Crítica
'Des', un true crime ejemplar que eleva su nivel gracias a un hipnótico David Tennant
Si buscas “fascinación por los asesinos en serie” en Google aparecen alrededor de 1,4 millones de resultados diferentes. 1,4 millones más de los que cabría esperar de una búsqueda tan aparentemente incongruente. ¿O acaso tiene sentido sentir fascinación por un asesino en serie? Por extraño que parezca, la realidad lleva mucho tiempo diciéndonos que sí, que al público le fascinan las historias protagonizadas por asesinos en serie. De ahí la actual fiebre por el true crime tanto en el podcasting como en la televisión, donde las producciones se suceden una tras otra sin que sus consumidores den síntoma alguno de agotamiento.
El último true crime en llegar a nuestro país (vía Starzplay) tiene por nombre Des y se centra en la historia real de Dennis Nielsen, un funcionario público que saltó a los medios británicos a principios de los 80 por reconocer que había matado a 15 personas entre 1978 y 1983, año en el que fue detenido tras encontrarse restos humanos en las cañerías de su vivienda. En ese periodo de actividad, el modus operandi que siguió siempre fue el mismo: dar cobijo a vagabundos, drogadictos y homosexuales para después ahogarlos y estrangularlos en su casa, donde una vez muertos les quitaba la ropa para incurrir en la necrofilia o ponerse a ver la televisión mientras el cadáver yacía en otra parte de la habitación.
La historia de Nielsen dejó completamente conmocionada a Inglaterra, que este año la ha revivido en el canal ITV a través de esta miniserie de tres capítulos basada en el libro Killing for Company de Brian Masters, que lo escribió después de numerosas conversaciones con su protagonista, interpretado en esta adaptación televisiva por David Tennant. El prolífico actor de Broadchurch, Doctor Who, Jessica Jones, Good Omens y otras muchas series ofrece aquí una actuación impecable en la piel de este hombre aparentemente cotidiano y aburrido que, sin embargo, puso en jaque a la policía londinense a través de los misterios sobre los que pivota la serie. Porque sí, Nielsen fue sorprendentemente colaborativo al principio y reconoció de inmediato que había acabado con la vida de esas 15 personas, pero ni dio el nombre de la mayoría de ellas ni dejó pistas que facilitaran su identificación. Tampoco pruebas que demostraran que él había cometido esos crímenes de forma intencionada y no por algún tipo de problema mental, siendo este el debate sobre el que giró el juicio al que acabó enfrentándose.
'Des' funciona mejor cuanto más apuesta por su protagonista
Hasta llegar a su consiguiente resolución, los tres episodios de Des se estructuran bajo el esquema clásico de planteamiento, nudo y desenlace con un primer capítulo que funciona a modo de presentación, un segundo más centrado en la investigación policial y un tercero construido en torno al susodicho juicio. Cabe subrayar, al hilo de la fascinación comentada al principio de esta crítica por los asesinos en serie, que el segundo episodio es el menos atractivo de los tres por ser precisamente el que menos protagonismo concede a Nielsen. Es decir: Des funciona mejor cuanto más espacio da a su verborreico protagonista, cuya sola presencia eleva el resultado final gracias a sus intrigantes intervenciones y al consiguiente lucimiento de Tennant.
Esto no quiere decir, sin embargo, que este segundo capítulo no merezca ser tenido en consideración, pues es precisamente el que más se preocupa por llevar la serie un paso más allá de su personaje principal. Porque Des no es solo la historia de Dennis Nielsen, sino también la del fracaso de un sistema que no se preocupaba entonces, y tampoco parece que lo haga ahora, por recuperar a aquellos que caen en el olvido aun estando entre nosotros. Esos vagabundos, drogadictos y homosexuales –hablamos de la Inglaterra de 1983- a los que este asesino en serie arrebató la vida sin que casi nadie los echara en falta y a los que las autoridades representadas en esta versión televisiva ven como números y gastos de dinero que no se pueden prolongar mucho en el tiempo.
Es justo en este punto donde la figura de Peter Jay (Daniel Mays), el inspector al frente del caso, emerge con mayor fuerza al ser el más preocupado por identificar a las víctimas dada su fuerte convicción del deber. No tanto con el compromiso con sus superiores como con las víctimas y sus allegados, que merecen que se haga justicia por los actos de Nilsen.
Una serie de atrocidades que Des rehúsa mostrar en pantalla, pues la producción escrita por Luke Neal y Kelly Jones lo fía todo a los diálogos y al contraste entre la frialdad que aparenta Nielsen y lo macabro de sus acciones para golpear emocionalmente al espectador. En este sentido, las charlas que el propio Nielsen mantiene con Masters (Jason Watkins) ayudan a reforzar esa atracción que despierta su protagonista y sobre la que Des se apoya para construir un true crime cuidado, solvente y, sí, también fascinante. Ahí va un resultado más, Google.
*Los tres episodios de Des están disponibles desde este domingo 29 de noviembre en Starzplay.