Entrevista Vertele

Carme Chaparro cumple 20 años en TV: “La brecha salarial es un tema tabú”

Carme Chaparro celebra 20 años al frente de los informativos

Marcos Méndez

“Mi vida ha sido delante de la pantalla”. Es una frase que en casi todos los casos puede resultar exagerada, pero que al tratarse de Carme Chaparro, que cumple 20 años como rostro de los informativos en Mediaset, se convierte en una realidad.

Esta periodista no ha sido pionera, como ella misma recuerda al hablar de las popes Àngels Barceló u Olga Viza, pero junto a otras compañeras como Ana Blanco sí que ha contribuido en hacer que la edad deje de pesar más para las mujeres que para los hombres, un camino que desea seguir transitando hasta que “nos igualemos en edad a los hombres que presentan informativos”.

Su discurso no es sólo feminista, en realidad es el de una profesional que analiza los cambios que la tecnología ha producido en los informativos durante estas dos décadas, que valora hasta qué punto influye la apariencia física haciendo pantalla, y que opina sobre la polémica por la brecha salarial en la BBC.

De todo ello, como de su miedo cuando pensaba que iba a ser despedida y en realidad Juan Pedro Valentín y Pedro Piqueras le iban a ofrecer pasar al informativo diario de Cuatro, charlamos con ella con motivo de estas dos décadas de éxito y trabajo al frente de los informativos.

Son 20 años al frente de informativos, y además en cadena privada. ¿Da vértigo mirar atrás?

Da vértigo porque nunca lo hubiera imaginado. Sólo ahora, cuando piensas que son 20 años, te das cuenta. Pero ha sido algo muy natural, porque siempre he estado en esta casa y en esta redacción, que es mi familia profesional. No ha habido momentos de tensión o de angustia durante estos 20 años, ha sido todo ser valorada por mis compañeros y mis jefes.

La información en TV ha evolucionado en dos décadas, ¿qué cambios destaca?

El cambio más destacado es la tecnología. Cuando yo empecé en Mediaset, para hacer un directo tenías que mover un camión con una unidad móvil que muchas veces salía desde Madrid. En uno de mis primeros directos para Mediaset me preguntaron si estaba segura de que iba a llover mucho en Catalunya, y como dije que sí, mandaron por la noche un camión de Madrid a Barcelona [ríe]. Y hace solo 20 años.

Por otro lado, en televisión ha habido un cambio brutal de consumo y de entendimiento del lenguaje audiovisual. Cualquier serie que fuera la bomba hace 20 años, si la ves ahora, resulta antigua. Y no sólo por los 4:3, sino por el lenguaje audiovisual, los planos... En informativos, aunque es muy transatlántico y los cambios son más lentos, también ha evolucionado el lenguaje. La gente demanda otro lenguaje audiovisual porque consumen más y son más entendidos.

¿Qué le ha supuesto el cambio de Telecinco a Cuatro?

Físicamente, me ha supuesto cambiarme dos mesas más allá, dos pasos de una a otra, porque somos la misma redacción y equipos coordinados, por lo que quizás el cambio lo ha notado mucho más el espectador que yo. Para mí no ha habido cambio, sigo trabajando con las mismas personas en la misma redacción.

¿Cómo se gestó ese cambio de cadena y horario?

Fue muy gracioso cuando me lo dijeron, porque recuerdo que me llamó Juan Pedro Valentín y me dijo: “¿Te vienes al despacho de Pedro Piqueras conmigo?”. Fueron 15 segundos hasta llegar, pero creo que me salía la bilis por la boca de la ansiedad, porque claro, te llaman dos jefazos al despacho y cierran la puerta, y piensas que algo malo te van a decir. No me había pasado en la vida. Cuando me dicen: “Entra y cierra”, yo pensaba “ay por Dios, ¿me puedo desmayar ya?” [ríe].

Me lo dijeron enseguida, que habían pensado que ya era hora de que volviese a trabajar de lunes a viernes, y que querían que fuese en Noticias Cuatro a las 14 horas. Fue como creer que has suspendido y que te pongan matrícula, y entonces dije: “Vale, ¿me puedo ir ya?” [ríe]. Estoy contentísima, primero personalmente por el cambio de horario, que a nivel vital tras 13 años en fines de semana se hacen muchas renuncias, y a nivel profesional, porque he podido contar todo lo que ha pasado en este año tan convulso con la suerte de ser mientras ocurría.

¿Qué opinión le merece el tratamiento televisivo que se ha dado al conflicto catalán?

Creo que a veces es difícil hablar de Catalunya, y de otros muchos temas, desde fuera. Cuando no estás allí, cuando no lo vives, cuando no tienes amigos y familiares independentistas y no independentistas. No hablo de ideología, porque el nacionalismo es emocional y cualquier bandera se pone con un factor emocional. Cuando tú vives en Catalunya, ves las cosas de otra manera que si hablas de ello viviendo fuera y sin conocer o sin conectar con la realidad de todos los días. Creo que ha faltado un poco ese conocimiento profundo de la realidad especial de Catalunya.

20 años en informativos sólo los supera Ana Blanco, ¿lo comentan entre bromas?

Hace mucho que no coincido con Ana, porque desde que tuve a mis hijas mi vida social se reduce a ir al supermercado, a recogerlas del cole y a llevarlas por la tarde a actividades extraescolares, mientras espero en un bar escribiendo lo que puedo. No lo hemos comentado, pero igual le mando un mensajito y me río con ella un poco. Es una tipa fantástica.

