Cinco episodios míticos de 'Futurama' para celebrar su llegada al catálogo de Disney+

Disney+ ha inaugurado este martes Star, su nuevo canal de contenido no familiar. Una marca con más de 40 series y 250 películas dirigidas a un público más adulto y entre las que se ha colado un título que, de primeras, no había sido anunciado oficialmente por La casa del ratón.

Nos referimos, claro está, a Futurama, cuya inesperada llegada al catálogo de Disney+ ha sido acogida con gran alegría entre sus fans, que han hecho de su nombre trending topic en la mañana de hoy. No es para menos, pues a pesar de sus dos décadas de vida y sus múltiples reposiciones en televisión, seguía siendo una de las series más demandadas para estar disponible, al completo y en streaming, dentro de nuestras fronteras.

Con su llegada a Disney+, este deseo pasa a ser una realidad, aunque más de un seguidor se habrá llevado una sorpresa cuando haya visto, nada más acceder a los capítulos, que Futurama tiene 10 temporadas y no en 7, su cifra original, y que el orden de los episodios no se corresponde con su orden “clásico”.

Los capítulos de 'Futurama', “desordenados” en Star

Esto se debe a que, en realidad, hay dos formas de ordenar los capítulos de Futurama. La clásica, y la que infinidad de fans han tomado por buena durante años, se basa en el “orden de producción” de los propios capítulos. Y la otra, la que ha elegido Star en España, se basa en la división que en su día hicieron tanto Fox como Comedy Central, las dos cadenas que emitieron originalmente Futurama.

Esta disparidad de criterios hace, por ejemplo, que las cuatro temporadas que emitió Fox y las tres de Comedy Central pasen a ser, dentro de Star, cinco temporadas de Fox y otras cinco de Comedy Central. Lo que da lugar a las 10 que constan en el catálogo de Disney+.

Este desfase se puede comprobar en los créditos finales de cada episodio. Si vamos, por ejemplo, al capítulo Ladrido Jurásico, veremos que aparece el código #4ACV07, el cual significa que, a ojos de los responsables de la serie, ese episodio es el séptimo de la cuarta temporada, tal y como ha sido considerado siempre por los fans. Sin embargo, en Star figura como el segundo de la quinta temporada, pues fue así como lo trató Fox en su momento.

El origen de este “desorden” se encuentra en el final de la primera temporada, que el “orden de producción” fija en el capítulo 13 y el de Star en el 9. De esta forma, al final del capítulo 13 aparece el código #1ACV13 -equivalente al clásico 1x13-, aunque en la plataforma se encuentre como el cuarto de la segunda temporada.

A este “desorden” propiciado inicialmente por Fox hay que sumar el propiciado después por Comedy Central. Después de ser cancelada por la cadena conservadora en 2003, Comedy Central lanzó entre 2008 y 2009 cuatro películas -El gran golpe de Bender, La bestia con un millón de espaldas, El juego de Bender y Hacia la verde inmensidad-, que después fueron divididas en cuatro parte para dar lugar a una temporada de 16 episodios. La quinta “originalmente”, pero que en Star es la sexta.

Tras el lanzamiento de estas películas, Comedy Central encargó dos temporadas de 26 episodios -la sexta y la séptima- que emitió en dos partes. Ahora, Star ha hecho de esas cuatro partes cuatro temporadas independientes, llegando así a las 10 que constan en su catálogo aunque, según el orden clásico, Futurama solo tenga siete temporadas.

Cinco capítulos para celebrar la llegada de 'Futurama' a Disney+

Pero más allá de su orden, lo verdaderamente importante es que ya se pueden ver todos los capítulos de Futurama en Disney+. Desde la redacción de Vertele hemos aprovechado la ocasión para elegir cinco que, por unos motivos u otros, nos gustan especialmente.

Hay muchos más, evidentemente, pues no dejamos de hablar de una serie icónica que cuenta con multitud de capítulos y momentos brillantes. Sin embargo, creemos que estos cinco resumen, grosso modo, las altas cotas de genialidad, hilaridad y emotividad que alcanzó Futurama a lo largo de sus siete (o 10) temporadas.

Ladrido Jurásico es, probablemente, el capítulo más traumatizante de Futurama para todos aquellos que en alguna ocasión tuvimos mascota. El argumento resulta nostálgico por definición: un descubrimiento arqueológico saca a la luz los restos de la pizzería Panucci en la que trabajaba Fry en el año 1997. Entre los hallazgos se cuenta un perro fosilizado: Seymour, un perro callejero que “fue compañero de la pierna de un saxofonista callejero y olía a perro mojado aún estando seco”, en palabras de Fry. Un animal de cuatro patas que trabó una amistad inquebrantable con un bípedo pelirrojo.

En un ataque de nostalgia, la misma que vehicula todo el episodio, Fry pretende devolver a la vida al perro, hasta que descubre que solo compartieron tres años de la vida del can, pues Seymour vivió otros 12 años sin su amigo. Comprende entonces que debe dejarle ir, que a buen seguro vivió mil aventuras y desventuras sin su compañía. Que está bien siendo eso: un recuerdo.

El golpe emocional está por llegar y los protagonistas son ajenos a él. Solo el espectador comprende la dimensión del drama. Solamente el espectador descubre que Seymour pasó doce años esperando en la puerta de Panucci. Unos 4.380 días con sus noches esperando el retorno de un amigo que nunca volvió., hasta fallecer envejecido y cansado. No, esto no son lagrimas, es que se me ha metido algo en el ojo.

