Bob Pop, contundente con un analista de '59 segundos' en TVE: “Dios no existe, los maricones sí”
Aunque la estruendosa dimisión de Iñigo Errejón se comió buena parte de su tiempo, 59 segundos (La 1) también trajo a la mesa de debate una cuestión que, lejos de generar consenso entre los tertulianos, enfrentó a unos con otros.
“¿Es España un país homófobo?”, les preguntó la presentadora del programa, Gemma Nierga. Bob Pop y Valeria Vegas, conocidos activistas LGTBI, tuvieron pocas dudas al respecto: en nuestro país todavía impera una cultura machista que, con más o menos sutileza, desprecia y castiga a las personas del colectivo. No solo importan los datos de agresiones; también la mentalidad colectiva.
Pero Pablo Hertfelder, presidente del Instituto de Política Social, fue menos categórico en este sentido, aunque reconoció que 'marica', “por desgracia”, todavía se utiliza como insulto. “Al igual que también se utiliza la expresión 'me cago en Dios'. Esto también se escucha, y esto es cristianofobia”, señaló acto seguido.
A Bob Pop se le atragantó la comparativa. “Dios no existe y los maricones, sí”, exclamó desde la otra punta del plató, molestando con sus palabras a Hertfelder, quien le hizo saber que “los católicos también se sienten ofendidos” con estas “declaraciones de que Dios no existe”.
Lejos de darle la razón, el creador de Maricón perdido se mantuvo fiel a su argumento de partida: “No se pueden ofender por algo que es una verdad absoluta y científica, chiquillo”, respondió a su oponente, quien se revolvía en su asiento de pura indignación. “La fe es otra cosa. Que alguien crea, no significa que Dios exista. Yo respeto muchísimo que la gente crea en lo que quiera, pero los maricones, las bolleras, las personas transexuales, los bisexuales y las bisexualas no somos una cuestión de fe”, insistió el famoso escritor.
Dicho esto, la controvertida comparación pasó a un segundo plano y el debate se centro de nuevo en la pregunta inicial, así que Bob Pop aprovechó para recordar que “la homofobia no es solo un delito”, por lo que no se puede medir la homofobia de España en función del número de agresiones: “La homofobia es una cultura”, subrayó.