Polémica

BBC veta un episodio de la nueva docuserie de David Attenborough por temor a las críticas de la derecha por abordar la crisis climática

BBC ha decidido que no emitirá un episodio de la nueva docuserie sobre naturaleza de David Attenborough, Wild Isles, para evitar las críticas por parte de políticos y prensa de signo conservador.

El motivo de estas hipotéticas críticas no es otro que la temática que se aborda, la de la destrucción del ecosistema natural así como los proyectos para recuperarlo, que no son vistos con buenos ojos por los Tories. El episodio en cuestión dedicado a abordar las políticas de restauración natural será solo accesible a través de la plataforma de BBC, iPlayer, pero no se verá en el canal junto al resto de entregas.

La derecha política y mediática aprieta a BBC

The Guardian ha revelado esta decisión de la cúpula directiva de la radiotelevisión pública británica, que no solo ha enervado a los responsables de programación de la cadena, sino que se une a un momento de crisis en su seno, precisamente por la presión recibida desde los sectores conservadores. En paralelo a esto, se anunciaba que el presentador Gary Lineker dejará de conducir el icónico programa deportivo Match of the day hasta nuevo aviso, poco después de que hubiera criticado a través de redes sociales las políticas del gobierno en materia de inmigración.

El ejecutivo de Rishi Sunak, contaba elDiario.es, pretende ir más allá de “los límites de la legislación internacional” para castigar a los refugiados que cruzan el canal de la Mancha en bote, prohibiéndoles el asilo. Lineker había sido muy crítico en redes sociales con esta medida, que llegó a comparar con las de la Alemania de los años treinta. Esto llevó a BBC a reaccionar asegurando que estas manifestaciones suponían una “infracción de nuestras normas”.

Solo unos días después, trasciende la decisión en torno a Wild Isles, que se presentaba oficialmente a comienzos de semana. El proyecto, que se estrenará este domingo 12 en horario de máxima audiencia, pretende realzar la flora y fauna autóctona, a la par que hablar de su deterioro y de las posibilidades que se abren para recuperar su esplendor.

La restauración del ecosistema natural, punto de fricción

Attenborough afirmó que este era un momento clave para invertir en conservar el hábitat natural de Reino Unido. De ahí que hubiera estado a bordo de esta producción, que trata de abordar los problemas con la fauna salvaje británica, en declive desde los años setenta: “Aunque hay mucha variedad de sitios, Reino Unido en su conjunto es uno de los países más mermados a nivel de naturaleza de todo el mundo”, declaraba el excelso divulgador, de 96 años, que con Wild Isles busca “servir como ejemplo para el resto del mundo y restaurar el mundo salvaje de las islas para las futuras generaciones”.

Aunque se han anunciado cinco episodios para su emisión en el prime time de los domingos, se había rodado un sexto capítulo, Saving Our Wild Isles, que no se verá en la televisión, y que solo será accesible a través de la plataforma de streaming de BBC, iPlayer. En este se profundiza en las causas que habían llevado a esta degradación de la fauna en el país, a la par que se mostrarían los trabajos de renaturalización del ecosistema, el llamado “rewilding”.

Estos esfuerzos de “asilvestramiento” han sido particularmente populares en Reino Unido, pero también en otros países, y pasan por resucitar funciones que se han perdido por impactos humanos y climáticos del pasado a través de reintroducción de especies, por ejemplo. No obstante, hay división con estos procedimientos entre los científicos y una oposición entre los grupos de derecha en el país.

Temor a que el episodio se perciba como un “mensaje político”

La docuserie está en parte financiada por las asociaciones WWF (Fondo Mundial para la Naturaleza) y RSPB (Real Sociedad para la Protección de las Aves), algo que ya había generado críticas de sectores conservadores. Esta misma semana, The Telegraph cargó contra la televisión pública por aceptar dinero “de dos asociaciones criticadas por hacer presión política”, en alusión a las mencionadas organizaciones de defensa de la naturaleza.

En contrapartida, fuentes internas de la BBC aseguran que la cúpula se ha plegado a las presiones de los lobbies de la ganadería y la industria del juego, que también habían advertido de consecuencias en caso de que Wild Isles tuviera un mensaje político evidente. Laura Howard, que ha producido el programa, había manifestado que no hay mensajes políticos sino “hechos que hablan por sí solos”.

Con todo, un portavoz de BBC matiza que la serie Wild Isles “se compone de cinco episodios”, mientras que el sexto capítulo “es un trabajo separado inspirado por la docuserie que fue encargado por la RSPB y WWF”.

Las críticas a la censura, en el Parlamento y en la cadena

Esta versión no convence a la oposición. La parlamentaria Caroline Lucas, del Partido Verde de Inglaterra y Gales, consideró que “para la BBC, censurar a una de las voces más informadas y veraces en materia de naturaleza y emergencia climática es como mínimo una imperdonable negligencia de sus deberes de servicio público”. La diputada afea a la administración de BBC por haberse amilanado ante los intereses políticos antes que “ofrecer acción para proteger y restaurar nuestro mundo natural”.

También ha habido respuesta desde la propia BBC: Chris Packham, presentador de Springwatch, tacha de “irresponsable” la decisión de la cadena. Stephen Moss, divulgador y productor televisivo con larga vinculación al ente, también es de la misma opinión, y recuerda que esta clase de programas, que reivindican las maravillas del mundo natural, son más efectivos a la hora de implicar a la población en la defensa del medio ambiente que cualquier otra política.