La cuarta entrega de La isla de las tentaciones 6 mostró unas imágenes en las que uno de los novios rezaba por la mañana, pidiendo a Dios que le protegiera a él y a su chica. Y por el momento así lo ha hecho, pero se ha olvidado del resto.
La pareja de Álex y Marina ya han sido infieles mutuamente. David también ha caído en la tentación y sus imágenes han protagonizado uno de los mayores desgarros que se recuerdan en el formato.
Mientras que el resto vive con el miedo en el cuerpo pero aún no ha pasado nada terrible. Exceptuando que una de las parejas ha desaparecido, al menos, frente a los ojos del espectador.
David se convierte en el “peor novio” de Elena
Si la entrega anterior acabó con David y María desatando su pasión bajo las sábanas, en la entrega de este lunes él desvelaba que no hubo tanta como parecía: “María me ha tocao, yo le he tocao... es que teníamos una tensión. Así se ha quedado la cosa”, decía a cámara entre risas.
Y aunque al día siguiente se derrumbaba al pensar en cómo se lo iba a tomar Elena, horas después volvía a la cama con María y acababa lo que no había culminado: “Se tenía que liar y se ha liado”, era su análisis a posteriori.
Álex y Marina pasan todos los límites que se marcaron
Por su lado, Álex y Marina continuaron estallando luces de la tentación. Él disfrutaba de una cita con Yaiza, de la que decía que tenía todo lo que desea en una mujer. Le permitía dormir con él pero “tranquilos”, y se paseaban de la mano cual confirmación de su noviazgo.
Mientras Marina también probaba el primer beso con Manuel, tras un calentón en la piscina. Eso sí, minutos después ella le transmitía su arrepentimiento al pensar en cómo le llegarían esas imágenes a Álex. Y la joven acababa llorando. Unas lágrimas que provocaban las del tentador, que se sentía mal por verla así.
Crece la complicidad entre Adrián, Naomi y sus tentadores
La amistad entre Adrián y Keyla continuó creciendo, y su complicidad es evidente. En la cita él le dijo que “podía ser la mujer más especial del mundo”.
Mientras la tensión sexual entre Naomi y Napoli también seguía multiplicándose. Ella le confesaba que era su única tentación en la villa, le dejó que le masajeara la espalda y en la piscina él le besó todo el cuerpo. Hasta que llegó a la boca y le robó un beso. Ella se marchó indignada: “Tenemos un relación de amor-odio porque siempre quiere más”, decía ella.
Laura y Alejandro aguantan como unos campeones
Laura valoraba las palabras de Saúl sobre su conexión con ella. Mientras, Alejandro lamentaba ante las tentadoras ser el único “superviviente” de todos, refiriéndose a que no iba a caer. Sin embargo, hizo saltar su luz de la tentación al estar con las piernas entrelazadas con su tentadora en la piscina.
Como curiosidad, Alejandro se levantó por la mañana y se puso a rezar. Primera vez en la historia del reality que un concursante lo hacía. Agradecía a Dios por su familia, y pedía que le protegiera a Laura y a él.
¿Dónde están Manuel y Lydia?
Manuel y Lydia continuaron siendo la pareja desaparecida de la edición. Pocos recuerdan sus nombres, sobre todo el de ella. Él hace algún mérito por lograr protagonismo al acercarse a Miriam (la tentadora VIP) y prometerle que la visitará en Barcelona.
La hoguera de los chicos provocó el desgarro de Adrián
De camino a su segunda hoguera (aunque ya pareciera la décima), Adrián se derrumbaba en el coche por los nervios de lo que podía ver. Álex apostaba por el rictus que le sirve para transmitir cualquier emoción y el resto se dejaba fluir como el agua. Frente a Barneda todos confesaban esperar lo peor.
