Bailando con las estrellas celebra esta noche su final,Bailando con las estrellas en la que se batirán en duelo las parejas formadas por David Bustamante y Yana Oliva, Patri Jordán y Rubén, y Manu Sánchez y Mireya Arizmendi. Además, de contar con la actuación de Miriam Rodríguez, de OT 2017.
La despedida de una primera edición que, a tenor de los datos de audiencia que ha cosechado, podría ser la única. Y es que la adaptación del exitoso Dancing with the Stars de la BBC que ha producido Gestmusic y TVE no ha logrado convertirse en el fenómeno que supone en otros países.
Un casting poco atractivo, la ausencia de sorpresas en la mecánica y el desaprovechamiento de la faceta más reality han sido algunos de los culpables que han hecho perder a cadena y productora un buen producto que podría haber redondeado una de sus mejores temporadas de entretenimiento.
Audiencias discretas desde su estreno
El talent de baile se estrenó el pasado mes de mayo mostrando ya el bajo interés de la audiencia por el espacio. Tampoco ayudó que se enfrentara a una de las ediciones más fuertes de Supervivientes (contra Tierra de Nadie). Por lo que, semana tras semana fue perdiendo espectadores hasta llegar, en una ocasión, a marcar solo un dígito de share.
El final del reality de Telecinco junto con la llegada del verano y su escasez de competencia en las cadenas privadas, sí ayudaron a recuperar el aliento a los bailarines, pero aún así la media cosechada por las diez entregas ha sido de un 11,7% de share. Lo que suele ser insuficiente para lograr una renovación.
A continuación las audiencias de cada emisión:
15/05/18 - (Estreno) Bailando con las estrellas: 13.4% y 1.765.000
22/5/2018 - Bailando con las estrellas: 12% y 1.601.000
29/05/18 - Bailando con las estrellas: 10.8% y 1.513.000
5/06/18 - Bailando con las estrellas: 9.7% y 1.330.000
12/06/18 - Bailando con las estrellas: 12.7% y 1.751.000
19/06/18 - Bailando con las estrellas: 10.6% y 1.452.000
26/06/18 - Bailando con las estrellas: 10.5% y 1.415.000
3/07/18 - Bailando con las estrellas: 11% y 1.435.000
10/7/2018 - Bailando con las estrellas: 12.8% y 1.384.000
17/7/2018 - Bailando con las estrellas: 12.7% y 1.428.000
Lejos del fenómeno internacional
Tres han sido los ingredientes base que han impedido a Bailando con las estrellas convertirse en el éxito internacional que es en otros países.
Para empezar, el deslucido casting. Era importante, como el propio nombre indicaba, tener a verdaderas “estrellas” entre los participantes para que el público quisiera asomarse a ver cómo se deslizaban en la pista. Recordemos que, ya en 2018, hemos visto a los famosos haciendo casi de todo, por lo que la única forma de que interesar a los espectadores con un “sencillo” baile era que el atractivo del concursante brillara por sí solo.
En EEUU han tenido nombres como el de Kim Kardashian, Pamela Anderson, David Hasselhoff o Alfonso Ribeiro, mientras que entre nuestros doce famosos - Gemma Mengual, Patry Jordan, Topacio Fresh, Pelayo Díaz, Bustamante, Merche, Fernando Guillén Cuervo, Manu Sánchez, Amelia Bono, Rossy de Palma, Javier Hernanz y Pablo Ibáñez - no había ninguna estrella que deslumbrara.
Quizá, el único que llamara más la atención era Bustamante, sobre todo, por la buena sintonía que empezó a tener con Yana, su compañera de baile. Pero este, sin duda, ha sido otro de los ingredientes desaprovechados del programa: la parte reality. Aunque los famosos no han vivido un encierro de 24 horas como en OT, sí que han tenido duros entrenamientos y horas compartidas con los bailarines que podrían haber mostrado en un canal de YouTube dedicado exclusivamente a ello.
De esta forma, los espectadores se habrían identificado con esos expertos en danza anónimos que sufrían enseñando las coreografías a los famosos, que se divertían con ellos, y ¿hasta se enamoraban? No lo sabemos, porque no hemos podido vivirlo con ellos. De hecho, en las diversas expulsiones del programa, muchos repetían que les dolía marcharse por su bailarín, pero desde casa no entendíamos esa pena, porque casi ni nos habían facilitado el diferenciarlos.
Para finalizar, la mecánica tampoco ha ayudado a dar ritmo a un programa en el que eso era esencial. El “baile, puntuación, baile, puntuación”, se hacía repetitivo, recordaba a otros talents similares y no subrayaba la gran diferencia de este formato con el resto. Porque, si lo espectacular residía en la unión de los bailarines con sus famosos, desde luego, en esta edición no se ha logrado resaltar.
El programa que hubiera dado la matrícula de honor a TVE y Gestmusic
Todo ello convierte a Bailando con las estrellas en una oportunidad perdida tanto para TVE como para Gestmusic.
Y es que, esta ha sido una de las mejores temporadas para la productora. Ha resucitado a su anhelado Operación Triunfo dejando dos lecciones televisivas que no conocíamos: un programa de éxito puede renacer después de un merecido descanso y la TV aún puede reenamorar a los más jóvenes (siempre y cuando juegue en sus ligas y hable su idioma, como ellos han hecho).
Además, la productora mantiene intacto el éxito de Tu cara me suena y está preparando Aquí estoy yo (de nuevo) - el también conocido como OT VIP-. Por lo que, de haber funcionado Bailando con las estrellas, hubiera significado el colofón a una temporada redonda.
También para la cadena pública habría sido el broche de oro en entretenimiento porque, mientras sus programas informativos continúan en el ojo del huracán político y la ficción no ha brillado con ningún estreno esta temporada, las nuevas apuestas de programas sí han tenido reconocimiento: desde el citado OT, a El Paisano líder de los viernes, sus imbatibles Masterchef y el atractivo de Eurovisión con Alfred y Amaia.
Y aunque aún faltan por conocer a los ganadores Bailando con las estrellas, lo que está claro es que el programa no nos ha hecho volar a ese cielo que ha tocado en otros países.