RTVE estrena este viernes 17 de marzo, en el prime time de La 1 a las 22:15 horas, su nuevo programa de servicio público y divulgación Brigada Tech, presentado por Luján Argüelles.
La corporación pública lo presentó a lo grande en un evento especial celebrado en los cines Callao de Madrid, explicando que se trata de un programa “que ayudará a la audiencia a adquirir conocimientos y destrezas digitales y reducir, de una manera amena, la brecha digital”. En él, “Luján Argüelles será la presentadora junto a tres veteranas 'reporteras' que recorrerán diversos puntos de la geografía española para resolver las dudas de los ciudadanos”.
A ese acto acudieron, en representación de RTVE, la presidenta interina Elena Sánchez Caballero junto a los miembros del Consejo. Y fue apoyado, por parte del Gobierno, por la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, y las secretarias de Estado Carmen Artigas y María González Veracruz. ¿Por qué esa presencia y apoyo directo, siendo un programa más de la cadena pública?
La respuesta es que no es un programa más, ni un proyecto normal de RTVE. Brigada Tech es una de las acciones que forman parte del Pacto por la Generación D, firmado por RTVE y al que se han adherido más de un centenar de entidades públicas y privadas. Es decir que el nuevo programa, cuyo objetivo es “sensibilizar sobre la importancia de adquirir y aplicar competencias digitales en el día a día”, se engloba dentro del Plan Nacional de Competencias Digitales, que tiene como objetivo formar a la ciudadanía en los nuevos retos del mundo digital coincidiendo con el Año Europeo de las Competencias Digitales.
Brigada Tech es, por tanto, un programa divulgativo desde su misma idea y producción, y de hecho se financia con los Fondos Next Generation de la UE, y no con la partida presupuestaria propia de RTVE. Sin embargo, y como toda apuesta televisiva, más aún las orientadas al prime time de una cadena generalista como es La 1, tendrá que someterse al juicio de la audiencia.
El eterno dilema de TVE y por qué no puede ser la BBC
TVE siempre se sitúa en el eterno dilema entre tener que pelear por las audiencias y cumplir con su finalidad de servicio público. Brigada Tech se engloba claramente en la segunda categoría, pero su simple emisión en el prime time de La 1 le situará, aunque no sea su finalidad, también en la primera.
Esta “pelea conceptual” es alimentada incluso por la propia corporación pública: TVE invierte millones de euros en derechos del fútbol, o en producir programas de gran formato, claramente con la intención de competir en audiencias y de lograr el apoyo de los espectadores. Pero al mismo tiempo incide en el carácter de servicio público de prácticamente todas sus apuestas, para dar ese valor diferencial que sólo tiene la cadena pública. El problema es que compite con las privadas, a las que no se exige esa finalidad de servicio público, y que resulta incluso un poco ventajista escudarse en el valor de servicio público cuando una apuesta pensada para competir en audiencias no va bien en audiencias.
La exigencia de los datos no es solo interna: llega a los medios de comunicación que analizamos las audiencias (aunque, como en el caso de verTele, intentemos explicar nuestras valoraciones), llega a los espectadores (y en el caso de TVE, influye mucho la ideología para ir desde pedir apostar por más contenidos culturales aunque no tengan audiencia, hasta directamente pedir el cierre de RTVE), y llega sobre todo a los políticos, que son los que profundizan en esa utilización política de RTVE e ideologizan los resultados de sus programas.
En las últimas semanas, tanto el PP como Vox han realizado una ofensiva en el Congreso contra la presidenta interina de RTVE a base de una enorme batería de preguntas por los datos de audiencia de prácticamente todos sus programas. Y al mismo tiempo todos los partidos políticos, incluyendo PP y Vox, sacan pecho pidiendo que la corporación sea un ejemplo de servicio público. ¿Se pide entonces competir, o dar servicio público? ¿Acaso es posible las dos cosas?
A estas alturas siempre sale el mismo ejemplo: la BBC. Aunque la cadena pública británica no atraviesa su mejor momento por las polémicas del control y la censura del partido conservador, desde España se sigue viendo como un referente para lograr servicio público y también audiencias. Y lo es, pero da pie a otro análisis de una simple hipocresía: el presupuesto de RTVE para 2023 es de 530 millones de euros, y emplea a unos 6.600 trabajadores. El presupuesto de la BBC es de entre 4.500 y 5.000 millones de euros, con una plantilla de 22.300 trabajadores. ¿Estarían dispuestos, los mismos que piden directamente su cierre, a reforzar a RTVE multiplicando por cinco su presupuesto y por tres sus trabajadores para igualarse a la BBC? ¿Se plantearían siquiera que volviera la publicidad para permitirla competir económicamente? En las respuestas a esas preguntas también influyen la política y la ideología.
'Brigada Tech', divulgación obligada a la competición
El mismo dilema al que TVE se enfrenta a nivel general, afectará a Brigada Tech desde su mismo estreno este viernes. No es de extrañar, de hecho, que por este motivo la primera idea de la cadena pública fuese estrenarlo en La 2, una cadena menos expuesta a la competencia y en la que se acepta su labor divulgativa. Pero es que a TVE también se le exige que apueste por sus espacios de servicio público y les dé protagonismo en su cadena principal, La 1, y en su horario estelar, donde aunque no tengan la audiencia exigible sí obtienen una mayor visibilidad. La docuserie 10.000 días es el último ejemplo de ello.
Brigada Tech es un formato de servicio público que, como un David de la divulgación englobado en un plan de la UE, el Gobierno y RTVE; se va a ver obligado a pelear contra Goliats de las audiencias como El Desafío (que además emite su final) o el Deluxe. Es un programa que desde su misma financiación y desarrollo está pensado como una forma de acercar generaciones y ayudar a cerrar la brecha digital, pero que por la dinámica comercial será medido por sus datos. Y eso es en definitiva la televisión, pero también es cierto que sólo TVE tiene esa doble exigencia que en tantas ocasiones resulta imposible cumplir.