En todas la ediciones de Supervivientes hay una entrega en la que los concursantes se reencuentran con sus familiares.
El equipo los separaba del resto y les hacía atravesar puertas, o pasar por pruebas que finalmente les llevaban al ser querido que les había ido a visitar.
Pero las condiciones de confinamiento por las que está pasando el mundo en la actualidad, han imposibilitado que este año (por el momento) nadie pueda viajar a Honduras para abrazarles.
Por ello, cuando el programa les había preparado la sorpresa de reencontrar a Albert Barranco, Rocío Flores, Elena, Avilés y Ferre con los desvalidos, Yiya, Hugo, Nyno, Ivana, Pavón y Ana María Aldón, los primeros se llevaban una decepción al ver a los que creían expulsados, y no a su familia.
Incluso Rocío sufrió una crisis de ansiedad, amenazando con abandonar:
Los reencuentros más agradables
Ferre se llevó una de las sorpresas más positivas al abrir la puerta y reencontrarse con Nyno, “mi hermano”.
Ambos se abrazaron efusivamente y hasta emocionaron. Aunque el desterrado le tenía guardada una broma: “Me han dicho que venga para contarte que tu novia se ha enamorado de otro y que te deja”. Ferre no se lo creyó y el compañero al final confesó la mentira.
Otro de los momentos tiernos los protagonizaron Avilés y Nyno que, aunque habían mantenido una relación de tensión, el desterrado la supo llevar con otra broma que le tenía preparada: “Estoy aquí para decirte que estoy enamorado de ti y solo espero que me des una oportunidad de amor”, dijo arrodillado.
Avilés notó su tono cómico y aceptó la bandera blanca pero no amorosa, sino la amistosa.
También Jorge se reencontró con Hugo y Barranco con Yiya. Aunque no fue un momento ni tierno ni emotivo, tampoco tuvieron cuentas pendientes que resolver, por lo que llevaron la cita con tranquilidad.
En cambio, el momento en el que Fani descubrió que Ivana seguía en el concurso no fue precisamente amistoso ya que la palabra “falsa” fue la más repetida del momento.
La emoción de Elena al volver a ver a Hugo e Ivana
El de Hugo y Elena era uno de los reencuentros más esperados por todo el pasado que les une y los últimos rifirrafes que habían tenido antes de que él saliera eliminado.
Pero lejos de reflejar enemistad al verse, ambos se abrazaron con cariño y ella se emocionó. Cuando él se marchó, Elena confesó sentirse triste porque para ella era “su ganador”, pero ahora también admitía sentir algo de “resquemor por todo lo que pasó con mi hija”.
Solucionaron malentendidos que habían compartido en la isla y acabaron con otro abrazo. Segundos después, Elena abría otra puerta en la que se encontraba con Ivana: otra buena recepción.
Las dos se alegraron de verse y de seguir concursando.
Crisis de ansiedad al volver a ver a Yiya
Rocío fue la última en llegar a la playa y al conectar con Sobera se derrumbaba: “Estoy nerviosa por lo que puede pasar. Por si voy a ver a algún familiar”, confesaba.
Pero nada más lejos de la realidad. Al abrir la puerta se encontró con Yiya que no dudó en acribillarle a pullas: “Veo que comes bien, que te comes lo de otros. Aunque vengo en son de paz. Me han traído para darnos una noche de amor juntas. Me han dicho que te enseñe a no mentir ni robar”.
Rocío se quedaba helada y seguía escuchando a la que fuera su peor compañera de convivencia: “También quiero decirte que los minutos de gloria no los dabas tú porque sigo aquí desde que me fui”.
La nieta de Rocío Jurado se giró y dando la espalda a Yiya habló con la cámara: “Nunca he robado nada a nadie, ni me he comido nada de nadie. Los buenos modales los tengo desde el minuto cero pero no voy a dirigirle la palabra a la persona que más daño me ha hecho aquí”.
El propio presentador señaló el comportamiento de Yiya: “Estás siendo un poco dura, has venido con demasiadas ganas”.
Segundos después, pidieron a Rocío que abriera la puerta siguiente y allí se topó con Ana María Aldón a la que abrazó y se permitió derrumbarse.
Tras la publicidad, Lara Álvarez explicó que Rocío había tenido una “pequeña crisis” y que había hablado de abandonar, pero se lo había pensado y prefería seguir: “Dije que venía a superar obstáculos y este ha sido uno más”, aclaró la concursante.
Más duración del concurso
Aunque aún no hay unificación de los desterrados y los mortales, lo que sí significa esto es que en breve volverán a ser 13 los concursantes que lucharán por ganar el reality.
De forma que, las cuentas de Avilés sobre que solo faltaban 3 semanas de concurso son totalmente erróneas y aún podría alargarse hasta dos meses más.