Las noches televisivas viven más “pesadillas” a partir de esta semana. Y muy diferentes en prácticamente todos los sentidos, porque al desarrollo de Pesadilla en El Paraíso en Telecinco se le suma ahora el regreso de Pesadilla en la cocina en laSexta. Dos formatos tan distintos como su papel en las cadenas, y que sólo se parecen en el nombre.
El reality conducido por Carlos Sobera y Lara Álvarez emite este miércoles otra gala en la cadena de Mediaset. Ha sido la nueva apuesta del grupo para este género que es vital para sus aspiraciones, ya que no solo ocupa varias de sus noches semanales, sino que también tiene la misión de retroalimentar de contenidos al resto de programas diarios de la cadena. Con esa importancia se anunció su adquisición en junio, y como en Supervivientes se fue produciendo el “goteo” de concursantes.
La apuesta de Telecinco por Pesadilla en El Paraíso era tan clara que al fin se dio a Lara Álvarez el papel de presentadora principal que el público reclamaba, y se convirtió en el primer ejemplo de la confianza del grupo por los realities grabados. Pero apenas un día antes del estreno, todo cambió, con directos y la incorporación de Carlos Sobera inaugurando un carrusel de cambios, modificaciones y movimientos que desnaturalizaron cómo se había planteado el formato.
Las audiencias no acompañaron desde el principio, y tanta variación no ha ayudado. Si el objetivo de Telecinco era lograr un nuevo formato que entrase en su rotación de realities con Supervivientes y La isla de las tentaciones (a la que tuvieron que recurrir de forma anticipada), y convertirlo un posible sustituto de Gran Hermano, la realidad es que por audiencias y repercusión ha acabado más próximo a otros como Secret Story o La casa fuerte.
Esos dos ejemplos no son al azar. Tanto Secret Story como La casa fuerte tuvieron dos ediciones. No porque funcionasen especialmente bien, sino porque Mediaset tiró de ellos para poder completar su parrilla. En el caso de Pesadilla en El Paraíso, como adelantó verTele, despedirá su actual edición en diciembre, y volverá a ser el reality con el que Telecinco abrirá 2023, con una renovada edición por parejas que arrancará en enero.
Antes, cuando Mediaset renovaba uno de sus realities se entendía la decisión como una garantía de éxito, y una muestra de confianza en un formato vital para su parrilla. Ahora, Pesadilla en El Paraíso se suma a esa lista de formatos renovados más para terminar de configurar su programación, en su caso a la espera de Supervivientes. Pero ni se ha ganado un sitio entre los programas más emblemáticos de Telecinco, ni tan siquiera cuenta con la aprobación mayoritaria de los más fanáticos de la cadena y el género.
'Pesadilla en la cocina', la historia al revés
Justo lo contrario sucede con Pesadilla en la cocina, que este jueves estrena su octava temporada en laSexta y al que le va como anillo al dedo la etiqueta de “emblemático”. Al hablar de la cadena de Atresmedia la mente apela a su apuesta por la actualidad diaria sea informativa (Al Rojo Vivo, Más Vale Tarde), de entretenimiento (Aruser@s, Zapeando), o con mezcla (El Intermedio). Incluso al pensar en formatos semanales, se asocia a Salvados, El Objetivo, Lo de Évole o laSexta Noche (ahora laSexta XPlica).
En ese mar de actualidad e información, emerge casi en solitario Pesadilla en la cocina como formato de entretenimiento semanal. Y su protagonista Alberto Chicote, que se convirtió en el personaje televisivo revelación allá por el 2012, cuando se estrenó el formato. Su meteórica fama y reconocimiento televisivo fue similar al que ya había tenido poco antes Jesús Calleja, y al que más tarde protagonizó Lorenzo Caprile, convirtiéndose en tres de los personajes televisivos más respetados y queridos.
El éxito de Chicote se ha traducido en que sea cabeza de cartel de otras apuestas de Atresmedia (Top Chef, sus especiales sobre alimentos, ¿Te lo vas a comer?, Auténticos, Fuera del mapa y sobre todo las Campanadas de Antena 3). Y el éxito de Pesadilla en la cocina ha supuesto que alcance una octava temporada, con audiencias siempre superiores a la media de laSexta, y que en esta ocasión sea promocionada con gran expectación tras más de dos años y medio sin emitirse por culpa de la pandemia.
En definitiva, y en conjunto, Pesadilla en la cocina es uno de los buques insignia de laSexta, un formato reconocible y apreciado por sus espectadores que garantiza un seguimiento superior al habitual para la cadena, y que cuenta con un rosto, el de Alberto Chicote, que se ha convertido en uno de los más ligados al grupo Atresmedia.
Pesadilla en El Paraíso y Pesadilla en la cocina coinciden desde esta semana en la parrilla. Y por cierto: si alguna vez cualquiera de los redactores de verTele, y en general de un medio televisivo, nos confundimos al poner Pesadilla en la cocina cuando deberíamos escribir Pesadilla en El Paraíso, o viceversa, perdonadnos por favor. Lo de que el día de un periodista televisivo tenga unas 144 horas, tantas como cadenas generalistas y plataformas emiten continuamente, se nos hace bola. Pero como diría Joan Laporta, no estamos tan mal.
Lo que está claro es que las “pesadillas” se extienden en las noches televisivas, pero con dos formatos tan diferentes entre ellos como el papel que representan para sus cadenas, respetando sus distintos niveles de exigencia e inversión.