Álex fue el primero en romper el hielo de la noche, sin querer ser hipócrita porque él también ha superado los límites, pero si ella lo hacía le “rompería el corazón”. Efectivamente: ella se había saltado menos límites que él pero él encontraba una excusa para lanzarla a los caballos: “Lo suyo solo es un calentón. Yaiza y yo tenemos conexión mental, va más allá de lo físico”. Y aún puso más toques de humor cuando añadió: “Me da pena por lo que teníamos pero tengo que ser egoísta, quitarme la obsesión de que Marina es mi futuro y pensar en mí”... porque hasta entonces había estado pensando en ella, le faltó decir.
Turno de David que no podía evitar las lágrimas al escuchar que no había imágenes de Elena para él. “Seguro que está fatal por mi culpa. Te juro que no quería hacerle daño. Soy muy mal novio, ya le han fallado una vez y ahora también yo. Quiero a Elena pero también me gusta María, me va a explotar la cabeza”, lamentaba.
El siguiente era Manuel, que se decepcionaba al ver las “confianzas que se tomaba Lydia” con Miguel, al bailar y dejarse chupar las extremidades: “La quiero más que a mi vida entera, más que su madre y es hija única. Una cosa es jugar y otra lo que estoy viendo. Está totalmente desatada. Vine sin dudar que iba a salir con ella pero es que ya...”, lamentaba.
Adrián volvió a desesperarse al escuchar que había imágenes de Naomi para él. Lo aceptó y abrió bien los ojos. En ellas la vio pasándose el hielo con el italiano, masajeándola, confesando que le gustaría liarse con él y haciéndolo finalmente: “Me estoy mareando, madre mía. Se me ha caído el mundo, Sandra. Me duele, me duele. He visto mucha complicidad. No me merezco esto”, decía desesperado.
El último en ver a su novia fue Alejandro que la vio hablando con Saúl en diferentes ocasiones pero le provocaba risa: “Es que Laura pasa de su culo, pero confío en ella 100%. No veo la conexión que tuvo conmigo. Si salgo de aquí me caso con ella, no quiero otra mujer en mi vida”.
Pero antes de marcharse, Barneda les propuso poner el collar del veto a algún soltero para abandonar la villa durante un día. Inexplicablemente se lo pusieron a Miguel, el tentador de Lydia. Que hasta ahora pocos sabíamos cómo se llamaba.
Una hoguera de las chicas de mal en peor
Marina era la primera en ver, justamente, las imágenes que se olía de Álex con Yaiza: besándose, acariciándose, bailando y durmiendo juntos. Ella se quedaba sin habla: “Estoy rota. Me produce asco. Me parece un sinvergüenza. Me ha dolido muchísimo verlo porque no es lo mismo imaginarlo que verlo. Me parece muy fuerte que en tres días se le haya olvidado. Él estaba deseando que llegara este momento”. Y sentenciaba con lo mismo que Álex: “No es lo mismo que he hecho yo porque yo tengo conexión real con Manu”.
Le siguió Laura que se mostraba “preocupada” por ver a Alejandro más interesado por Irene. Se enfadó por escucharle decir que podría tener una relación con la tentadora: “No estamos al mismo nivel, yo nunca he dicho que podría ser mi novio Saúl, ¿de verdad él siente eso? Como siga así me va a perder. Yo estoy haciendo las cosas bien”, lamentó.
Turno de Naomi que había perdido todo su “positivismo” al ver lo que ya había hecho Álex. Efectivamente, “flipó” al escuchar a Adrián decir “te amo” a Keyla y que era “el amor de su vida”, llorar al describirla, hablar de conexión pura y... “me está dando entre risa y lástima. Me esperaba verlo guarrón y se ha enamorado en una semana. Ponía la mano en el fuego de que eso no podía pasar. Pues que le vaya bien”, decía sin salir de su asombro.
Pero el peor momento llegó con Elena, que llevaba toda la noche respirando profundamente, viendo de refilón a David con María y esperando lo peor. Y así fue. Comprobó cómo David se metía en la cama con María, se besaban, acostaban y ella se desgarraba. “Me voy de aquí, no quiero saber nada más, no me lo esperaba. David, tío, me dijiste que me querías”, gritaba mientras se marchaba de la hoguera y se tiraba al suelo desesperada.