Carme Chaparro se ha pasado por Querido Hater, el pódcast que presenta Malbert en Podimo, para hablar sobre su carrera televisiva y literaria, así como para exponer su opinión sobre temas de plena actualidad, desde el altavoz a los discursos de odio y extremistas, como las polémicas que suelen generar las carreras como escritoras de las personalidades televisivas.
En relación al primer tema de debate, la periodista ha reflexionado sobre el “blanqueamiento del fascismo”, en palabras de su contertulio, en programas de televisión. Chaparro ha afirmado con contundencia: “Yo puedo entrevistar a un fascista y evidentemente lo entrevistaría, pero tengo que ir preparada con las preguntas que desmonten sus ideas o que le hagan quedar como lo que es: una persona fascista que quiere volver a los tiempos del fascismo de Europa”.
“Mi trabajo no es dejar que digas lo que quieras, voy preparada y te desmonto las mentiras”, recalca la profesional de Informativos Telecinco.
“Con una entrevista seria, entrevistaría hasta al diablo”
Malbert ha seguido insistiendo sobre esta línea, recordando por ejemplo la visita de Santiago Abascal a El Hormiguero, por lo que implicaba, y le ha preguntado a su invitada por la “responsabilidad” de un periodista. Ella respondía en estos términos: “El público debe tener claro lo que es un programa informativo de un programa de entretenimiento. El espectador es dueño de elegir esa opción o no, pero para eso nos hace falta una sociedad formada, que lea, que tenga un nivel escolar alto, hay que enseñar a pensar. En este mundo cabemos todos menos los intolerantes”.
De hecho, Chaparro ha sacado a colación casos como el de las entrevistas a condenados o a personas a las que se ha “tachado en la sociedad”. Malbert le preguntaba si aceptaría en su caso entrevistar a alguien con el que estuviese totalmente en contra, y ella aseguraba que sí. Por ejemplo, ha recordado casos de crímenes dolosos y de gran calado a nivel social, y ha razonado que “muchas veces pensamos que las familias de los delincuentes son delincuentes también, pero muchas veces son víctimas”.
En esa línea, y redundando en su opinión, ha sido tajante: “Como periodista, con una entrevista seria, entrevistaría hasta al diablo”.
Chaparro también ha defendido la labor periodística en televisión. Preguntada sobre si los informativos están politizados, responde que “cada uno tiene sus gustos y opiniones y puede contar lo que quiera, la cuestión es cómo cuentan las cosas y tú deber es contarlo de la manera más profesional posible y objetiva, sin meterte en trincheras”. La presentadora lamenta que se haya “convertido la política en un mundo de trincheras, como el fútbol, y tenemos que aterrizar en la vida real” y defiende que esta “convencida de lo que hago” en televisión.
“Hay muchos críticos a los que les gustaría escribir y no pueden”
Chaparro también ha hablado de la polémica que suscitó hace escasos meses la concesión del Premio Planeta a una colega de profesión, Sonsoles Ónega, por su última novela, Las hijas de la criada. Aunque reconocía no haber leído aún esta obra, Chaparro sí decía haber leído otros anteriores firmados por la presentadora de Y ahora Sonsoles que le habían gustado.
“También hay muchos críticos literarios a los que les gustaría escribir y no pueden”, afirma la periodista, que también dice haber disfrutado con la estrategia de Carmen Mola, seudónimo bajo el que se escondían el trío de autores formado Jorge Díaz, Agustín Martínez y Antonio Mercero, que se llevó el mismo galardón en 2021. “Jugaron a hacer un libro tan bestia que si lo escribe un hombre puede pasar desapercibido. A mí ese libro me reventó la cabeza cuando lo leí”, opina, a la par que da una perspectiva sobre el estado de la literatura criminal en España.
“Al final está bien que sean los hombres los que cojan los nombres de mujeres. Ahora mismo, la novela negra en España está más copado por mujeres que por hombres. Antes escribían hombres sobre otros hombres que querían ser y no eran. Ahora las mujeres escriben sobre otro tipo de protagonistas que es gente más pegada a la realidad”, razona.
La historia del acosador que la hostigó durante 10 años
Por último, Chaparro también recuerda el largo historial de acoso del que fue víctima “durante más de 10 años”. “Me estuvo acosando con cientos de perfiles falsos. Llegó a saber mi dirección, la dirección del colegio de mis hijas”.
“La primera vez que lo denuncié, hace 10 años, nadie me hizo caso. La segunda vez que lo denuncié fue porque intentó agredirme en una estación en Valencia. Un amigo que estaba conmigo le placó, salí corriendo, me escondí en el baño y llamé a una amiga policía. Ahí le condenaron a dos años de cárcel conmutable con una pena de dos años de alejamiento”, cuenta. “A mí no me lo ha vuelto a hacer, pero sé que se lo está haciendo a chicas jóvenes periodistas de Valencia. Es un psicópata que si no se lo hace a una mujer, se lo hace a otras”.
Para más inri, este hombre tiene “un hermano gemelo que hace lo mismo y está condenado también”, reveló la presentadora, que sentía pena por los padres de ambos hombres.
“Yo estuve toda la promoción de mi primera novela con un guardaespaldas con pistola en mano. Se vive con tensión, pero yo vivía con más tensión cuando iba por la calle con mi hija pequeña en un cochecito”, confesó.