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'El Chiringuito' y 'Sálvame': los 10 mandamientos que los hacen iguales

Josep Pedrerol y Jorge Javier Vázquez

Pedro Zárate

Hallar la fórmula del éxito en televisión es realmente complicado. De lo contrario, los directivos de las cadenas la explotarían hasta la saciedad. Y sobre todo, se ahorrarían con ella los fracasos que acumulan temporada tras temporada.

Nadie sabe a ciencia cierta, por tanto, cómo triunfar en la pequeña pantalla. Sin embargo, hay dos programas que han sabido dar respuesta a esta pregunta con las mismas herramientas. Dos formatos diferentes pero muy parecidos que han cocinado su propia receta del éxito con los mismos ingredientes.

Uno habla del 'famoseo'. El otro, de fútbol. Y pese a ello, ambos han sabido construir el mismo producto. Uno que no tiene demasiado prestigio, que es despreciado con frecuencia y que, sin embargo, la audiencia no puede dejar de consumir. Hablamos, claro está, de Sálvame (Telecinco) y El Chiringuito de Jugones (Mega), cuyos 10 'mandamientos' para triunfar en televisión repasamos a continuación.

1. Los tertulianos no solo opinan, también generan contenido

Dentro de sus temáticas, la dinámica de Sálvame y El Chiringuito es la misma. Ambos programas dan noticias y comentan la actualidad a partir de un nutrido grupo de tertulianos. Colaboradores cuyo papel es primordial a la hora de valorar el éxito de ambos formatos. Y es que ni unos ni otros son tertulianos al uso. Son tertulianos con una función: generar contenidos por sí mismos.

La reciente operación de Kiko Matamoros, la boda de Belén Esteban, la relación de Gustavo González con María Lapiedra, los problemas de la propia Esteban con Toño Sanchís, los dramas de Víctor Sandoval... Son tantas y tantas las veces que los tertulianos de Sálvame se convirtieron en protagonistas que, como señaló Jorge Javier Vázquez en el décimo aniversario del formato: “Estábamos tan felices aquí que se nos olvidó hablar de los famosos o del reality de turno porque nos apetecía más jugar entre nosotros”.

Una filosofía que El Chiringuito de Jugones también sigue a su manera. Basta con recordar los días en que Cristóbal Soria tuvo en vilo a la audiencia porque había recibido una oferta para concursar en GH VIP.

O El Tertuliómetro, sección en la que un tertuliano se sometía a preguntas sobre fútbol, su vida personal y sus propios compañeros de tertulia para después comentar las respuestas con sus compañeros. Sí, exactamente igual que pasa durante el polígrafo de Conchita en Sábado Deluxe.

2. Los colaboradores deben entrar en el juego con pasión...

Aunque los tertulianos deban generar contenido, hay ocasiones en las que pueden hacerlo sin pretenderlo o contra su propia voluntad. Sin embargo, lo más recomendable es que el tertuliano de turno viva el programa con pasión y vaya predispuesto a dar la nota. El Chiringuito tiene auténticos expertos en la materia como Tomás Roncero, Alfredo Duro o el ya mencionado Cristóbal Soria, que no tiene pudor alguno en quitarse su impoluto traje para ponerse un albornoz por el “baño” que el Sevilla le ha dado al Real Madrid en LaLiga.

Pero si hablamos de vestimentas, nadie como los de Sálvame, que cada día aparecen en plató con un disfraz diferente.

3. ... aunque no siempre sea agradable

Entrar en el juego que plantean estos programas tiene sus ventajas, pero también sus inconvenientes, que a menudo se traducen en forma de bronca o 'ajuste de cuentas'. En Sálvame raro es el día que no hay un rifirrafe o un amago de abandono que, lejos de intentar sofocar, el formato de Telecinco utiliza en su propio beneficio para fabricar más contenido.

En el caso de El Chiringuito, los gritos y las broncas también están a la orden del día, aunque también hay otro tipos de roces entre los tertulianos. Y es que hacer bromas sobre el equipo rival se paga caro. Y si no, que se lo digan a Cristóbal Soria cuando Juanma Rodríguez le enumeró todas las bromas que había hecho sobre el Real Madrid antes de que los blancos ganaran su 13ª Champions.

4. El plató tiene que ser algo más que sus cuatro paredes

Si usted nunca ha visto los entresijos de un plató de televisión, El Chiringuito y Sálvame son dos programas perfectos para descubrirlos. Básicamente, porque ninguno de ellos se limita a estar entre las cuatro paredes que conforman el epicentro del programa.

Los pasillos, por ejemplo, también tienen su importancia para dar más vida y dinamismo a la emisión. En Sálvame, los pasillos a veces funcionan como un escenario de tertulias improvisadas. Y en El Chiringuito, como lucimiento de los tertulianos después de la victoria de su equipo.

Pero no solo eso. El plató tiene que servir como el patio de recreo de los tertulianos. Porque está bien que la mayor parte del programa estén sentados, pero de vez en cuando debe haber movimiento. Y si eso implica irse a otra zona a tirar unos penaltis, pues se va. Y punto.

Y si resulta que se produce una bronca en el baño, pues el cámara y el resto de tertulianos van hacia allí de inmediato para comentar lo ocurrido.

