Entrevista
Eva Llorach se envuelve de mística en 'Albanta': “Me resulta fundamental cambiar muchísimo de un trabajo a otro”

Eva Llorach en 'Albanta'

Lorenzo Ayuso

'Albanta' es un proyecto bastante particular por tono, porque no estamos acostumbrados a series españolas que apuesten directamente por el misterio puro, y hasta en lo estético, con esos exteriores tan amplios y verdes. ¿Cómo definirías tú esta serie?

Lo has definido muy bien. Esta serie te podrá gustar más o menos pero no se ha hecho nada así en España. Nico [Frasquet], el guionista y creador de la serie, adora Lost, es un fanático de la serie, y la tenía como referente muy importante. Y hay algo de eso aquí: es un thriller, pero con algo de terror, con un componente adolescente (aunque esto no es tan importante), y está rodada en un exterior bellísimo que le aporta algo muy misterioso. Todo lo que pasa en este campamento es tan misterioso, que no sé ni siquiera qué contar y qué no [risas].

Nico me decía mucho que esto era realismo mágico. Hay una cierta cercanía entre lo cotidiano y, de pronto, lo extraordinario. Nunca sabes si lo que estás viendo es real o no, ni qué está pasando exactamente. Creo que va a enganchar muy bien, es ese tipo de serie que acaba un capítulo y no puedes dejar de ver el siguiente. Realmente te deja muy arriba y como no te da todos los datos desde el principio, necesitas saber qué demonios está pasando. Es algo inusual en España, seguro, y muy particular.

Nos decía Kimberley Tell que sumergirse en el proyecto le resultó casi tan extraño como a su personaje al entrar en el campamento, que fue descubriendo a su personaje a medida que rodaba. ¿Fue tu caso similar?

No tiene nada que ver mi experiencia con Kimberley por una razón muy clara: Idalia es la creadora de todo esto. Mi personaje es quien ha creado el campamento, sabe por qué lo ha creado: tuvo un problema enorme con su hijo y decidió que quería ayudarlo tanto a él como a un montón de adolescentes con problemas con drogas, autoestima, bullying... Lo hace pensando que estando en contacto con la naturaleza puedan enfrentarse a sus traumas, miedos y poder superarlo. Así que la única que sabe todo lo que pasa en cada momento soy yo. Bueno, Idalia [risas]. Todo lo que pasa al personaje de Kimberly yo lo sé, y no tiene nada que ver la experiencia. Idalia sabe perfectamente los motivos por los que hace lo que está haciendo.

Dentro de ser una serie coral, tu papel resulta llamativo ya desde el primer momento, por el tono, la forma de expresarse... ¿Cómo ha sido acercarse a Idalia?

Todo en ella me llamó la atención: el tono tan diferente... Pero sobre todo el personaje de Idalia. Es un personaje maravilloso. Uno de los referente que tenía salía de Wild Wild Country, Ma Anand Sheela, que era una mujer de armas tomar. Había algo en Idalia así, en la grandilocuencia, en lo claro que tiene lo que tiene que hacer, sus principios morales, su carácter muy místico, el contacto con la naturaleza y el afán por solucionar las cosas a su manera, empleando todo lo que tenga que utilizar. Para Idalia el fin justifica los medios.

Lo cierto es que todo eso queda claro en el primer episodio, donde ya se le presenta con ese aura tan enigmática...

No sabes qué pensar de ella, y eso me encanta: no sabes si es buena o mala. Hay algo extraño que también trabajamos desde el aspecto físico, que fue muy importante: ¡menudas sesiones de rizarme el pelo que me pegué! [risas] Tienes esa duda siempre sobre ella, sobre si está haciendo el bien, sin que lo sepamos muy bien... Está claro desde el primer capítulo que esconde algo, pero el qué, no lo podemos saber. Lo iremos adivinando con cada capítulo. Pero esconden cosas casi todos los personajes. Son personajes con traumas, que han pasado por algo muy fuerte y por eso están ahí, en el campamento. Vamos descubriendo poco a poco qué les ha pasado y por qué están.

