“Por desgracia, hay mucho cabronazo por ahí en la vida, por hablar mal y dejarlo claro”. Así de contundente es Elena Rivera al condenar la realidad que ha sentido en sus carnes en Alba, la nueva serie que Atresplayer Premium ha estrenado este domingo 28 de marzo (y que ya hemos podido ver), cuyo punto de partida es la violación múltiple a la que es sometida su personaje.
“No puedo ni imaginar el horror real de esto”, compartió en redes sociales el día de su grabación y, siete meses después, sigue recordando el respeto, la profesionalidad y la violencia que padecieron aquella jornada, tanto ella como el resto del equipo. La actriz es el sostén de la ficción que adapta el fenómeno turco Fatmagül. “Si cuesta verlo, habremos conseguido lo que se pretendía”, sostiene.
Rivera lanza Alba en un momento prolífico dentro de su carrera. Hace unos meses veía la luz Inés del alma mía en Amazon y RTVE, y tiene pendiente de estreno Los herederos de la tierra en Netflix. La intérprete amplía así una estela que inició en 2005, encarnando a la querida Karina en Cuéntame cómo pasó. Una serie en la que participó trece años y de la que decidió despedirse en 2018. Eso sí, su debut televisivo ocurrió mucho antes, en Menudas estrellas, donde se alzó finalista en 1999 imitando a Paloma San Basilio.
'Alba' arranca muy potente, contando el antes y el después de una violación grupal. ¿Esa violación va a marcar la trama a lo largo de toda la serie?
El punto inicial es ese. Cuando ocurre esto es cuando se lanza la bomba y surge el calvario que luego va a tener que vivir Alba. Desde intentar buscar justicia hasta demostrar incluso, en muchos casos, que lo que ha ocurrido, que esta violación ha sido así y ella no es culpable. Es víctima. Va a tener que vivir el proceso de sentir que la están señalando, ese “algo habrás hecho para que esto te haya pasado”. Va a ser complicado vivirlo con ella.
Otro punto clave es ese cuarto miembro de la violación múltiple que, cuando piensa que esto es lo peor que le ha podido ocurrir, es casi el comienzo. Descubrir que tiene al enemigo en casa. Se cuenta también la corrupción de familia tan poderosa de los Entrerríos. Hay muchas subtramas alrededor que, aunque en el punto inicial todo gire en torno a la violación, si es cierto que habrá otro tipo de luces y sombras en los personajes que pueden llegar a enganchar mucho.
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¿En algún momento te ha dado miedo que se banalice la gravedad de la violación por el hecho de que la historia se vaya a mover por otros derroteros?
Desde que leí los capítulos pensé que el punto fuerte de Alba es justo eso, que no es pretenciosa. Dentro de que hay otras subtramas, que incluso muchas no tienen nada que ver con la violación, lo que ocurre como tal no pretende teorizar ni dar lecciones. El punto clave es que, cuando el espectador vea la serie, casi sin darse cuenta, sí le estamos mostrando un mensaje por debajo de que esto ocurre y es una realidad que está a la orden del día. No hace falta contarlo con frases tipo eslóganes, aquí se muestra una realidad que es innegable.
Hay muchas chicas que en nuestro país y fuera son abusadas, acusadas o simplemente tienen miedo cuando vuelven a casa solas por si les pasa algo. Todo esto va a estar, casi de una manera inconsciente. Me gusta que haya otras tramas que, sin tener mucho que ver, no hacen que deje de estar por debajo el mensaje que se intenta lanzar, el que te haga pensar en lo que está ocurriendo en nuestra sociedad.
"Mostramos una realidad que es innegable. Muchas chicas son abusadas, acusadas o simplemente tienen miedo cuando vuelven a casa solas"
La serie va a llegar también en un momento de pandemia, en el que no salimos de fiesta, no hay esas “vueltas a casa” de madrugada solas, ¿crees que cuando volvamos a poder hacerlo... habrá cambiado algo en este sentido?¿Serán las calles más seguras para nosotras?
Ojalá. Lo he visto por ejemplo con la serie. Intentamos reflejar la sociedad en la que se vive. Por desgracia, por mucho que digamos “a ver si esto cambia y no tenemos miedo a volver”, los peligros están, las desigualdades existen y si todavía hay que celebrar el 8M, por algo será. No todo el mundo está mentalizado de la igualdad que tiene que haber entre hombres y mujeres. Por desgracia, hay mucho cabronazo por ahí en la vida, por hablar mal y dejarlo claro.