5. No des la espalda a las redes sociales

Dice la leyenda que un día Sálvame y El Chiringuito no fueron trending topic durante su emisión. Sin embargo, cuesta creerlo visto su poderío en Twitter. Sálvame, con 648.000 seguidores, y El Chiringuito, con más de 1.4, son dos de los programa más activos en dicha red social gracias a sus encuestas y a sus hashtags. A destacar los de Sálvame, de lo más ingeniosos con sus juegos de palabras.

Con esta gran actividad, los dos formatos entienden perfectamente la importancia de tener una comunidad social que esté implicada durante la emisión, pues supone tener un altavoz extra para sus contenidos. Algo que le viene especialmente bien a El Chiringuito por emitirse en una cadena temática como Mega y en una franja tan complicada como la madrugada.

6. Crea 'hits' que funcionen como una broma recurrente

La música también une a Sálvame y al Chiringuito en su camino al éxito. En una época donde los programas musicales escasean, los platós de Telecinco y Mega son buenas opciones para ir a promocionar tu música, pues a menudo concluyen sus emisiones con una actuación en plató.

Pero más allá de esto, la música también permite construir running gags o momentazos recurrentes. En el caso de Sálvame, la música es cosa de Lydia Lozano y su 'Chuminero', baile que surgió como una broma en 2010 y que sigue tan vigente como el primer día.

En el universo del Chiringuito, si hay una sintonía que ha sonado con fuerza, esa ha sido ¿Dónde está la MSN?, compuesta e interpretada por Nacho Peña cada vez que el tridente más poderoso del Barça en los últimos años, el compuesto por Messi, Luis Suárez y Neymar, no tenía su noche.

Por supuesto, la canción tuvo su réplica en clave madridista, ¿Dónde está CR7?, que Cristóbal Soria entonaba cuando Cristiano Ronaldo no hacía un buen partido con el conjunto blanco. Con la marcha del portugués, el 'hit' fue reescrito como Ya no está CR7.

7. No pasa nada si se va un tertuliano, otro ocupará su lugar

Lydia Lozano, María Patiño y Cristóbal Soria siguen en sus respectivos programas. No así Nacho Peña, que abandonó El Chiringuito en el verano de 2017. La suya pudo haber sido una marcha traumática dado su peso en el programa, pero no ha sido así porque el formato de Pedrerol, al igual que Sálvame, ha hecho gala estos años de una gran capacidad para reinventarse.

Antes que Nacho Peña se fueron otros tertulianos ilustres como Siro López y François Gallardo y el programa ha seguido al pie del cañón. De la misma manera que lo ha hecho Sálvame tras decir adiós a Rosa Benito, Karmele, Terelu Campos y Carmen Borrego, entre muchas otras.

Ausencias que permitieron que otros rostros dieran un paso adelante, como ocurrió con Edu Aguirre tras la marcha de Peña o con Rafa Mora después de alguna de las numerosas bajas que Sálvame ha experimentado con los años. Porque, si bien ambos formatos presumen de ser una familia, el programa está tan engrasado que funciona por encima de sus protagonistas.

8. Tu presentador debe ser un animal televisivo

Aunque entre esos protagonistas, ninguno como sus presentadores. Tanto Sálvame como El Chiringuito son tertulias, pero sus conductores no se limitan únicamente a moderar y seguir la escaleta a pies juntillas. También se mojan con cada tema y, sobre todo, tienen una forma de ser que no deja indiferente a nadie.

Porque Jorge Javier Vázquez y Josep Pedrerol son dos animales televisivos en el mayor de los sentidos. Saben perfectamente medir los tiempos, repartir juego entre sus colaboradores, improvisar cuando toca y hacer que todas y cada una de sus opiniones sean un punto y aparte dentro del programa. Sin ellos, sus programas siguen saliendo adelante, pero no son lo mismo.

9. Una dosis de improvisación siempre es saludable

Seguir la escaleta ayuda a no perder el control de la emisión, pero no hay programa más vivo que aquel que se deja llevar de vez en cuando por la improvisación. ¿Que Cristóbal Soria llega eufórico porque el Sevilla se ha clasificado para los cuartos de la Champions? Pues Pedrerol acepta que el ex delegado sevillista presente el programa.

¿Que Jorge Javier pregunta a Belén Rodríguez si sabe bailer 'El baile del gusano', ese que Miriam Saavedra puso de moda en GH VIP? Pues todos los tertulianos se ponen a bailar imitando el paso de la peruana.

Y así todos los días porque, a pesar de sus broncas, Sálvame y El Chiringuito viven en una fiesta constante.

10. No des una exclusiva, recréate en ella

Puedes dar una exclusiva como el 99.9% de los medios o puedes hacerlo como Sálvame y El Chiringuito, que se recrean en el momento con sumo gusto. Hay veces que no ocurre así porque conviene ser rápido y evitar que otro medio se adelante, pero por lo general, ambos formatos tienen grabado a fuego que tan importante es el contenido de la exclusiva como la forma de presentarla.

De ahí que se tomen su tiempo y generen la máxima expectación a base de cebos, música inquietante y todo lo que sea necesario para que el público crea que esté ante la noticia del año. Aunque a veces no sea así.

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