Cuatro mujeres, madres, gestionan sus vidas cuidando a sus hijos, trabajando, haciendo la compra, ocupándose de sus quehaceres y sus parejas, al tiempo que, fruto del azar -y de la torpeza- se ven obligadas a esconder un cadáver. La premisa de 'Señoras del (h)AMPA' sirvió a sus creadores, Carlos del Hoyo y Abril Zamora para construir una comedia negra protagonizada por personajes femeninos en la que no por ello los masculinos se han convertido en “hombres florero”. “Habríamos caído en la misma lacra”, reconoce el primero en una entrevista conjunta con Vertele.
La serie, que comenzó por una apuesta de Producciones Mandarina por la pareja creativa, terminó llamando la atención de Mediaset que ha renovado por una segunda temporada antes del estreno de la primera este miércoles en Telecinco, y triunfó entre los compradores internacionales ganando siendo premiada en el prestigioso MIPTV de Cannes.
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Aseguran sus artífices, que han escrito y dirigido los episodios de la primera tanda, que la aventura de sacar adelante su ficción ha sido una “huida hacia adelante”, como la de sus protagonistas encarnadas por Toni Acosta, Malena Alterio, Mamen García y Nuria Herrero. Un viaje en el que Zamora vivió además su proceso de reasignación de sexo. La también intérprete de la presa Luna en 'Vis a Vis' asegura que “al hablar de transexualidad mucha gente piensa que la transición va a generar un conflicto laboral. En mi caso me he sentido arropada por todo el mundo”.
¿Cómo surgió la serie 'Señoras del (h)AMPA?
Carlos del Hoyo: La única condición que nos puso la productora es que fuera una comedia. Queríamos hacerla desde un lugar muy natural y de verdad, sin histrionismo. Así que nos pusimos a pensar en qué tipo de comedia no habíamos visto mucho en televisión, y dimos con la comedia negra. Por la razón que sea no se ha explotado mucho en tele, aunque sí hayamos visto ejemplos en cine que ambos teníamos de referencia, como La Comunidad de Álex de la Iglesia. Además teníamos claro que queríamos hacer algo con Toni [Acosta] y que fuera una serie protagonizada por mujeres, pero mujeres de verdad.
Abril Zamora: Todo parte del maletero de Toni Acosta. Saliendo de una de las reuniones con la productora ella iba con su estrés, abrió el maletero, y allí llevaba tuppers de los niños, vestidos de alta costura, bolsas... y tenía que irse a no sé dónde. Pensamos que sería un buen punto de partida: hablar de esas madres a las que conocemos, todoterrenos, que arreglan la casa, trabajan, llevan a los niños al cole, los recogen, y pensamos ¿qué pasaría si aparte de todo esto tuvieran que esconder un cadáver?
Carlos del Hoyo: Y hubo otra anécdota. Al salir nos fuimos a un Vips a ver de qué hacíamos la serie, y por la M30 había un atascazo. En medio del caos una señora a la que no le andaba el coche y le pitaban empezó a gritar: “¡Que ya voy, que hago todo lo que puedo, que no puedo más!”. Nos dijimos que ahí estaba la serie, en señoras sobrepasadas que se descomponen, y de repente hacen click y tiran hacia adelante.
Mayte, Lourdes, Amparo y Virginia son cuatro madres “sobrepasadas” pero también muy diferentes. ¿Cómo os las imaginasteis?
Zamora: Hemos intentado tener un abanico de personajes femeninos que se alejaran de estereotipos. Queríamos que fueran mujeres que nacieran de la verdad y personajes que la gente pueda reconocer, para que luego puedas creerte las cosas más locas que pasan después, como que maten a una persona.
La comparación con 'Big Little Lies'
Del Hoyo: Big Little Lies se estrenó unos días después de que hiciéramos el pitch en Mandarina y pensamos: ¡Mierda, es nuestra serie! Pero cuando empezamos verla nos dimos cuenta de que no tenía nada que ver. Nuestra intención era abordar las caras del prisma de la maternidad, pero sobre todo desmitificarla y hacer una serie de madres que corren a todas partes y no llegan. O llegan tarde. Algo alejado de esta imagen de madres perfectas, con mucho tiempo libre y que van a clases de yoga. Nosotros le decíamos a Toni que antes de dar acción ya tenía que estar agotada, tenía que estar hiperventilando siempre.