El hecho de que estemos en un exterior continuamente resulta hasta extraño en nuestros días, después de la pandemia. ¿Se te ha hecho raro ver de nuevo la serie, el resultado, y verte ahí en semejante explanada?

¡Guau! Me he erizado un poco de pensarlo, porque no lo había reflexionado. Estoy ahora muy metida de una película, La casa de tiza, y no estoy tan metida en la promoción de Albanta y no estoy viendo las imágenes. Pero ahora que me lo has dicho, lo pienso y... ¡No sabes lo que fue rodar en ese bosque de Peguerinos!

Para que te hagas una idea: el primer día que me llevó el coche al pueblo de Peguerinos, lo primero que vi fue una vaca andando en mitad del pueblo. Yo que soy tan de ciudad me preguntaba si esto era normal. El sitio era bellísimo, espectacularmente bello. Ir a rodar era una cosa muy bonita. Claro, la naturaleza tiene a la vez esto de las inclemencias: tener que parar un rodaje porque llueve, graniza y tenemos que aplazar... Pero la libertad que se respiraba allí era muy bestia. Y es verdad que después de este encierro que hemos tenido unas imágenes tan bonitas dan un poco de aire fresco. Ahora podemos salir, pero seguimos teniendo miedo; de hecho, ha vuelto el miedo con los rebrotes, y yo me encuentro incluso más precavida que cuando se cortó el confinamiento, porque no sabes qué puede pasar. Ver de pronto algo tan abierto, si puede traer algo de descanso al cerebro, estará bien.

Has retomado el rodaje de la película 'La casa de tiza'. ¿Se hace difícil enfrentarse ahora de nuevo a un rodaje en estas circunstancias?

Es raro llegar a trabajar y que te tomen la temperatura. El otro día tuve pruebas de maquillaje y vestuario de Élite y me sacaron sangre para ver si era negativa. Pero lo vamos aceptando más como parte del trabajo. He de decir que salir del confinamiento con dos proyectos y con un estreno es hacerlo por la puerta grande. No puedo quejarme. Las circunstancias son extrañas, pero hay tantos compañeros que han perdido su trabajo, que solo puedo dar gracias de tener una película, de tener Élite, que empiezo a rodar en agosto, de que se estrene ya Albanta, de tener otra película por estrenar...

En el rodaje hay mucha precaución pero nunca llega a ser angustioso. Todo el mundo va con sus mascarillas y si no hiciera calor no sería tan terrible, pero por lo demás, lo tomamos con normalidad. Nos hacen pruebas cada dos semanas, y tengo el brazo como un colador de que me saquen tanta sangre [risas]. En un rodaje ahora mismo es donde más seguro estás, porque todo el mundo está muy controlado y te da tranquilidad para trabajar.

Hablabas de tu suerte con tantos proyectos acumulados en estas fechas. Lo cierto es que, además, hay mucho eclecticismo entre unos y otros. Tus papeles en 'Élite' o 'Albanta' no pueden ser más diferentes, y las propias apuestas de cada serie también lo son...

Yo juego mucho con eso, valoro muchísimo eso. Me doy cuenta de que los directores que me llaman es lo que buscan. Trabajo mucho con el equipo de caracterización, me resulta fundamental cambiar muchísimo de un trabajo a otro y ser una persona completamente diferente, y me apoyo en ellos. Estoy rodando ahora una película en la que hago una señora de la Sierra de Madrid súper estricta, y de ahí paso a la Sandra de Élite, que es una mujer explosiva. ¡Ese cambio para mí es un regalo de los dioses! Lo que me gusta es que los directores sepan que puedo pasar de un personaje a otro, que puedo hacer de pronto una Idalia, que también tiene un aspecto físico que también tiene lo suyo, con esos looks... Tengo un repertorio que es lo que más me gusta de mi trabajo.

Me falta que me llamen un poco más para la comedia, que sepan que puedo hacerlo. Es lo que me falta para estar contenta del todo. Pero estoy muy agradecida porque, además, ahora con todas las plataformas, tenemos un abanico de posibilidades para trabajar en diferentes proyectos maravilloso. Todo lo que las plataformas han traído esperemos que se quede.

El 'Campamento Albanta' de Atresmedia ya tiene tráiler y fecha de estreno 360
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