Este jueves, Belén Esteban volvió a Antena 3 después de 20 años sin pisar sus instalaciones. Lo hizo como invitada de El Hormiguero, programa que visitaba por primera vez y sobre eso mismo le soltó la primera pulla a Pablo Motos: “Después de 19 años ya es hora de que me invites, ¿no? Paz Padilla también estaba en otra cadena y la trajiste, cariño”.
El presentador no tuvo más remedio que admitirlo y, tras los nervios de ambos (por ella confesados) protagonizaron una escena inédita en la primera cadena de Atresmedia: una charla completa sobre el universo Telecinco, en el que ella había pasado casi dos décadas y durante ese tiempo en Antena 3 casi no se había nombrado a la competencia.
La visita de “la patrona” bien valía convertirse en una excepción, a sabiendas de que ese tema causaba morbo e interés para la audiencia, por lo que Motos fue directo: “Hablemos de Telecinco en Antena 3”, le dijo y empezó por lo mal que lo había pasado al ser despedida. Algo que ella relató sin filtro:
“Nos enteramos en directo. He sido muy feliz en Telecinco, pero la manera de echarnos no fue la correcta. Un programa que está 14 años de lunes a viernes, haciendo lo que ellos querían, no estuvo bien que nos enteráramos así. Fue duro”, aseguró Belén.
Aunque a la vez, confesó que le había ido bien el parón: “Sálvame fue un programa muy duro. Lo dábamos todo. Si tratábamos un tema mío me hacía un Deluxe cobrando, pero muchos gratis también eh. Era un tema que te tirabas un mes con ello, todos los días cuatro horas. Era duro psicológicamente”.
Sobre la diferencia entre estar en la cadena y ya no estar, también confesó que lo había notado, sobre todo en la ausencia de prensa detrás de ella: “Ahora no tengo ningún paparazzi, es una maravilla. Pero los echo de menos, levantaba la persiana y tenía tres coches, ahora no hay ninguno”.
Por todo ello, Belén desveló que en un principio se “enfadó con Telecinco”, pero con el tiempo lo agradeció: “Tomaron esa decisión, querían una tele blanca, menos los viernes que es una 'tele de mato a mi madre'. Pero ahora hemos aprendido a estar más unidos. Ahora se levantan más los teléfonos con ofertas de otras cadenas”.
De hecho, explicó que le habían llamado de dos plataformas para hacer una serie sobre su vida: “Ahora no es el momento. Mi vida la voy a contar yo, y quiero producirla con mis jefes y conmigo. Quiero varias temporadas, hasta 60 capítulos, porque hay cosas que la gente no sabe de mí, cosas buenas y no tan buenas. Me gustaría contar desde que era pequeña, que vengo de una familia humilde pero muy feliz”.
Y relatando su vida, acabó hablando de la época de sus adicciones: “Una vez me equivoqué, caí en lo peor que puede caer una persona y me hice daño a mí misma. Gracias a la ayuda de mis jefes pude salir de donde estaba metida. Y no he tenido ni una recaída. Es algo que estoy harta de esconder porque me he podido recuperar y me siento orgullosa”.
Desveló más detalles sobre el universo de Mediaset, como que en Gran Hermano no hay rincones en los que las cámaras no te puedan captar, que nunca había podido engañar al polígrafo y que conservaba su famoso pijama de la casa de Guadalix. A lo que añadió que sabía “cosas que si las contara temblaría España”. Pero no las contará, solo a su marido, señaló.
Al finalizar, pidió permiso para mandar un mensaje de apoyo a las víctimas de la DANA y pedir a las administraciones que se pusieran de acuerdo para ayudarles. Se fundieron en un abrazo con Motos y le pidió que la volviera a invitar.
Todo ello en una entrega inédita en televisión en la que en Antena 3 se habló explícitamente del universo y la mecánica de su competencia. Eso sí, de lo que no se habló fue de la competencia de El Hormiguero con La Revuelta, quizá habrá que esperar 20 años más...