El mejor punto final posible. El profesor Farnsworth inventa un aparato de bolsillo capaz de conseguir que el universo retroceda 10 segundos, algo que Fry no duda en utilizar para agasajar a Leela sin miedo al error. Sin embargo, el dispositivo acaba destruido por accidente y el mundo queda paralizado a excepción de los dos protagonistas, obligados a partir de ese momento a estar solos para siempre. Las cataratas del Niágara están congeladas, los copos de nieve quedan flotando sin poder caer y también los amigos de ambos, que asisten a su boda sin ni siquiera poder pestañear.

Mientras tanto plantea dos formas de valorar el tiempo: la fugacidad de los 10 segundos y la eternidad. Lo frenético frente a lo estático. Y las dos opciones tiene sus problemas: lo primero es insuficiente, y refleja el temor de Fry a acabar solo, pero lo segundo también asusta porque no hay mayor miedo que el de acabar acompañado toda una vida por la persona equivocada. Al final del capítulo, con la pareja ya anciana, aparece Farnsworth para poner solución al bloqueo y volver justo al momento antes de crear su botón temporal. Con una condición: la pareja no recordará nada de lo que pasaron juntos.

“¿Qué dices, quieres repetirlo?”, pregunta Fry a Leela antes de retroceder a cuando no estaban enamorados (o no tanto). Quizá los acontecimientos no sean los mismos, pero el resultado compensa: es una segunda oportunidad para vivir junto a quien aprecias y sin trampas temporales.

Tras viajar accidentalmente al futuro, Philip J. Fry está en disposición de cumplir uno de sus grandes sueños: viajar a la Luna. Sin embargo, la experiencia no resulta tan satisfactoria como piensa, pues los ciudadanos del año 3000 están tan acostumbrados a viajar a la Luna que la han convertido en un parque de atracciones.

Aun así, Fry no ceja en su empeño de conducir entre cráteres y vivir hazañas como las que vivieron en su día los astronautas a los que tanto admiraba en su niñez. Algo que acaba consiguiendo tras insistir una y otra vez a Leela, aunque por el camino se encuentran no pocos peligros para regresar con vida a Nueva Nueva York.

A modo de anécdota, cabe señalar que La serie ha aterrizado, el segundo episodio de Futurama, es el primero, a su vez, que nos presenta a Hermes Conrad, Amy Wong y el doctor Zoidberg. Pero, sobre todo, es el episodio que cuenta con dos de los greatest hits de Futurama: “Pues ahora pienso montar mi propio parque de atracciones, con casinos...¡ Y furcias! Es más, paso del parque”, a cargo de Bender, y la canción “Somos balleneros, llevamos arpones, mas como en la Luna no hay ballenas, cantamos canciones”, que todo fan de Futurama ha cantado en más de una ocasión.

Con el objetivo de poner fin a su mala suerte, Fry se adentra en las ruinas de Vieja Nueva York en busca de su trébol de siete hojas. Ese que tanta suerte le dio cuando era adolescente y que escondió junto a la banda sonora de El Club de los cinco para que Yancy, su hermano mayor y con el que mantenía una gran rivalidad, no lo encontrara.

A través de flashbacks, el capítulo nos cuenta cómo fue la difícil relación entre ambos, marcada por las constantes apropiaciones que Yancy hacía de las ideas y los méritos de Fry. De hecho, cuando nuestro protagonista descubre que Vieja Nueva York levantó una estatua en honor al astronauta Philip J. Fry por ser el primer hombre que pisó Marte, lo primero que piensa es que su hermano le copió hasta el nombre una vez él viajó accidentalmente al futuro.

Sin embargo, La suerte del frylandés nos guarda una emotiva sorpresa para el final, pues ese Philip J. Fry de la estatua es, en realidad, el hijo de Yancy, que entregó el trébol y bautizó a su vástago con el nombre de su hermano pequeño, “a quien añoro todos los días”.

Uno de los mejores exponentes del nivel de la sátira en Futurama sea el desopilante Amazonas con ganas, una aventura espacial en torno a la guerra de sexos que sirve como apertura de la tercera temporada. La trama sigue a Zapp, Leela, Amy y Kif, que acaban extraviados tras una desastrosa doble cita en Amazonia, un planeta dominado por mujeres y ordenado por una inteligencia artificial, la Mujerador.

La cosa se complica cuando entran en escena, al “rescate”, Fry y Bender, que al igual que los otros dos varones del grupo caen prisioneros de las amazonas. El castigo para estos, que insisten en ridiculizar las actitudes femeninas (salvo Kif, que solo trataba de aparentar una imagen de hombría que le había recomendado Zapp) es la ejecución sumarísima. Aunque una muy particular: la “Muerte por kiki”, una idea que no termina de desagradar del todo a los ajusticiados.

Nominado en su día al premio Emmy, ya el título del episodio remite a otras estrategias que beben de conceptos desarrollados por la ciencia ficción estadounidense de los años cincuenta, como la comedia colectiva Amazonas en la luna, si bien el planteamiento puede estar más próximo a la relectura feminista de El ataque de la mujer de 50 pies que planteó Christopher Guest en su remake televisivo de 1993, con Daryl Hannah como protagonista.

Para quien no se haya acercado a Futurama, y dejando de lado otras entregas más sufridas como las comentadas en este artículo, Amazonas con ganas deja, desde luego, con ganas a cualquier espectador de seguir sometiéndose al régimen de risas de la serie: el timing de los chistes es elevadísimo y su puntería, altamente satisfactoria. Sobre el otro régimen, el de los kikis, lo dejamos al gusto de cada cual.

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