada por ley. Ahora mismo no sólo deberían volver a pagar las nóminas de febrero con sus reservas, sino que la situación pone en riesgo el pago a proveedores y productoras que prestan servicios para Telemadrid, y por lo tanto al empleo que depende de ellas.
El movimiento ha sido incluso percibido por los socios de Gobierno del PP, Ciudadanos, partido que ha registrado una modificación de la Ley de Telemadrid para asegurar su “autonomía” y que pueda continuar con su actividad pese a no haberse prorrogado el contrato-programa.
Mientras el gobierno regional de Ayuso sigue sin financiar Telemadrid en 2021, la cadena cumple todos los ejercicios sus obligaciones económicas y urge a un entendimiento que le permita seguir adelante, tras lograr en 2020 sus mejores datos de audiencia desde hace 10 años.
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