¿Qué opina del escándalo por la brecha salarial de los presentadores en la BBC?

La brecha salarial en TV es mucho más llamativa, porque son caras públicas y todo el mundo en el Reino Unido les conoce. Pasa como en el cine, es muy llamativo que la actriz mejor pagada cobre siete veces menos que el actor mejor pagado, y te preguntas cómo puede ser eso.

¿En España existe esa brecha salarial entre los presentadores?

Yo no sé lo que cobran mis compañeros, ni hombres ni mujeres, porque además hay mucho pudor a hablar de dinero, quizá para no descubrir cosas que puedan herirte a ti o a los demás. Es un tema como muy tabú, del que entre nosotros no hablamos. Quizá si lo supiera sí podría sacar la bandera y pelear, pero no lo sé.

Salarialmente no sabemos, pero a nivel de presencia, sí hay una igualdad evidente. Tanto mujeres como hombres presentan informativos.

Sin duda. Cuando yo empecé, la primera vez que me puse delante de una cámara en Telecinco, con 24 años, las grandes mujeres de la comunicación en informativos como Àngels Barceló u Olga Viza, que eran las popes al nivel de Matías Prats o Pedro Piqueras, desaparecieron de repente. Ellos se mantuvieron, pero ellas desaparecieron de pantalla. Afortunadamente tanto yo como el resto de compañeras que han ido entrando en informativos nos hemos seguido manteniendo.

Yo he envejecido y he sido madre haciendo pantalla estos 20 años, me ha visto el espectador, mi vida ha sido delante de la pantalla. Y eso me consuela porque quizá quiera decir que las cosas están empezando a cambiar, y que quizá dentro de otros 20 años me puedan decir que llevo 40 años haciendo pantalla, y nos igualemos en edad a los hombres que presentan informativos.

¿La edad en las mujeres pesa más que en los hombres?

En Mediaset, si haces una media de las presentadoras hablando de programas, yo sería de las más jóvenes. Ana Rosa, Teresa Campos... la excepción aquí de presentadoras son las mujeres más jóvenes. Me parece muy bien, y estoy muy orgullosa de eso.

¿La imagen personal, tanto físicamente como a la hora de “caer bien”, influye?

Caerle bien al espectador yo imagino que sí. Al final, quien toma la última decisión de mantenerte o no en pantalla son los jefes. Físicamente, igual que en la radio tienes que tener una buena voz, en televisión no tienes que ser una belleza. Cada vez menos. Yo diría que no tiene que ver con la guapura, sino con la manera con la que tú miras a la cámara y el espectador siente que le estás mirando él. Para mí no es el aspecto físico, sino la emocionalidad que transmite tu aspecto físico.

Da igual que tengas un peso, una altura, una edad... evidentemente todas nos maquillamos, igual que los hombres, porque intentamos dar nuestra mejor versión. Yo más que en la belleza, porque no soy una mujer bella, soy una mujer del montón, una chica normal que con los años y los trucos de mis compañeras de maquillaje y peluquería he aprendido a sacarme más provecho del que me sacaba con 20 años; creo que es la manera en la que tú miras a la cámara y le cuentas las cosas a las personas.

Hace unos días respondió a un usuario que le insultaba. ¿Las redes sociales se han convertido en una forma de abuso?

Cuando me abrí mi perfil público en Twitter, hace unos 6 ó 7 años, era como la plaza del pueblo. Podías comentar y expresarte con más libertad, y por eso ahora se sacan tuits antiguos de algunas personas y se sacan de contexto. Entendíamos que era un espacio de diálogo e intercambio, igual que la plaza de un pueblo, pero poco a poco se fue llenando de estos odiadores profesionales que deben ser unos desgraciados en su vida, y que como son unos infelices tienen que volcar su frustración en las redes sociales insultando a la gente. Y eso me entristece mucho. Al principio les contestaba, ahora ya no. El otro día a este fue porque así explicaba lo que me pasaba con el herpes a los que me preguntaban.

Un test rápido sobre sus noticias

¿Recuerda la primera noticia que dio como presentadora? No, pero fue en la desconexión de Telecinco para Catalunya. Así que alguna noticia de Catalunya seguro.

¿Qué noticia de las que ha dado recuerda más? Recuerdo pensar “estamos ante la III Guerra Mundial”, en las primeras horas, en el 11-S. Sin duda.

¿La noticia que más le ha dolido contar? Cada día me duelen muchas noticias. Pero personalmente, la que más, el asesinato de José Couso en Irak por el ejército de Estados Unidos.

¿Compañero con el que mejor se ha entendido en plató? Me he entendido con todos, pero con el que más tiempo he estado ha sido con Pepe Ribagorda. Y además por el formato del informativo, que era en fin de semana, nos permitía hacer muchas bromas en plató. Por eso quizás de cara a la audiencia el buen rollo que tenemos detrás de la cámara se podía transmitir. Nos reíamos mucho y nos gastábamos muchas bromas en directo.

Para acabar, ¿qué noticia le gustaría dar? Muchas buenas, claro, pero las noticias que siempre llegan a la gente y nos emociona dar son las relacionadas con avances en la medicina. Antes, cuando no había redes sociales, contábamos un avance en la medicina y se colapsaba la centralita de Telecinco. Ahora lo cuentas y se colapsan las redes sociales. Un avance sobre el cáncer, el SIDA, o cualquier enfermedad, grande o pequeña, afecta a tantas personas y es tan emocional, salva o mejora tantas vidas, que es de las mejores noticias que podemos contar.

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