La maldad en el mundo está todavía ahí, y esos miedos e inseguridades de que no te pase nada, ojalá nunca existan, pero creo que de un día para otro no se puede cambiar. Soy la primera que también lo vivo cuando voy con mis amigas y luego cada una tiene que ir sola. Tenemos el “envíame un mensaje cuando llegues” o los chicos te dicen “¿te acompaño a casa?”. Eso es que todavía está muy interiorizado porque esto existe todavía en la sociedad y hay que andar, por desgracia, con cuidado.
En concreto sobre la escena de la violación en grupo, ¿qué se te pasó por la cabeza en la grabación?
El equipo y yo misma intentamos ser lo más profesionales posible. Ese día en concreto hubo un ambiente de respeto e incluso violento. Era una mezcla de no querer hacerlo pero... hay que hacerlo. Todos nos mentalizamos. Había un silencio que se cortaba con un cuchillo. Sí que es verdad que a todos nos costó, fue una jornada entera de grabación. Tenía una mezcla de sentimientos encontrados. Llegué con el chip muy puesto de “esto es una coreografía, lo tenemos todo muy pactado”, que fue así. Pero luego, intentaba salirme un poco de esa dimensión como si yo fuera una espectadora más y fríamente al pensarlo, me revolvía.
La realidad de esto no quiero pensar lo que es. Vi un play de casualidad por uno de los monitores de lo que estábamos grabando, y ahí sí que de repente me cambió todo. Dije “¿cómo puede ser que esa persona que estoy viendo en el monitor con la que se me están revolviendo las tripas, era antes yo misma?”. Te pones el chip de que eres actriz, interpretas esto y esto es una representación, y no lo sentí tan mal como luego viéndolo, que es más fuerte e impactante. Pero bueno, había que hacerlo así porque si te quedas en medias tintas parece que vas a buscar un morbo que aquí nunca se ha pretendido.
¿Cómo crees que lo va a recibir la audiencia, tanto masculina como femenina?
Si cuesta verlo, habremos conseguido lo que se pretendía. Esta es la realidad nos guste o no, esto ocurre y por desgracia mucho. Por eso había que mostrarlo con la transparencia más absoluta, pero sin caer en el sensacionalismo ni en un morbo que no venía a cuento. Hay que contar la normalidad de una chica que vive su día a día, es feliz con su novio, es muy independiente y no tiene ningún problema en irse sola con otros tíos en el coche cuando quiere ir a su pueblo sin necesidad de la protección del novio ni nada. Pero luego en su casa, en su pueblo natal donde está con su gente y piensa que no va a ocurrir nada; ocurre. Mientras hagamos pensar, ya hemos ganado mucho.
Uno de los puntos fuertes es que no solamente vemos el sufrimiento de Alba, sino también las conversaciones de los chicos, de su novio... ¿Es esto también necesario? ¿Entender que el foco no debe ponerse solo en la víctima, sino del mismo modo en el agresor?
Claro. Tenemos ya tan interiorizado esto de “no vuelvas sola” o “no bebas tanto porque si no...”. Eso, que es del año catapún, es el discurso que todavía existe. Parece que siempre se tiene que buscar una explicación a lo que ha ocurrido y poniendo el foco hacia “ella tendrá la culpa por algo” o “parece que va buscando” o “¿por qué se ha ido ella sola y se ha drogado?”, “buscan el peligro”. Y esto es algo que ellos dicen en la serie, “ella estaba también deseándolo”.
Se abre un debate que es interesante de cara a ellos. También siendo de una familia tan poderosa y que cree que con los contactos y el dinero necesario todo esto se va a quedar en una anécdota, pueden hacer lo que quieran y están por encima de todo y de todos. Las clases sociales están presentes.
Igualmente retrata la desconfianza que surge hacia la víctima. ¿Por qué sigue costando que se crea su testimonio?
Cuando iba leyendo guiones era frustrante, porque no es algo que nos estemos inventando, es que esto ocurre. Es una mierda totalmente. Que esté tan claro que esto ha ocurrido, y haya que estar venga a demostrar y demostrar, luchar para que se haga justicia... Aquí también estamos contando un David contra Goliat, la lucha contra la gente más poderosa de esa zona. Se ve la crítica a gente que está en el poder a esos niveles y cómo tiran de contactos, las corrupciones que puedan existir, el que salgan impunes porque sean “el hijo de”.