Zamora: Teníamos un universo femenino como creadores y en nuestra vida familiar del que nos apetecía hablar. Pero nunca tuvimos la intención de tener un discurso al hablar de feminismo o de la maternidad. La historia se fue construyendo así. Creemos que en la ficción española ellas siempre han estado relegadas a un segundo plano, y nos gustaba la idea de poder darles el derecho a réplica.
¿Pensáis que está cambiando la ficción televisiva en esa línea?
Zamora: Ha llegado el momento de las mujeres lleven el peso de las series igual que lo llevan en nuestras casas y nuestras vidas. Y no es un tópico, es la realidad. Eso no significa que tuviéramos que relegar a los hombres a un segundo plano. Los personajes masculinos también son muy ricos.
Habituados a que los femeninos sean los que vivan en el segundo plano, ¿cómo construisteis los pares masculinos de estas mujeres tan cañeras?
Del Hoyo: Para nosotros era importante que el hecho de hacer una serie protagonizada por mujeres poderosas no nos llevara a cometer el error de que ellos se convirtieran en hombres florero. Estaríamos cayendo en la misma lacra en la que ha caído la ficción española, de hacer series muy masculinas, protagonizadas por un elenco muy masculino y que las mujeres que pasaban por ahí fuera para lucir tipito. Hemos intentado que todos tengan también su personalidad.
Zamora: Son muy diferentes entre sí. Son prototipos de hombres, que no es que hablen de la nueva masculinidad, pero sí les hemos alejado de estereotipos. No son tampoco los típicos cuñados que hemos visto en otras series. Cada uno tiene su propia entidad. Algunos están eclipsados por sus mujeres porque son de armas tomar, y otros en absoluto. Cada uno tiene su matrimonio o expareja con sus propias dinámicas. Eso es muy fácil de reconocer también.
¿Cómo recibisteis la noticia de que Mediaset apostara por la serie para emitirla en Telecinco?
Zamora: Fue un poco efecto dominó. Teníamos muchas dudas, pero una vez cayó la primera ficha fueron cayendo todas con mucha facilidad, y nos fueron sorprendiendo cada vez más. No solo fue estar en Telecinco, también que no quisieran modificar prácticamente nada. Normalmente las cadenas son muy intrusivas con los proyectos, pero nos han dado mucha libertad, aun haciendo cosas que a priori no sean muy de cadena generalista.
¿En algún momento planteasteis la serie concibiendo que podría tener una segunda temporada?
Del Hoyo: Por respeto al espectador, decidimos que la primera tenía que cerrar todo. Como la serie nos ha ido sorprendiendo por el camino, la renovación por una segunda nos ha sorprendido igual o más. Nosotros apostamos todo a la primera porque jamás pensamos que fuera a haber una segunda.
Zamora: Nunca lo imaginamos, pero al final partimos de la vida. Los personajes son muy reales aunque les pasen cosas rocambolescas, y la vida no tiene un final. Aunque lo dejes con tu pareja y parezca que todo acaba, luego pueden pasar otras muchas cosas.
Del Hoyo: Escribir la serie ha sido una huida hacia adelante como la que viven las chicas. Sus tramas se van complicando más y más, y a nosotros nos pasaba lo mismo, pero en la mesa.
Abril, en la presentación de la serie en el pasado festival MiM Series, comentaste que durante el proceso de creación y producción de la serie habías vivido tu proceso de reasignación de género. ¿Cómo fue vivir ambos desarrollos a la vez?
Zamora: No sé cómo me afectó realmente. Para mí fue muy emocionante. Gracias a que estuve volcada en el proyecto no estuve muy pendiente de mi proceso personal. Fue maravilloso poder estar concentrada en otra cosa, aunque en un momento se me juntó mucho a la vez. Creo que lo solventamos entre los dos bastante bien. No deja de ser una anécdota positiva.
Mucha gente al hablar de transexualidad piensa que la transición va a generar un conflicto laboral. En mi caso me he sentido arropada por todo el mundo. Cuando hablábamos del piloto yo acababa de decir que iba a dar el paso a la transición, pero mi físico era el de antes. Era curioso ver cómo la gente del equipo me iba llamando por mi nuevo nombre, aun teniendo esa apariencia. Para mí fue muy bonito estar tan acompañada desde el principio.