Movistar+ ha terminado de rodar este martes en Madrid su “serie más internacional” hasta el momento: la adaptación de la novela Dime quién soy, protagonizada por la joven actriz Irene Escolar. La autora del libro, Julia Navarro, dice haber sido “muy exigente” con el guión, y ha apuntado que el resultado final “no podía haber quedado mejor”.
Navarro no había permitido, hasta ahora, la adaptación de ninguna de sus novelas. Su mayor preocupación, según ha indicado, es que sus lectores se “decepcionaran” con el producto televisivo. Sin embargo, la insistencia de José Manuel Lorenzo, productor de la serie, le hizo cambiar de idea. “Quería al libro y al personaje protagonista más que yo”, ha bromeado.
A cambio del permiso de adaptación, Navarro se ha mostrado “muy exigente” en todo el proceso creativo. “Tienes miedo a que tu novela se vaya quedando en el camino”, ha indicado la autora, que, finalmente, ha salido emocionada del fin de rodaje. “He visto algunas escenas y he llorado”, ha apuntado, para añadir que también se le han saltado las lágrimas al despedir, este martes, a Irene Escolar.
La actriz es la responsable de llevar a la pantalla a Amelia, una mujer cuya vida le lleva a vivir algunos de los acontecimientos históricos más importantes del siglo XX. “Sólo la quería a ella para interpretar a la protagonista”, ha explicado la autora.
El “tránsito” por la vida de Amelia
Esto ha generado “presión” a Escolar, según ha confesado. Aún así, ha asegurado que la experiencia ha sido “profundamente emocionante” y que éste va a ser uno de los personajes que más le marquen en su carrera, pues sale en el 95% de los planos de la serie. “Es uno de los pocos personajes femeninos que ha tenido esta suerte”, indica.
Sobre su trabajo, destaca la dificultad que ha supuesto dejar su vida a un lado para “transitar” por la de otra persona, y es que Escolar interpreta a la protagonista desde los 18 hasta los 82 años. Para la etapa de la vejez, pidió que la interpretara su tía Julia Gutiérrez Caba, pero el equipo prefirió contar sólo con una actriz, así que ha tenido que someterse a sesiones de maquillaje de hasta cinco horas y ha tenido que esforzarse más “en envejecer la mirada y la voz”.
También ha destacado de este proyecto su internacionalidad. Ha tenido que interpretar en español, inglés, ruso y alemán. Este último, ha explicado, es el que más le ha costado. Y también ha compartido escena con colegas rusos, húngaros, alemanes o italianos. “Tienen diferentes maneras de encarar la interpretación”, ha indicado, antes de señalar lo “enriquecedor” que ha sido para ella esta experiencia. “Al final, cada país tiene su método y su escuela, y yo he podido compartirlo con otros”.
Uno de ellos es su compañero de reparto Pierre Kiwitt, que interpreta a uno de sus amantes, un médico alemán llamado Max, y que también envejece con ella en la pantalla. Kiwitt, de origen germano, está acostumbrado ha hacer de nazi en la pantalla, un rol que, según ha indicado, le gusta interpretar porque cree que repetir lo ocurrido en esa época en su país es una “forma de conseguir que la historia no se repita”.
Una historia “potente” y un producto de “gran nivel”
Sobre el resultado final de este proyecto, que contará con nueve capítulo de unos 50 minutos, se ha referido el director del mismo, Eduard Cortés, que ha calificado la serie como de “gran nivel”, a pesar de que el rodaje, tal y como confiesa, ha sido “complicado y exigente”. Su intento, según ha indicado, era “no caer en los tópicos” que se tienen hacia ciertos personajes o momentos de la historia, y buscar, principalmente, la “verdad” en las interpretaciones.
A su juicio, esta calidad se ha conseguido gracias a la “historia tan potente” que se cuenta y al trabajo de todo el equipo, con el que han estado trabajando casi un año completo durante cada día. “Por eso el final de este rodaje ha sido más doloroso”, ha indicado. Especialmente la despedida de Escolar que, como ha explicado, ha estado presente todos los días en los que se ha trabajado.
El productor, José Menuel Lorenzo, ha celebrado también el producto final conseguido y, sobre todo, el beneplácito de Julia Navarro. Esto último, explica, lo han conseguido gracias al “respeto” que se ha tenido a los personajes creados por la periodista. “Acabo el proyecto más feliz que cuando lo empecé”, ha concluido.