Con el sorteo de la Lotería de Navidad marcado en rojo un año más como la cita de la ilusión, las cámaras de El Intermedio se volvieron a desplazar este martes a un barrio rico y otro obrero de Madrid para descubrir, de la mano de Thais Villas, si la clase social influye a la hora de afrontar el evento más esperado del 22 de diciembre.
La periodista de laSexta entrevistó a tres vecinos de un barrio privilegiado de la capital, a los que preguntó sobre cuestiones como el dinero que invierten en décimos, qué harían si les tocara El Gordo, o si han recibido alguna vez algún gran premio monetario.
Una de las elegidas por el equipo de El Intermedio contó a cámara que este año ha invertido “unos 200 euros” en la Lotería de Navidad. Y aunque ya le tocó una vez un quinto premio de El Niño, con el que se compró “un reloj bueno” y organizó “un viaje maravilloso”, ahora tiene claro en qué gastaría los 400.000 euros del primer premio: “Me compraría una casa. Vivo en propiedad y tengo una segunda residencia en el sur. Me gustaría comprarme una casita pequeñita por el norte”, confesó.
Un joven entrevistado en un barrio rico contó a Thais Villas que hace un tiempo le tocaron 1.700 euros de la ONCE, pero que ahora no juega a la Lotería porque “el dinero no me hace feliz”. “He tenido una época en la que mi padre me daba 30.000 euros al mes, y la felicidad no es el dinero. He conocido gente muy corrupta y gente que solo me ha querido por el interés”, expresó ante las cámaras de laSexta.
La tercera vecina que charló con la periodista también confesó haber ganado la Lotería en el pasado. “Me llevé 4 millones de pesetas hace años y me fui de viaje con todos mis hijos a Egipto”, contó. Y aunque antes “gastaba 2.000 o 3.000 euros en décimos”, dice que ahora no tiene interés en el sorteo de Navidad pero sí en el de la ONCE “porque ayuda a los discapacitados y prefiero ayudar a la ONCE que al Gobierno”.
Los testimonios del barrio obrero
En el mismo reportaje, Villas también charló con dos vecinos de un barrio obrero de Madrid, quienes confesaron tener otras necesidades. Una de las entrevistadas contó que este año ha comprado cinco décimos, menos de los que habitúa. “Ahora se gana menos y no se puede gastar tanto”, explicó. Una vez ganó 11 o 12 euros en la Primitiva, y dijo que si ahora le tocara El Gordo, “viviría sin preocuparme de ir haciendo cuentas. Iría al teatro o al cine sin mirar la libreta”.
El último ciudadano entrevistado fue un hombre parado que ha decidido no jugar este año a la Lotería porque los 450 euros que ingresa al mes no le dan. “Prefiero comerme unas lentejas que gastarme dinero en la Lotería”, contó. El vecino desveló que hace años le tocaron 750 euros en la Quiniela que invirtió en ropa y en el dentista, y que a día de hoy “400.000 euros me cambiarían la vida radicalmente. Viviría mejor de lo que vivo. En vez de ir andando a mi casa me cogería el autobús o un taxi”, sentenció.
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