¿Habías visto 'Fatmagül'?
No. De hecho, nos recomendaron no verla. Está inspirada, el punto inicial es el mismo, la violación múltiple. Pero realmente cada protagonista las circunstancias en las que vive son totalmente distintas. Son sociedades que no tienen nada que ver. Además, Fatmagul se grabó hace mucho tiempo. No había por qué ver algo que luego no se va a copiar. Al contrario, luego Alba tiene su camino propio.
Visto el éxito que recientemente están teniendo las series turcas en nuestro país, ¿Crees que puede ser también un aliciente para que más público se acerque a 'Alba'?
Seguramente con decir que está inspirado en una serie turca, se acercará más gente de la que se podría acercar si no fuera así. Mientras la ficción española tenga cada vez más éxito, tanto en España como fuera, y se haga más ficción, yo encantada. Estamos en un muy buen momento. Incluso ahora que la pandemia ha golpeado muy duro al sector de la cultura, se están haciendo muchos esfuerzos, hay muchos rodajes puestos en pie.
Alba fue un ejemplo, que se empezó a rodar en la desescalada. Han habido series extranjeras desde House a The good doctor que han triunfado, y ahora son las turcas. Imagino que serán rachas. Algo tienen que tener, eso seguro. Si va por modas y dentro de esa moda la ficción española sigue siendo una apuesta, maravilloso. Y esta serie lo mismo, si también se acerca más gente por ser adaptación de Fatmagül, bienvenido sea.
Aunque no has parado desde que saliste de 'Cuéntame', recientemente te vimos lamentando en Instagram el cambio en el guion sobre la relación entre Carlos y Karina
Por supuesto, una vez decido irme de la serie, ellos continúan. Los guionistas son los que deciden qué se hace y qué no se hace. Pero es cierto que personalmente, y creo que fue unánime, el nuestro fue un cierre redondo muy bonito. Cuando me enteré, de rebote además, porque cuando ocurre algo así nos etiquetan mucho a Ricardo y a mi, me dio pena porque creo que fue tan fiel a lo que nosotros siempre hemos contado y el público quería; que algo así me dio pena que se tocara.
Siempre pienso que Cuéntame sigue teniendo vida, ellos tienen que seguir haciendo tramas. Han demostrado siempre que se han reinventado muy bien, cuando nosotros acabamos el nuestro final fue un cierre de etapa. Allí hay un equipo impresionante de directores, actores, guionistas, que demuestran siempre que aunque pasen los años quieren seguir estando en el top 10 de las mejores series; pero también es cierto que va por etapas.
Cuando nos fuimos era una etapa de Cuéntame y ahora es otra. Es algo innegable. Si el protagonista, que era Carlos Alcántara, ya no está y era el que con su voz en off contaba la historia, ahora es otra etapa. Estoy feliz de que les vaya maravillosamente bien porque sigo teniendo relación con ellos. Es mi segunda familia, no tengo nada malo que decir. Al contrario.
Más allá de 'Alba', no paras de encadenar proyectos, te veremos próximamente en 'Los herederos de la Tierra', ¿cómo va la producción, y qué planes de futuro tienes?
Acabé el rodaje hace dos semanas. Me vino fenomenal para empezar la promo de Alba porque si no, no podría haber hecho ni la mitad. Ha sido un proyecto muy bonito. Tenía muchísimas ganas de trabajar con Diagonal y en concreto con Jordi Frades, director de la serie; y estuvo complicado por fechas con Alba al principio, pero estuvimos peleándolo y pudimos disfrutar los dos mano a mano.
La historia es muy bonita. Es la segunda parte de La Catedral del Mar. No sé cuando se estrenará, sé que es para Netflix, pero la historia no defrauda porque es la adaptación de la trilogía. Me he vuelto a reencontrar con Yon González después de muchos años. El proceso ha sido muy gratificante. Tengo ganas de que se vea. He estado sin parar y ahora me toca ir estrenando, ir promocionando. No estamos en una situación como para ir rechazando cosas ahora, pero un poquito de tranquilidad tampoco viene mal.
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