Gonzo regresó este jueves a El Intermedio, aunque solo de visita. El periodista, que dejó su colaboración con El Gran Wyoming para emprender una nueva aventura televisiva como presentador de Salvados, se reencontró con su exjefe en el que fue su plató durante años para charlar sobre la nueva tanda de reportajes que estrena el domingo en laSexta.
“Un placer tenerte de nuevo en El Intermedio”, le dijo su excompañera Sandra Sabatés como bienvenida. “Un placer estar en casa”, respondió el gallego en su presentación. Wyoming, por su parte, le recibió con su clásico humor. “Vaya, vaya, vaya. Parece que Ayuso aún no ha formado nuevo gobierno y ya ha incumplido su primera promesa electoral. Dijo que en Madrid no nos encontraríamos con nuestros ex, y a mí el mío se me ha colado hasta en el plató, muchacho”, bromeó el presentador.
En el mismo recibimiento, el conductor de laSexta aprovechó para preguntarle a su expupilo por su estado de salud, y recordar con ironía el ataque de cataplexia que le dio a Jordi Évole el pasado mes de febrero en su visita a ese plató. “¿Estás bien? Porque el otro día vino tu jefe y casi nos lo cargamos”, comentó Wyo. Una pregunta que Gonzo también respondió con humor: “Normalmente los que envejecen son los jefes, los subalternos estamos frescos y sanos”, dijo entre risas. “Criar a esta gente cuesta mucho, sí”, añadió el presentador.
Antes de entrar en materia promocional, Wyoming siguió con la broma. “¿Por qué no me has pasado todavía la pensión alimenticia de Dani Mateo, exquerido? No sabes lo que se gasta en Tigretones este hombre”, le dijo. “Si Dani comiera Tigretones tendría mejor aspecto del que tiene”, comentó su par en Salvados.
Pasado el “cachondeo” inicial, Gonzo pasó a avanzar algunas de las claves del reportaje sobre la campaña de Isabel Díaz Ayuso que estrena laSexta este domingo. Mención especial mereció un momento avanzado en el programa: cuando la presidenta de la Comunidad de Madrid enseña al periodista las facturas del apartahotel en el que se alojó y se da cuenta, en ese momento, de que había pagado de más.
“Lo primero que vi es una orden de pago de una cantidad de dinero de cuatro cifras, algo que nunca vi cuando trabajaba en este programa”, comentó el periodista. “Los chistes con el apartahotel es posible que se acaben, ahora empiezan los chistes con la calculadora porque un año después se da cuenta de que ha pagado de más. Su reacción es maravillosa”.
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