Tras 8 temporadas de rotundo éxito en Telecinco, y después de convertirse en una de las serie españolas más exportadas de la historia, “Los Serrano” se despidieron en el año 2008 con un final que dio mucho que hablar.
Como todos recordamos (aunque por si acaso avisamos del spoiler), en la última secuencia de la serie Diego (interpretado por antonio Resines) se despertaba y descubría que todo lo que había ocurrido era un sueño, y que su mujer Lucía (Belén Rueda) estaba viva.
El desenlace pasó a la historia de la ficción en España, y aprovechando que los dos actores coincidieron en “Mi casa es la tuya” este viernes, Bertín Osborne no dudó en plantearles qué pensaron ellos sobre esa despedida.
“Probablemente no sería la mejor idea del mundo”
“El final de Los Serrano fue un marrón, que los espectadores como yo no tragamos”, planteó el conductor del programa, dando pie a las opiniones de sus dos invitados.
“¿Pero qué haces en una serie después de ciento cuarenta y tantos capítulos, para que termine de una manera apoteósica? Yo no estaba ya el último año, ni Fran, ni Vero, y querían juntarnos a todos otra vez”, explicó Belén Rueda.
“Es que era muy difícil”, sostuvo para empezar Resines, reconociendo luego que “probablemente no sería la mejor idea del mundo”, aunque comparándolo con el de otras series: “¿Y qué pasó con el final de Los Soprano, y Perdidos? Que tampoco sabes muy bien qué pasaba. Es que es muy difícil acabar una serie”. El actor y expresidente de la Academia de Cine prosiguió: “¿Y qué haces? Porque si sigues ya las puertas se quedaban abiertas”.
Su reacción al enterarse por primera vez
Ambos recordaron que guardaban un especial recuerdo del día de grabación de ese último capítulo, “un cachondeo con muchas risas”, pero Bertín quiso saber qué fue lo primero que pensaron al leer el guión de ese episodio definitivo.
Los dos actores se miraron, con media sonrisa, y Rueda se lanzo primero: “Cuando nos lo contaron dijimos: pero si los niños han crecido un poco, ¿qué han crecido, en una noche?”, arrancándose a reír al recordarlo.
Resines, aguantándose la risa, reconoció que “hubo un problema. Era un asunto complejo” por el crecimiento de los niños y niñas, y bromeó al recordar que “a mí me tuvieron que pintar el pelo un poco, porque caneaba de más. A Bonilla lo mismo”.
El programa recogió un testimonio de Jesús Bonilla, recordando que esa grabación fue “lo más divertido del mundo”, explicando efectivamente que a él le tuvieron que “poner hasta pelos”, aunque también reconociendo que “la frustración de toda España fue total”.
Los recuerdos de esa última grabación
Para hacer parecer a los niños más pequeños en la escena final alrededor de la mesa, Resines desveló que además del obvio maquillaje y apariencia de los actores y actrices, también subieron la altura de la mesa.
Los “hijos” intervinieron en el programa como hizo Bonilla. Víctor Elías recordó que Resines le decía que era “como un transformer”, porque en la mesa agachado se le veía pequeñito, pero sacaba el brazo y “llegaba a mitad de la mesa”. Natalia Sánchez explicó que “me vendaron el pecho”.
Resines explicó que por ejemplo Vïctor Elías tenía 18 años y barba cerrada, que le tuvieron que afeitar, y que era un cachondeo verle poner la voz más aguda y decir “nos vamos al colegio”. “El cachondeo fue más por eso que porque el final fuese no excesivamente ingenioso o inspirado. Pero luego ha dado mucho juego”.