Bea Retamal revela que se gastó el premio de 'GH 17' en resolver su gran drama familiar
Bea Retamal saltó a la fama en el año 2016, cuando fue seleccionada para entrar en la casa de Guadalix de la Sierra como una de las concursantes de Gran Hermano 17. La joven, que se hacía llamar 'La Naranjita', acabó llevándose el maletín en un premio que parecía destinado para Adara Molinero. La azafata fue expulsada a las puertas de la recta final y la victoria recayó en la valenciana, a la que sin duda acompañó la suerte. Bea había sido repescada tras su eliminación al tener en su poder la cajita que contenía una 'vida extra' y que concedía al que la poseyera una segunda oportunidad.
Ahora, seis años más tarde, Bea es concursante de Pesadilla en el Paraíso, nuevo reality de Mediaset en el que ha desvelado en qué se gastó los 300.000 euros que ganó en GH. En una conversación con sus compañeros, Retamal contó cómo su triunfo le permitió resolver algunos problemas que llevaba arrastrando desde su infancia.
“Mis padres se separaron siendo pequeña, fue lo peor. Mi madre se fue a vivir al extranjero, se marchó el día de la madre y me quedé viviendo con mi abuela. Me marcó. Antes de los 18 intenté presentarme a Gran Hermano, pero hicieron el casting antes y no llegué a tiempo. Fui al año siguiente y me cogieron. Al ganar GH pude traerme a mi madre a España y es lo mejor que hice”, contó emocionada, al borde de las lágrimas.
La madre de Bea explica su marcha de España
Su madre, presente en el plató de Telecinco, corroboró la historia antes de protagonizar una dura bronca en directo con la madre de Dani G: “Hacíamos vídeos todas las noches por Messenger. Nos mirábamos en el vídeo hasta que nos dormíamos. Fueron 8 años, desde los 11 hasta los 19, que ganó Gran Hermano. Fue en unos años muy malos para una joven y por eso le ha marcado tanto. Si es pequeñita, no lo piensas. Eso no se recupera, el tiempo no se recupera”, empezó contando afectada.
“Me fui el día de la madre, fue horroroso para ella. Venía siempre que podía, me daba igual todo. Bea se quedó con mi madre y mis hermanos. Me fui porque quería darle unos estudios y, una vez que ella empezara a hacer su vida, yo ya podría volver”, argumentó.
“Con el premio de Gran Hermano pude quedarme aquí, empezar a trabajar aquí, para mí ha sido... Me solucionó el problema más grande de mi vida. Ahora, ha montado su propio negocio dándome trabajo. Es un orgullo”, sentenció.