'Bake Off' expulsó al más competitivo y “rompió el corazón” de Ana Boyer pero ya tiene a sus 4 finalistas

Paula Hergar

20 de marzo de 2024 02:09 h

“No es una expulsión cualquiera es ver quién se queda a un paso de la final” reflexionaban Eva Arguiñano, Paco Roncero y Damián Betular en la última prueba de la semifinal de Bake Off: Famosos al horno en La 1.

Y es que tras tres retos irregulares por los nervios de todos ellos, Rocío Carrasco, Ana Boyer, Alba Carrillo, Patxi Salinas y Blas Cantó se jugaban quedarse a las puertas o llegar a la final del talent de repostería.

Finalmente, fue Patxi Salinas el que se quedó a las puertas de la última entrega, por una tarta de chocolate con leche “sin más” como definieron los jueces. Una salida que derrumbaba a la hija de Isabel Preysler, que no pudo ni hablar.

Primera prueba con la visita de familiares y amigos

La entrega arrancó con bonitas sorpresas para sus concursantes con la llegada de sus familiares y amigos a la carpa, que acudieron a ayudarlos a realizar una tarta de crepes gigante (al menos 10 cm de alto, “son muchos crepes”).

Fernando Verdasco, Adriana Torrebejano, Lucía Pariente, Olga y la prima Ani de Chipiona llegaron para socorrer a Ana, Blas, Alba, Patxi y Rocío, respectivamente. 

Todos gestionaron bien el tiempo y los ingredientes excepto Rocío y Blas que se quedaron sin masa a 10 minutos de acabar. Si no presentaban un mínimo de 10 centímetros serían mal puntuados. El primero lo logró igualmente, aunque su compañera le había quemado el chocolate.

Las valoraciones señalaron lo “lograda gustativamente” que estaba la tarta de Patxi a pesar de la decoración, la de Alba era “bonita” aunque falta de salsa, Blas decepcionó con su “sencilla decoración”, Ana impresionó por el gusto y el riesgo que tomó al salir de su zona de confort y Rocío convenció con su acabado.

La prueba técnica hundió a Blas

En la prueba técnica, Paco Roncero reveló los secretos de su tarta favorita, la clásica San Marcos, y mostró su pericia para prepararla. El resto se puso manos a la obra para replicarla con la receta que apuntó cada uno.

Acabado el tiempo, llegó el momento de la cata a ciegas en la que la tarta de Blas fue la mayor decepción, con un sabor que dejaba mal gusto en la boca. Por lo que se quedó en el quinto puesto. “En las dos pruebas no has mostrado el nivel al que nos tienes acostumbrados” lamentaron los jueces y hasta Paula Vázquez.

Por el contrario, las de Alba y Ana sorprendieron positivamente por dos elaboraciones casi perfectas que solo se diferenciaron por pequeños detalles en la estructura y la yema. Ganó, por muy poco, la de la hija de Isabel Preysler.

Prueba fantasía con la elección de los 4 finalistas

En la prueba fantasía, los famosos tuvieron que lucirse como maestros chocolateros, creando una fina bola esférica de chocolate que en su interior alberga trufas, músicos y una sofisticada mousse.

Durante el cocinado, Ana confirmó que no era su día porque “le pasó de todo”, Alba y Rocío no dejaron de apoyarse, Blas cantaba de los nervios y Patxi tuvo algunos problemas.

Acabó el tiempo y cada uno fue presentando su esfera de chocolate: la de Rocío gustó en cuanto a presentación pero al probarla fue “un trompazo de canela” que costaba tragar; Patxi no convenció por una mousse de “chocolate con leche sin más”; Ana entregó una esfera “fea por dentro y muy gruesa” pero una mousse “deliciosa”; Blas hizo un “buen trabajo con una linda estética”; y la de Alba falló por el grueso aunque su mousse fue “la mejor que probaron”.

Tras la deliberación, los jueces señalaron a Ana como la mejor de la prueba, Alba se alzó con el segundo lugar y celebró que Rocío fuera la tercera. Con la que habían soñado llegar a esa gran final y a la que se le llenaron los ojos de lágrimas. Por lo que los dos hombres del programa quedaban en la cuerda floja. Pero finalmente expulsaron a Patxi, “rompiendo el corazón” de Ana que no pudo ni articular palabra.

“He disfrutado como un niño pequeño, no os lo podéis ni imaginar, he hecho cosas que no me esperaba y me siento orgulloso” confesaba el deportista que mostraba su competitividad sana hasta el final.